Tras 40 minutos vacíos y 50 que tuvieron casi todo el sabor de la Copa Intercontinental de los 90, el Real Madrid hizo uso de su 22ª victoria consecutiva para proclamarse campeón del Mundial de Clubes. San Lorenzo consiguió recrear aquella atmósfera mezcla de barro y niebla con un ejercicio defensivo táctico y lleno de fricción, simbolizado en las 40 faltas que hubo en el encuentro y en lo mucho que se tardó en lanzarse cada una de ellas. Desde que Europa y Sudamérica se distanciaron (Ley Bosman), ese fue el guion místico que permitió competir, y bien, a los más pobres, y a él se agarraron los cuervos para invocar el conjuro. Pero ganarle al Madrid es muy difícil.
Su versatilidad volvió a reinarGanarle al Madrid es muy difícil porque, aunque ha habido equipos superiores, pocos o tal vez ninguno han detentado la versatilidad de éste. El de Ancelotti es un conjunto que se adapta a cualquier escenario y no parece sufrir en ninguno, porque tiene armas no ya para vencer en todos, sino también para dominar en cada cual. Anoche se le presentaron dos retos, controlar a un jugador y desbordar a 10 que esperaban juntos. Si controlaban bien al primero, los segundos caerían como fruta madura.
Sergio y, sobre todo, Pepe anularon por completo a San Lorenzo.
Edgardo Bauza, técnico de San Lorenzo, necesitaba implicar a 10 de sus 11 hombres en el repliegue bajo que constituía la base de su plan. En lo que al final fue un 4-5-1, el mediocentro pareció un tercer central, los interiores un doble pivote y los extremos unos segundos laterales. Por tanto Martín Cauteruccio, el delantero centro, jugó solo arriba. Y a decir verdad lo hizo bien, se las apañó para recibir el balón al pie en un puñado de ocasiones gracias a un trabajo táctico muy constante: veía por qué banda atacaba el Madrid, allí se ponía y luego esperaba el robo de sus compañeros y su envío posterior. Si atacaban Marcelo y James, Cauteruccio se enfrentaba a Ramos, con Pepe escalonado, y si atacaban Carvajal e Isco, que fue lo más frecuente, el uruguayo se medía a Pepe, con Sergio vigilando.
Para no extendernos mucho, solo decir que Ramos y Pepe ganaron cada duelo. Cauteruccio no pudo ni concretar ningún chut, ni aguantar ninguna posesión para su segunda línea ni provocar ninguna falta peligrosa. Y se insiste, jugó bastante bien, de hecho mejor que los miembros de la BBC, pero los centrales del Real lo maniataron incluso así.
La rara imprecisión de Benzema lastró al Madrid toda la noche.
A James sí se le notó la lesiónSuperado de ese modo el reto de la seguridad, la única amenaza para el Madrid era el cronómetro. Cuanto más tardase en abrir la lata, más nervioso se iría poniendo y más errores iría cometiendo, pero si marcaba pronto se acababa el partido. Para impedirlo, Bauza preparó un campo de minas. La agresividad de San Lorenzo, impensable en la Champions pero típica de la Intercontinental, redujo al mínimo la precisión de Benzema y James, y lo pegadas que estaban las dos líneas defensivas hizo que ningún blanco pudiera jugar entre ellas. Con tanta gente entre el balón y el arco, al Real le costó encontrarse. Al principio, intentando ser responsables, James e Isco bajaron demasiado para ayudar a Kroos, en lo que fue un error. Por culpa de su mal posicionamiento, los pases de Kroos eran o demasiado horizontales -hacia ellos- o demasiado verticales -hacia la BBC-, lo cual derivó en una posesión blanca muy empobrecida e inofensiva. Pero cabal. Toni nunca perdía los nervios.
Los cambios de orientación de Ramos hacia Carvajal, claves.
El signo táctico comenzó a cambiar cuando Isco leyó lo que estaba pasando. No tenía sentido ayudar a Kroos a mantener la pelota porque Kroos se estaba bastando, lo que hacía falta era darle una línea de pase diagonal que le permitiese mover el sistema defensivo de San Lorenzo, e Isco se la dibujó desplazándose hacia la derecha. Carvajal estaba casi de extremo e Isco, más o menos de falso lateral, empezó a recibir abierto, y como perderla ahí daba igual porque Pepe y Ramos lo tenían todo bajo control, se dedicó a apurar las jugadas al máximo. Conducía mucho buscando atraer defensores, doblaba a Carvajal para sorprender… De pronto, la banda derecha dio metros al Madrid, y si bien esos metros no se convertían en ocasiones directas, sí que se transformaron en muchas faltas y saques de esquina. Y tratándose el Real actual de una auténtica súper potencia a balón parado, Ancelotti ya tenía su ventana. Caería. Y en efecto, el 1-0 llegó de córner. Y fin.
Desde que Carlo estrenase en Riazor el sistema de Los dos Puentes, su equipo se ha adaptado a una enorme variedad de retos distintos dominando todos ellos. Anoche lo hizo con uno de los que le faltaban: el repliegue sudamericano machacón. Y no tuvo ninguna posibilidad de perder. Ni siquiera con infinita mala suerte. El único desenlace posible era el Real Madrid como campeón del mundo. Ya lleva el parche en el pecho.
@javi15195 21 diciembre, 2014
Y qué de metros gana el Madrid con la simple presencia de Ramos y Pepe por detrás del bloque. Pepe yendo a banda fue un auténtico abuso y luego Ramos anticipando es tremendo. Y si además lo unes con Kroos a balón parado… Es un factor importante para abrir partidos. Sobretodo ante este tipo de contextos.
Luego James, a parte de dar pases horizontales a Kroos junto a Isco, se nota que tiene que ser el interior más largo del Madrid. En 3/4 resulta ser más fino (aunque en la final no lo estuvo) porque creo que en esa zona no tiene que asociarse tanto y es más de movilidad + acelerar jugada. Veinte metros más atrás creo que sufre un poco para elaborar. No es tan sumamente creativo para crear posesiones ventajosas para el equipo junto a Kroos y sí lo es como centrocampista más adelantado.
En cuanto a Isco, cada vez está más implicado defensivamente. No significa de momento que sea un jugador tremendo en tareas defensivas porque a veces lo veo demasiado impulsivo. Quiere dar buena imagen para mantenerse en el XI pero a veces no roma buenas decisiones. Sin embargo creo que si mantiene esta línea de interés en este apartado creo que puede ser un gran complemento y una posible adaptación futura a la posición de interior, un interior más puro.