Bastian Schweinsteiger es uno de los pilares del Bayern Munich. Canterano, toda su vida en Baviera, pieza angular de la selección germana y armazón del vestuario muniqués, Bastian es muchas cosas. Desde que Louis van Gaal redefinió su esencia y se afianzó en el sistema de Heynckes, el rubio bávaro es incuestionable en el césped del Allianz Arena. Tras la llegada de Guardiola, Schweinsteiger ha supuesto para Pep un extraño elemento, a medio camino entre la versatilidad y la indefinición.
Muy atrás quedó la transición entre el primer Bastian, entrenado por Magath, Klinsmann o Hitzfeld, poco matizado en su estilo, hasta el reposado centrocampista total de Louis van Gaal, y sobre todo, el que despega con Jupp Heynckes. Schweinsteiger no luce tanto con guardiolaCon Luiz Gustavo por detrás y la ayuda de Kroos, Bastian es el verdadero protagonista del juego en la zona central del entramado de Jupp, ejecutando, bien es verdad, dinámicas pasadoras más simples, enfocadas a las bandas, donde podía descolgarse y llegar desde atrás. Tomó enorme protagonismo en la salida de balón, a un ritmo bajo y ayudado por un Franck Ribery en izquierda –impresionante- y Philipp Lahm en la derecha. Arriba tiraba la diagonal que distraía y compensaba los movimientos de Robbery. En definitiva, un Schweinsteiger dinámico y libre. Un líder.
Bastian no encaja tan bien como en la idea de Jupp Heynckes
La llegada de Guardiola supuso una serie de cambios estructurales que daban mucho peso en la elaboración a Toni Kroos, Philipp Lahm, el gran movimiento táctico del genio catalán, y Thiago Alcántara, fichaje que Pep entendió como importante para asentar todas sus teorías. La figura de Schweinsteiger sería la de sumar un apoyo a la pelota en los tres tramos: en salida, en mediocampo y en zonas más adelantadas y recostadas, amén de un punto mayor de equilibrio y seguridad sin la posesión de la pelota. Su peso específico y su calidad contrastada le posicionaban en el ‘XI’ por delante de Mario Götze o Javi Martínez. En la práctica, Bastian queda indefinido en términos de importancia. Reducida su presencia en la frontal para el disparo, más acompañante que iniciador en el control del esférico en el centro del campo, su inclusión no saca lo mejor de su fútbol, que exige cosas que el bávaro no acomete con la claridad que a Guardiola le gustaría.
Una situación análoga por la que han pasado Fábregas y el Barcelona en las últimas temporadas, sobre todo en partidos más importantes, donde Cesc se sumaba a un planteamiento de control, con y sin balón, con labores de llegada y dinamismo, ocupando el puesto de Pedro o Alexis, integrantes del Barça de los extremos, planteado así en partidos menos exigentes. En el caso del Bayern, la lesión de tobillo de Bastian y la versatilidad que Pep ha dibujado en su centro del campo, por el que incluso pasaron Götze, Shaquiri o Müller, no han terminado de establecer una configuración definitiva. La lesión posterior de Thiago, dado de alta en estos últimos días, tampoco ha facilitado el poder comprobar la disposición definitiva en un mediocampo que Schweinsteiger aún no ha hecho suyo.
javimgol 29 abril, 2014
En directo el miércoles Schweini me dejó muy malas sensaciones, la verdad. El juego lo dirigía Kroos, y su mayor auxilio era Lahm. Y en defensa no parecía un titán.