No cabe duda: cada día que pasa la Real Sociedad se parece más a David Moyes. Sólo han pasado cinco fines de semana desde que el técnico escocés aterrizara en Donosti, pero su impacto en el juego txuriurdin es más que apreciable. Aunque este hecho no haya conllevado una gran reacción a nivel de resultados (dos victorias, tres empates y una derrota), no deja de ser un pequeño triunfo que un conjunto indefinido, sin un patrón de juego claro y a la deriva en lo emocional, como sucedía con Arrasate, vaya logrando parecerse a su nuevo entrenador. Sobre todo cuando éste ni conocía la competición ni, al menos en profundidad, a sus ahora jugadores.
La Real se está britanizando al estilo de Moyes¿Cómo lo está haciendo? Lo primero que hay que decir es que, por encima de todo, la Real Sociedad todavía está encontrándose a sí misma. No es sólo que de momento no haya repetido once, sino que, además, hay bastantes diferencias entre el planteamiento del partido del Elche (28-11) o el del derbi vasco (14-12). Sea como fuere, contando con esto, sí que es cierto que todos las maniobras de su técnico apuntan hacia una misma dirección: un estilo más británico. Un juego más de Premier League. Pero con el sello David Moyes. Una transformación que, al menos en cuanto a simbolismo e impacto, tiene como eje central el cambio de posición entre Carlos Vela y Xabi Prieto.
El capitán ha vuelto a su querida banda derecha.
Carlos Vela ya no juega en la banda derechaUna de las cosas que Arrasate había conservado de la era Philippe Montanier era la de jugar con Prieto por dentro. Fuera en el inicial 4-1-4-1, en su 4-4-2 en rombo o en el definitivo 4-2-3-1, el capitán txuriurdin seguía lejos del costado en el que había nacido al fútbol. Sin embargo, desde el primer día y sin excepción, David Moyes le ha devuelto al extremo derecho. Hay que decir que este matiz ya lo introdujo como interino Asier Santana el día del Atlético de Madrid, pero que el entrenador británico haya pinchado en la banda a Xabi encaja perfectamente con su pizarra. Sobre todo porque, además, esto le ha permitido centrar a Carlos Vela sin necesidad de perder la figura del delantero centro. Sería interesante conocer si primero «fue la gallina» o en este caso «lo fue el huevo», pero lo cierto es que el puzzle encajaba a la perfección si necesidad de forzar a ninguna de sus piezas.
Así, Moyes lograba tener sobre el campo a dos jugadores de banda (Xabi + Canales/Chory), un segundo punta talentoso (Vela) y un nueve de área (Agirretxe/Finnbogason). Un 4-2-3-1 muy formal que, ante el Athletic y sin Canales, el verso libre de esta prosa británica, se tornó en un 4-4-2 tan clásico que parecía estar dibujado por Roy Hodgson.
Pero más que la parte teórica, lo verdaderamente llamativo está siendo su puesta en práctica. Ahora la Real Sociedad cada vez ataca menos por el carril central (24%), priorizando el juego de bandas en el que el extremo siempre cuenta con dos certezas: su lateral le va a doblar por fuera y el área va a estar ocupada con, al menos, un par de futbolistas. Una simetría en el ataque que, evidentemente, también se traspasa a la fase defensiva, en la que el equipo de Moyes se organiza con dos líneas de cuatro muy juntitas y ordenadas. Seguramente, ésta sea la fase en la que más ha mejorado el conjunto donostiarra. Sólo el eléctrico Villarreal (4) y el Athletic de Markel Susaeta (1) han logrado batirles, dejando por tanto la portería a cero en cuatro ocasiones.
El nuevo ataque realista: juego de banda y envíos verticales.
Y Rubén Pardo puede tener su oportunidadAun con toda esta positiva asimilación de conceptos, Moyes ha expresado en todas sus ruedas de prensa una misma preocupación: la baja calidad de su circulación de pelota. Lo curioso es que esto lo ha hecho tanto después de ganar al Elche (3-0), en un partido de mucho juego raso en campo rival, como tras empatar ante el Athletic (1-1) en el choque más Premier League que ha vivido el fútbol español en bastante tiempo. ¿Qué es lo que busca entonces el escocés? Quizás su idea sea la de combinar este juego de bandas, más pausado y horizontal, con envíos más verticales… que pueden dar el protagonismo a Rubén Pardo. El riojano, de hecho, ya lanzó este miércoles frente al Oviedo una de esas flechas tan bombeadas que recuerdan a un buzzerbeater de Reggie Miller. Ésta significó el 1-0 y el estreno goleador de Alfred Finnbogason, un futbolista vital a partir de ahora por su planta y remate, pero más importante si cabe es ver cómo fue la jugada en sí: una posesión larga, trabajada y sostenida que, de repente, se aceleró de forma completamente vertical y aérea.
Ahí puede estar la clave. Esa puede ser la idea del de Bearsden: una mezcla entre el passing game que intentó instaurar en Manchester y un juego más intenso, enérgico y vertical parecido al que le hizo triunfar en Liverpool. Mientras David Moyes se define, intentando evitar los vicios de lo de Old Trafford y trayendo lo mejor de lo de Goodison, el escocés ya tiene una noticia que celebrar: Carlos Vela cada vez se parece más al jugador desequilibrante que floreció en la primavera de hace dos años. Por dentro su impacto en el juego es menor, pero de goles, asistencias y tarjetas forzadas también se gana. Y se crece.
Taladro percutor 20 diciembre, 2014
Llevar a Xabi a banda trae una ventaja pues este jugador carece por completo de trabajo defensivo, y en ocasio es resulta algo apatico. De esta manera esas carencias afectaran menos al equipo. Los donostiarras no son un conjunto potente en cuanto a calidad defensiva que solia ser algo tradicional del futbol vasco.