Se pagaron 5 millones de €uros por Anthony Martial cuando el chico tenía 17 años. Se trató de una cifra muy alta para un jugador de tan corta edad, síntoma claro de que el delantero, sin apenas rodaje, estaba considerado una de las promesas con más proyección del fútbol francés. Comparado con Benzema por salir de la cantera del Lyon y con Titi Henry por su zancada larga, parece que ya, con los 19 recién cumplidos, se está haciendo un hueco en el once del Monaco de Jardim, que hoy jugará por los 8vos de la Champions.
De extremo hoy no rinde muchoEn algunos de sus primeros ratos, Martial ocupó plaza de extremo en el 4-2-3-1 más habitual, una posición que en opinión de muchos se adapta a su perfil físico. No es muy alto (1,81) y alcanza cierta velocidad en el sprint, amén de mostrar una resistencia considerable que, unida a sus ganas de sumar, le postulan como un recurso defensivo más fiable del que puedan ser Ferreira-Carrasco o Lucas Ocampos tapando la banda. Su problema es que, pese a que se haya relacionado con Thierry y Karim, no se muestra coordinado cuando tiene la pelota de cara al arco rival. A veces completa algún gesto de bella factura que excita a la grada, pero en lo general se le ve sin control real sobre el balón. En el juego de frente, Martial se muestra muy irregular técnicamente a día de hoy.
Su físico no encaja, pero da lo mejor de sí jugando de espaldas.
Donde Martial sí se exhibe como un futbolista dueño de sus acciones es la punta del ataque, como delantero centro puro, desde donde su fútbol pasa a consistir en recibir balones de espaldas y habilitar a sus compañeros. Ya se apuntó antes que no tiene ningún corpachón, a su estatura promedio no agrega más de 76 kilos, pero sus maniobras técnicas en este tipo de acciones son de alta escuela, tanto ganando la posición contra centrales más pesados y expertos como soltando la pelota con una sutileza que sin duda contrasta con su aparente descoordinación en jugadas más propias de su perfil físico (caídas a banda, conducciones, etc). Además, ve el fútbol con claridad cuando mira hacia su portero; alterna dejadas a los llegadores con aperturas a banda o prolongaciones decisivas según corresponda al momento. Es una referencia fiable y de participación fluida… haciendo de Kanouté.
Si no logra ser lo que se busca en él, le quedará otra carta.
Los expertos opinan que su actual descontrol en el juego de cara se debe a falta de adaptación al primer nivel; se confía en que tenga potencial técnico para realizar un fútbol más acorde a su fisionomía y podría ser que se insistiera en ello a corto y medio plazo. Si, en contra de la previsión, Anthony Martial no lograse superar su traba actual, el secreto de su éxito residiría en fortalecer su cuerpo y transformarle en un especialista tipo Drogba. Quizá su techo se rebajaría, al carecer del 1,88 del elefante, pero técnicamente lo tendría todo aprendido, y podría convertirse en un jugador de culto.
@javi15195 9 diciembre, 2014
Lo que me parece curioso (nunca le he visto) es que se destaque el juego de espaldas de un chico de esa edad y de esa complexión. Normalmente en esa fase de la carrera de un jugador aún le cueste ganar la posición y trate de evadir dichos choques con los centrales. Incluso hay centrales de esta edad que aún no dominan bien eso de ganar la posición con su cuerpo. Interesantes argumentos los de este Martial. Tocará echarle un ojo 😉