Tras el histórico 0-4 que encajó el Bayern Múnich en la semifinal de la última Champions, Guardiola protagonizó una rueda de prensa cargada de autocrítica y decepción. Se recriminaba a sí mismo haber renunciado a su marca personal como entrenador; haber desnudado el centro del campo para sumar un delantero más. Pese a que visto con perspectiva su análisis parece muy preciso, en lo global hubo algo de mayor calado. Nos referimos a que, previamente, había sucedido algo tan tajante que había llevado a Pep, al mismísimo Pep, a plantearse traicionar su libreto. Y lo que pasó fue que, tras la segunda parte del Bernabéu, concluyó que su Bayern, el del día a día, no podría superar al Real. Probó otra cosa porque lo de siempre no iba a valerle.
El Manchester United fue el primero en confirmar el déficit.
El FCB no tiene pasadores TOPNo hubo que esperar al campeón para notar los problemas bávaros. El Arsenal los había reflejado hasta quedarse con diez hombres y el Manchester United de David Moyes los había ratificado en los cuartos de final. Groso modo, e ignorando su errática salida desde atrás, al Bayern le costaba mucho crear ventajas en el centro del campo contra defensas estáticas. Su circulación era más o menos acertada porque Pep se la dejaba clara a los suyos y ellos le obedecían, pero carecía del ritmo necesario para desordenar a un buen rival. Además, la pelota solía estar demasiado lejos de la zona de peligro; puede que porque sus medios carecían del nivel técnico preciso para controlar y tocar el balón con suficiencia si sus marcas le apretaban de cerca y tendían a recular para conservar la posesión. Se sabe que esa era la respuesta a una limitación y no un plan preestablecido porque contra los modestos no pasaba lo mismo.
Recuérdese que Kroos era el interior izquierdo del 4-3-3 bávaro.
La diferencia entre la apisonadora de los fines de semana y el tractor de los martes-miércoles era la colocación de su cerebro, Toni Kroos. Ante los ordinarios se sentía cómodo cerca de la frontal, allí instalaba su centro de operaciones y sometía a todos, pero ante los notables, si su técnico le exigía que dirigiese una posesión sin riesgos de pérdida, se posicionaba mucho más atrás para huir de las marcas y empezaba la espesura. ¿Era Kroos el culpable? No, pero sobre él ya hablaremos en próximas fechas. Lo que concierne al texto presente es que Toni era parte de un engranaje que, tal y como estaba diseñado, tenía difícil competir ante huesos agresivos. Haberlo perdido puede ser la excusa que Guardiola necesitaba para buscar algo más revolucionario.
D. Alaba podría cambiar su rolNovedades en la plantilla no ha habido demasiadas, pero importantes sí que son: Lewandowski, Rode y Bernat. La llegada del español se presume la más interesante en lo táctico porque, en teoría, viene a provocar un cambio de posición en David Alaba, que durante las dos últimas campañas ha ido voceando su deseo de jugar en el centro a pesar de que como lateral izquierdo es absolutamente condicionante. En respuesta a su inquietud, Pep lo está usando como central en esta pretemporada. En una ocasión en una línea de cuatro, pero como norma en una línea de cinco, muy al estilo del último Van Gaal. Hay que valorar que la plantilla del Bayern no está completa porque los alemanes, Robben y Dante siguen de vacaciones, así que igual esto no tiene continuidad cuando llegue lo oficial, pero ya se sabe que Guardiola suele ser muy didáctico en los amistosos y que no da puntada sin hilo. Quizá esté presentando una nueva forma de buscar la primera ventaja en el centro del campo.
Los iniciadores bávaros son mejores conduciendo que pasando.
Todos los cracks relacionados con la salida desde atrás del Bayern, todos sin excepción, marcan más la diferencia desde su conducción de balón que desde su calidad pasadora. Desde Javi Martínez a Thiago Alcántara pasando por David Alaba y Philipp Lahm. O sea, una situación casi opuesta a la que Pep trató en Barcelona (el casi es por Alves). Partiendo de ahí, nos topamos con que se viene jugando con tres centrales y que uno de ellos es Alaba. Jugar con tres centrales anima a los mismos a salir en conducción por dos motivos diferentes. El primero, que el rival nunca presiona con tres delanteros y al menos un central va a quedarse solo; el segundo, que, al sentirse protegido por sus dos compañeros, quien lleve el balón va a estar más tranquilo y confiado a la hora de lanzarse al ataque. Si uno de ellos encima es Alaba, que tiene una fe en sí mismo a prueba de bombas, pues qué decir. Pep Guardiola está invitando a sus futbolistas a que lo intenten.
Si se insiste en el cierre e 3, Lahm probará como central derecho.
Si logra crear un ecosistema en el que Alaba como central izquierdo, Lahm como central derecho -si la idea persiste, se le verá ahí alguna vez-, Martínez como líbero o Thiago como pivote estén solos, tengan el pasillo limpio para avanzar y sepan darle sentido al mismo, el Bayern podría hallar la manera de sacar de sitio a un contrario rápidamente y de que la circulación ya empezase en una situación ventajosa. Habría más ritmo y la candidatura bávara a mejor equipo del mundo ganaría enteros. Perder a Kroos, que es buenísimo, ha sido un paso atrás. Si Guardiola borda la reconstrucción, igual logra dar dos hacia delante.
LR. 4 agosto, 2014
Es cierto que el Bayern 2013/2014 solo pudo aspirar a ‘controlar’ partidos contra defensas cerradas, bien agrupadas, y no tanto a desbordarlas. Su ‘mejor versión’, esa de Gelsenkirchen o Leverkusen, no se vio contra rivales de cierta entidad.
Ese sigue siendo un ‘problema’, sencillamente porque Pep es Pep, él pretende lo que pretende -jugar lejos de Neuer y que no le pateen a puerta – y tiene al equipo que tiene: «el mismo sin Kroos». Cuánto crecerá el Bayern «en la frontal» es algo que solo podremos dirimir a partir de febrero.
Sin embargo, también recuerdo que, más allá del naufragio evidente de la circulación de balón bávara contra bloques bien armados, por aquí muchos nos preguntábamos por qué el Madrid, por ejemplo, no se animaba a presionar más. Que si el Bayern no era ágil en la frontal, tampoco lo era con el balón en los pies cerca de Neuer, donde toda la temporada no mostró miedo de correr riesgos, pero los corrió y los pagó en muchos casos.
Si yo tuviera a Pep al frente le preguntaría si eso, esa vulnerabilidad de su salida de balón le preocupa más que el otro defecto citado anteriormente. Creo que esta pretemporada nos ha respondido que sí, que le dolió ver cómo el Mainz de Tuschel o el Kaiserslautern en Copa presionaron «con éxito» a su equipo. Cito dos rivales a bote pronto, pero sé que fueron más; que Archondo o Valverde nos ayuden con la lista. En la línea de 3 veo un claro intento por «blindar» la salida, darle más ductilidad ante rivales que presionan.
Pero que uno de los tres centrales sea Alaba ya es otra cosa. Coincido con Abel: Pep quiere que la ventaja llegue antes en la jugada. No sé si vayamos a ver un centro de gravedad indiscutible en el mediocampo, un «interior de posesión Pep». Más bien parece que Guardiola quiere ayudar a los que tiene y la ayuda vendrá desde atrás, no desde adelante como alguna vez logró con un tal Messi.