A Francisco ya le había pasado algo parecido en noviembre de 2013, cuando a punto estuvo de caer. Con algo parecido nos referimos a quedarse estancado en la vereda donde se definen los equipos y se genera esa confianza con la que el jugador cree a su entrenador, sensación que comparten los recién ascendidos o equipos de similar objetivo, que no son precisamente pocos. Era el Almería de Rodri, Suso y Aleix. Un año después, su Almería volvió a quedarse a medio camino a una altura similar de temporada. No dispuso esta vez de más tiempo, dejando su sitio al alicantino Juan Ignacio Martínez.
El Almería de Francisco, entre lo tenue y la indefinición
Una de las características de Francisco como entrenador del Almería en Primera fue mirar al rival cuando este era superior a él. Manejaba una idea para siete u ocho equipos concretos y la base ante los 12 restantes. Frente a determinados colectivos aparcaba su idea más reconocible para terminar nutriendo el centro del campo o la línea defensiva. Ya en la temporada pasada utilizó puntualmente la defensa de 5. En ésta se valió de un 4-3-3 ante la Real Sociedad o Athletic de Bilbao, un 4-5-1 ante el Atlético de Madrid o Fútbol Club Barcelona, cambios concretos ante Villarreal… y su 4-2-3-1 para medirse a los de parecida estatura. Su misión fue competir siempre, con dos dibujos muy determinados. Y siempre se mantuvo cerca en el marcador y del rival, en medio de encuentros ajustados que describían al Almería como un equipo de Primera, que estaba, pero que a su vez lo acercaba en todo momento a la indefinición.
El Almería, un equipo y plantel con cara y ojos, con características físicas específicas, no lo era en su fútbol. Ocurre en los equipos bien traídos y cincelados que un jugador concreto o la propia idea Notable físico, pocos maticesdel mister terminan por definirlo a la perfección. Así, al Rayo le definen las teorías de Jémez o el fútbol de Trashorras, Éibar y Málaga obedecen al discurso de sus entrenadores, y el Getafe ya ha conseguido ser de Contra y de Velázquez. Y al Almería no había manera de concretarlo o diagnosticarlo. Más allá de la personalidad de sus jugadores, su potencial indica que necesita un punto preciso sobre el que apoyarse para canalizar la energía y plenitud de sus componentes, desde el que hacer aflorar el punto débil de todos sus futbolistas: el gesto técnico.
Wellington Silva, Jonathan Zongo, Thievy Bifouma, Tomer Hemed, Edgar Méndez, Thomas Partey, Fernando Soriano, Ramon Azeez, Ximo Navarro, Sebastian Dubarbier o Fran Vélez componen un descomunal panorama físico al que no acompaña armonía colectiva ni jugadas concretas que alumbren las dificultades que sus atacantes demuestran a la hora de castigar. Por las características de la mayoría de ellos, correr es la opción más aconsejable, tanto para galopar desde atrás como para sprintar tras robo en salida rival. Además ha demostrado tramos y partidos concretos de un gran nivel de concentración en fase defensiva. Así, su nuevo entrenador, Juan Ignacio Martínez, fue capaz de obrar una espectacular pieza de orfebrería con su Levante 2011-2012 y 2012-2013, proyecto fundacional del programa «38ecos», cuyo equipazo nos acompañó durante aquellas fechas. Rozó la Champions y llegó a ser, por su optimización, uno de los dos mejores equipos del campeonato.
El Levante de JIM podría servir de espejo para el Almería 2015
Con la página ya pasada, se puede pensar que en el conjunto almeriense no hay un Barkero que mezcle, un Arouna Koné que baile, un Juanlu que asfixie o un Ballesteros que fije y despeje, pero la comparación surge. Más extraño sería que el balón fuera el protagonista. Muy extraño. Pero sí que llama la atención el margen que hay para que sus jugadores tengan claro que hacer con él cuando lo posean y, sobre todo, que su equipo necesita crear ocasiones pues su eficacia es muy baja. Desde estas premisas más la altura defensiva -¿a qué altura le conviene al grupo defender para ser productivo arriba?- se observarán los fundamentos de JIM. De momento debuta en Liga hoy, en Vigo, ante un equipo de gran ritmo físico, ideas firmes y que abre los partidos.
javimgol 19 diciembre, 2014
JIM lo hizo extraordinariamente bien con el Levante y muy mal con Pucela.
Con el Levante tenía una idea clara. Con el Pucela vivió en la indefinición: quiso transformar el plan de Djukic (que no era inamovible ni muchos pero sí reconocible) y se quedó entre dos aguas hasta que al final el equipo se ahogó. Y no se vio la mano del técnico en ningún momento positivo de la temporada.
Así pues, para mí la clave es que proponga un plan coherente con la plantilla que tiene y que estos acepten pasar al nuevo modelo, que no les va a exigir precisamente un 60% de posesión. El Almería tiene un equipo limitado, pero hay un par de nombres que podrían brillar más. Thievy, Soriano, Zongo…hay calidad para correr ahí.