De los últimos cuatro mundiales, la selección que actualmente dirige Reinaldo Rueda ha conseguido clasificarse en tres ocasiones -2002, 2006, 2014- cuando nunca lo logró anteriormente, frutos que hablan de la buena salud que el fútbol ecuatoriano atraviesa en los últimos tres lustros. Ecuador llega a Brasil encuadrada junto a Francia y Suiza, dos escuadras de superior nivel técnico y rítmico pero ni mucho menos inabordables. Para competir con ellos, Felipe Caicedo, referencia de la Tricolor, ha de mostrar un nivel cuanto menos notable para soñar con la clasificación que lograron ocho años atrás.
Ecuador tiene argumentos suficientes. Caicedo es uno de ellos
La muerte del Chucho Benítez, por lo más obvio y elemental, también por lo deportivo, supuso un varapalo para el grupo de jugadores que ha conformado el seleccionado durante el periodoCuerpear con Caicedo no es recomendable de clasificación. Rueda alineaba un cuarteto más que interesante, formado por Benítez, Caicedo, Valencia y Jefferson Montero. Sin el Chucho, otro Valencia, Enner, acompañaría al ex del Levante arriba. Un Caicedo que, a pesar de ser un fijo en la selección, ha perdido el lustre que ganó años atrás en el equipo granota y que le valió para hacer las maletas rumbo a Moscú. En enero de este año firmó por el Al-Jazira emiratí, alejándose más aún del fútbol más competitivo. Dicho esto, sus hechuras no pasarán desapercibidas. Hay pocos futbolistas físicamente tan impresionantes como Felipao.
Su monumental figura se antoja muy complementaria con la verticalidad que las bandas ecuatorianas proyectan a través de Valencia y Montero. Bien en envíos directos o como rematador de centros laterales, ir al choque con Caicedo no es tarea fácil. Del mismo modo, complementario también son sus características con el principal defecto de sus adversarios: Raphael Varane y Fabian Schär. Francés y suizo, grandes talentos llamados a hacer brillantes carreras en Europa, tienen su mejor cualidad en espacios abiertos, marcas veloces que juegan de cara y buscan el desborde por encima del choque y los movimientos de área en pocos metros. Caicedo puede mezclar todo ello, incidiendo sobre todo en las rupturas más cortas, uso del cuerpo y desgaste en el balón largo, ganando la posición ante jugadores menos contundentes en el roce. Ahí es donde el ecuatoriano puede sacar la ventaja que haga soñar a su país.
@migquintana 31 mayo, 2014
La carrera de Felipe Caicedo es para verlo. Extraña, multicultural y extremadamente nómada. Da la sensación de que él ha sido uno de los grandes afectados por la crisis económica del fútbol español, porque aquí podría haber hecho carrera, conseguido estabilidad y, con ello, dar más lustre a su nombre. Más allá de lo del Levante, en el Málaga también lo hizo bien, por ejemplo.
De todas formas, eso le hace ser uno de esos nombres que mola verlo en »el contexto Copa del Mundo». No porque sea un jugador extramadamente »selección», sino por recuperarlo en la élite y volver a descubrirle. Es como un reencuentro. Y, como dice Arroyo, dentro de lo que cabe, chocar contra Varane y Schär es lo mejor que puedes hacer para batirles. Y Felipao eso lo domina bastante bien.