Le tiene tomada la medida. Tras martirizarle durante años en los derbis vascos, Griezmann visitó al Athletic con otra camiseta y le hizo un hat-trick. Con semejante producción, debe decirse del francés que fue el mejor hombre del Atlético y también del partido, aunque tardase bastante en comparecer. Hasta el 1-2, prácticamente no supo sumar nada. Tras el mismo, sí dominó San Mamés. Quizás la diferencia existente entre los dos compases arrojase un poco de luz sobre su suplencia habitual.
D.P.S. Para salir quiere tanquesEl Atlético de Madrid sale casi siempre por mediación de un pase largo y aéreo hacia la cabeza de uno de sus puntas. Si bien está recitando a menudo un discurso más asociativo que el año pasado, eso no afecta a la salida, eso solo se nota en campo rival, en el campo propio no se asume ni el menor riesgo. Por descontado, aunque la iniciación sea en largo, está trabajada en la pizarra, existe una colocación ideal que el Atlético dibuja antes de cada saque de puerta. Usualmente, el equipo se inclina sobre su banda derecha, incluyendo a Raúl García o Mandzukic, con el objeto de que uno de ellos se la baje o a Juanfran o a Arda, que son los nuevos protagonistas del ataque. Entre el lateral y el interior ganan línea de fondo y centran al área, donde espera el cabeceador que no se la bajó antes e irrumpe el que sí lo hizo. De ahí en interés de alinear dos expertos del juego aéreo a la vez. Es simple, pero también crucial.
Anoche San Mamés veía la pelota en el aire todo el tiempo.
Griezmann no sumó en el 1er TEn el primer tiempo del partido de anoche, el Athletic propuso un juego que Simeone firmaría para todos sus oponentes: hubo muchísimo balón largo generalizado, muchísimos choques, muchísimos saltos e, importante, más hombres en el campo del Atlético que en el campo del Athletic. Debido a eso, era más decisivo ganar la disputa aérea en la mitad local que en la visitante: al haber menos obstáculos y más espacios, darle al testarazo una buena orientación implicaría allí una ventaja superior que en el otro lado. Pero a Simeone le falló aquéllo con lo que siempre cuenta: el saltador. Antoine, que hizo de «9» boya, no olió una. Aduriz, pese a estar más rodeado, y pese a tener a sus compañeros más rodeados también, sí transformaba en ataques los simulacros de pase que le daban -y por eso mandaron los leones-, pero Griezmann no pudo darle nada a su equipo.
Griezmann cambió el partido con acciones made in Mandzukic.
Más. La primera ocasión del choque tendría la misma naturaleza. A los pocos segundos del segundo tiempo, tras nueve pelotazos sumados entre los dos equipos, incluyendo un salto ganado por Griezmann -que habitualmente perdería-, el Atlético pudo enlazar, al fin, un ataque raso, y lo terminó como le gusta: con un centro desde la derecha hacia el área de castigo. Griezmann, de cabeza, hizo el gol. Un gol que habitualmente no marcaría. Es decir, para empatar, el Atlético necesitó que Griezmann completase dos acciones seguidas que incluso por separado resultan improbables en él. Y que resultan ultra factibles en Mandzukic y Raúl García.
Escasos minutos después Raúl García marcó el 1-2, el Atleti replegó a consciencia, el Athletic dejó espacios atrás y Griezmann comenzó a matar contra tras contra, atacando la espalda de la defensa vasca. Eso es algo que sí sabe hacer, pero también es algo que el Atleti solo busca con regularidad cuando va ganando, no cuando tiene que adelantarse, que, como gigante que es, es lo que le toca cada vez que empieza un partido.
Simeone imploró por Diego y luego lo sacrificó por el sistema.
A título individual, Griezmann, el segundo atacante más importante de la nueva Francia, puede estar entre los cinco jugadores más valiosos del plantel, desde luego por delante de García y muy probablemente de Mandzukic, lo cual incita al público a arquear la ceja al saber, como sabemos, que no forma parte del once favorito de Simeone, pero su día más glorioso como rojiblanco ayudó a entender al Cholo. El Atlético de Madrid tiene un sistema ofensivo clarísimo y que funciona. Y tanto en su paso 1 (la salida) como en el final (el remate) manda un registro que Griezmann no domina y que su competencia borda (el aéreo). Y el mejor entrenador del año pasado no es de cambiar lo que le aporta eficacia fácil. De hecho, buscar y encontrar eficacia sencilla es hasta ahora la clave de su éxito. Aunque el peaje sea sacrificar a tipos que le encantan.
Vincen21 22 diciembre, 2014
Que Griezmann es un jugador que necesita espacio es un hecho y en la segunda parte lo ha demostrado. Lo que me ha parecido absolutamente desastroso ha sido la actuación de Raúl García durante todo el partido y especialmente en el primer tiempo, le ganarón todos los balones aereos y le forzaron a hacer un número considerable de faltas entre las que se encuentran la del cabezazo de Mikel Rico. Ojo que yo entiendo la función de estos futbolistas y lo importantes que pueden ser para un técnico (especialmente en partidos como el de Turín), pero si dejan de ser hombre "boya" y fallan en su cometido se vuelven absolutamente inútiles, por no mencionar que hay partidos que no necesitan a jugadores como Raúl García porque el número de disputas es muy pequeño.