El Real Madrid sumó su decimosexta victoria consecutiva ante un Málaga marcado por la baja de su centrocampista clave, Ignacio Camacho. Sin el internacional, Javi Gracia se vio forzado a cambiar el estilo defensivo de su equipo y, a pesar de que el resultado final se apretase, el éxito del ajuste fue bajo. Es cierto que el líder no tuvo una noche cómoda en el sentido de que no lució el control total al que acostumbra, pero, a cambio, el Málaga cedió espacios y facilidades que, de no ser por la inspiración de Kameni, se habrían transformado en una de esas goleadas funcionariales made in la BBC.
Recio y Darder, muy impulsivosDefensivamente, el Málaga se construye a partir de tres señas de identidad: 1. Un 4-4-2 que solo presiona cuando el otro no mira hacia el área de Carlos, 2. El desvío del ataque rival hacia las bandas, y 3. Camacho entre centrales para crear superioridad numérica en el área contra los centros que llegan desde los costados. Sin Ignacio, perdieron todo. Los blanquiazules jugaron con demasiada pasión, metieron demasiada pierna y favorecieron que el Real eliminase líneas de presión con poco toque. Kroos en la primera parte e Isco en la segunda se saltaban la medular local con apenas un control orientado y un pase corto porque tanto Darder como Recio iban a por ellos locamente. Este desequilibrio derivó en una ayuda demasiado prolongada de los extremos hacia pasillos interiores que vendió a Boka y Rosales ante el ataque blanco. El Madrid acababa en la banda, como le gusta al Málaga, pero con una probabilidad enorme de sacar un centro de calidad y contra un Málaga desordenado que ni siquiera tenía la canónica superioridad numérica en su área de castigo. Si el centro llegaba desde el costado derecho, James, Cristiano y Benzema agredían a los centrales y a Rosales; si llegaba desde el izquierdo, cambiaban James por Bale y Rosales por Boka.
El Madrid casi ignoró su sector derecho durante el primer tiempo.
Una duda que siempre queda impresa en estos partidos en los que el Madrid descubre una vía abierta de peligro fácil es si no es demasiado goloso. Estaba claro que Marcelo, James y Ronaldo por la izquierda estaban aniquilando el fuerte defensivo de Gracia, pero pelota que el Madrid mandaba hacia allí, pelota que nunca más volvía al centro. Se forzaba el ataque y se centraba al área, sacrificando el passing-game que, con Isco de interior derecho, el sistema necesita para ordenarse en campo contrario y adquirir una posición de ventaja para defender mejor. El fantástico encuentro de Sergio Ramos -dibujó de forma muy visual y constante el primer puente de Carlo-, le otorgó una estabilidad suficiente, pero no una estabilidad absoluta. Si el Málaga hubiera sido más reflexivo a la hora de iniciar sus contraataques, habría detectado que Isco estaba bastante desprotegido contra Boka, Duda y Castillejo.
Una vez cambió Ancelotti a Benzema por Illarramendi, el Madrid activó su chip controlador y sí obtuvo una seguridad más recomendable, y eso que fue en los minutos en los que más riesgos ofensivos asumió el Málaga. En especial Isco como interior izquierdo -su posición- domó el encuentro a voluntad. Y groso modo esa fue la historia de la visita del líder a La Rosaleda. De un líder que sin Modric pierde consistencia por mucho que Isco esté impresionante y de una Rosaleda que, sin sus tres futbolistas capitales (también faltaban Juanmi y Amrabat), no vio a su equipo exactamente reflejado, sino una versión honrada pero alternativa cuyo único plus fue crear un clímax interrumpido que restó sensibilidad hasta a Benzema, pero que no aumentó su competitividad. E incluso así, entre la fuerza de su balón parado, la inseguridad de Iker Casillas -frenó su línea ascendente- y la seguridad de Carlos Kameni, con suerte, algo pudo pescar. Se trata de un conjunto muy bien hecho.
Jose Luis 30 noviembre, 2014
No vi nada del partido. Así que entro aquí a hacer una serie de preguntas para hacerme una composición de lugar:
1. Si James estaba a la izquierda de Kroos e Isco a la derecha del alemán, ¿formó el Madrid en 4-4-2 en defensa o se mantenía el 4-3-3-?
2. ¿Se notó para bien la entrada de Illarra o simplemente se notó que había un hombre más en el medio?
3. ¿Cómo fue el partido de Cristiano? Kameni al margen
4. Fue Bale otra vez un futbolista intermitente y ajeno al juego de centrocampistas?
5. ¿Qué papel tuvieron los laterales del Madrid?
Ya en general, también quisiera saber vuestra opinión de la pareja Welligton-Sánchez en esta liga. Es que me parece que el resto del equipo está por encima de estos jugadores.
Tengo una teoría -no empírica, pero sí refleja la realidad- que dice que sumando y ordenando la categoría del portero, los centrales y de el delantero del equipo; la media aritmética da como resultado el puesto del equipo en la liga. Hay excepciones, como el Zaragoza de Diego Milito y Oliveira que descendió, o el Atlético de Madrid de Hasselbaink. Pero por lo general suele salir.