Con el pitido del árbitro, el Uruguay-Italia de anoche se inició con el aura de ser el enfrentamiento más trascendente de la tercera ronda de grupos en esta Copa del Mundo. Primero, por la importante nómina de jugadores grandes que concentraba el choque, con el aditivo de que en el caso de algunos la derrota sonaría a despedida. Segundo, porque fuese cual fuese el resultado una campeona caería eliminada antes de lograr su billete a octavos. Como ya ocurriera con España o Inglaterra, otra quedaría en el camino. Pero del mismo modo que el peso de la historia gobernó toda la previa del encuentro, la mente, la activación, el ‘chip’ ganador se adueñaron del partido hasta reducirlo futbolísticamente y dejarlo en sí el más importante, pero no, desde luego, el más apetecible.
Uruguay cambió su dibujo para adaptarse a la selección italiana
El problema no fue la pizarra, no al menos de partida. Frente al clásico 3-5-2 de Prandelli, Tabárez cambió el dibujo de la selección uruguaya a un 5-3-2 que, tal y como precisó Abel Rojas en ‘38 ecos’, terminó tomando forma de 5-1-3-1 por pura adaptación a las piezas italianas. Cavani destacó defensivamente sobre PirloCavani retrasó su posición para ejercer una marca individual sobre Pirlo, al tiempo que Cebolla Rodríguez y Lodeiro tapaban líneas de pase como teóricos interiores y vigilaban la zona de recepción de sus homólogos italianos. La Italia sin ideas echó mano de un par de recursos que no se transformaron en ventajas. La incorporación de De Sciglio por izquierda estuvo bien bloqueada por un Álvaro González que defensivamente se adaptó bien a la posición de carrilero y un Ríos que se sumaba. Por su parte, los balones frontales a Inmobile siempre tuvieron como dueño a Diego Godín. Todos y cada uno de los duelos los ganó el central atlético.
Uruguay encontró, casi sin querer, una forma más eficaz de llevar el balón arriba, aunque la producción en metros finales no distó tanto de lo gestado en área contraria. Aprovechando su posición más retrasada para tapar a Andrea Pirlo, Uruguay atacó por la banda de Álvaro PereiraCavani estaba más cerca del apoyo a Álvaro Pereira en la salida lateral uruguaya. Sólo con el toque de espaldas del delantero a Cebolla pudo Uruguay girar a los italianos, y como Pereira había arrastrado anteriormente la marca de Verratti, el interior tenía metros para romper por dentro y soltar para la incorporación del carrilero. Pero la superioridad del trío de centrales italianos, que ya se había hecho patente en el juego directo hacia Luis Suárez, secó todos los envíos al área de Pereira. El primer tiempo se cerró con la sensación de que el 0-0 era el único resultado posible.
El segundo tiempo estuvo marcado por la expulsión de Marchisio
Al inicio de la 2ª parte, la sustitución de Balotelli dio entrada a Parolo, en un intento de Prandelli de parecerse a la Italia que, frente a Inglaterra, dio un gran protagonismo a sus mediapuntas en el apoyo interior y acercó a Verratti a la base. La mejor Italia jugó con sólo diez hombres No obstante, los 15 minutos anteriores a la expulsión de Marchisio fueron una insulsa prolongación de los 45 anteriores. Ya en inferioridad numérica, Italia tiró de repliegue bajo y, pese a que Uruguay modificó el esquema a 4-3-3 para poner a todas sus piezas ofensivas en el verde, fueron los de Prandelli los que generaron más. Antes del gol de Godín, con toda Uruguay muy junta arriba –pero junta y nada más-, Pirlo tenía tiempo para la lanzar e Inmobile espacio para habilitarse en la transición italiana. Y después del gol de Godín, Cassano cayó bien sobre los perfiles para poner de cara a los carrileros y el área uruguaya pasó un mal rato. Sólo un aún mejor Gastón Ramírez pudo placar los buenos minutos de Antonio.
Con un dominio alterno o casi nulo por parte de ambos, la única constante fue la falta de soluciones a la pizarra adversaria. Si hubiera que ser justos en el reparto, Italia dejó una mayor sensación de peligro, por tener en su haber talentos técnicos superiores, y Uruguay fue mejor en todo lo que no es estrictamente futbolístico. Los de Tabárez están en octavos porque, mientras que el fútbol italiano es bello pero intermitente, los suyos han demostrado competir mejor. Uruguay, incluso cuando el fútbol falta, siempre compite.
Rinus 25 junio, 2014
Buen texto! Gran partido de Copa del Mundo.
Lo ví entero y siempre tuve la sensación que Uruguay lo iba a ganar sobre el final, tirando de su épica ya conocida y así fué.
Particularmente me aburre el juego uruguayo, pero con Godín y Suarez en el mismo equipo son muy peligrosos.
Lo del central fué sencillamente grandioso, con la tónica que jugó toda la temporada, es un defensor para (sobre todo) los grandes partidos. Y lo del delantero dientón, si bien ayer no descolló, se la rebuscó solito para generar situaciones y dejó algnos detalles increíbles (giros perfilados, devolución de la pared al cebolla en el 1T) con su estilo sorpresivo, accidentado y directo.
También importantes los buenos minutos que jugó G. Ramirez
Por el lado italiano me gustó Verrati, muy nervioso Ballotelli, la expulsión (creo que justa) cambió y mucho el partido.
Como bien dice el artículo, Uriguay siempre compite.