Desde la visita del FC Barcelona a Anoeta en la semifinal de la Copa del Rey, se ha presumido que el Tata Martino se jugaría las habichuelas con el conocido como «Barça de los cinco centrocampistas», aquél que prescinde de un extremo para que Iniesta, Cesc y Xavi puedan combinar juntos. Las ventajas de tal apuesta, que ante el Real Madrid se vislumbran relativas, han sido tratadas en este otro análisis; así que ahora nos pararemos a pormenorizar el efecto de esta táctica sólo sobre el ataque culé. En general, le afecta para mal.
Si Andrés es 11, solo Leo atacaEl Barça carece de un plan ofensivo cruyffista cuando adelanta a Andrés. No existe una posición inicial que ayude a empujar al contrario (ni se es ancho ni se es profundo), no se favorece la creación de triángulos sobre el césped y no se presenta una dinámica de movimientos mecanizada y dada a la repetición como en los sistemas más ganadores del club en su historia más reciente. O sea, en lo meramente táctico, se renuncia a las pautas que los canteranos culés (grueso del once) han seguido toda su vida. Así pierden la seguridad que da la costumbre, son más cautos tanto en sus desmarques como en sus pases y resultan más inofensivos. Además, parten con el inconveniente de que no hay un «9» que trabaje sobre la defensa rival para crearle espacio a sus jugones, que es clave en cualquier sistema basado en la libertad de los medios.
¿Que por qué es sostenible entonces? Porque el Barça tiene a Messi.
Xabi, Pepe y Ramos solo tendrán una preocupación: Leo Messi.
El ataque del Barça de los centrocampistas encuentra tres senderos hacia el gol. El primero, muy poco común, es el contragolpe. Suele ser una mala noticia, ya que si contraataca es porque lo que pretendía hacer no le está saliendo, pero así batió al Manchester City en el Camp Nou hace diez días. La segunda vía es el error ajeno. Los azulgranas no suelen forzarlos porque rara vez son agresivos, pero, como pasa tanto tiempo en el campo del otro, cabe la posibilidad de que este se descentre alguna vez y Messi se lo cobre. El tercer conducto, y al que al fin y al cabo se limita el partido en 75 de sus 90 minutos, es que Leo haga una maravilla de las que solo están en su mano. Y suele hacerla.
Messi puede ser más que tresDe raíz, el enfrentamiento será entre Messi y el triángulo formado por Ramos, Pepe y Xabi Alonso. Es decir, será una situación de uno contra tres -como casi siempre-, sobre todo si se confirma la suplencia de Alexis Sánchez, cuya diagonal saliendo desde la banda derecha suele ser el único factor táctico favorable a Lionel en este sistema, pues tal movimiento sí remueve a dos rivales (lateral y central izquierdos). El passing-game de los bajitos viene a ser una distracción, más o menos eficaz según la rapidez de la pelota, que busca desprender de Messi a uno de sus tres defensores, de tal forma que, al recibir, solo tenga dos vigilantes cerca, lo cual equivale a media ocasión de gol para el genio azulgrana.
Tata querrá que Leo asuste al Real y que Xavi gestione el pánico.
Siendo francos, el del Barça no es un ataque a imitar cuando usa el plan que, según se anuncia, elegirá hoy. De hecho, Leo debe odiarlo; para él todo (recibir, conducir, llegar, chutar, asistir…) es más fácil con el dibujo de los dos extremos. Además, hoy se enfrenta a un equipo de gran calidad defensiva en general y a un triángulo en particular que es dominante, que pasa por un momento positivo y que durante tres años estudió y normalizó cada uno de sus gestos con un genio obsesionado con detenerlo. Dicho lo cual, y pese a los argumentos más pesimistas esgrimidos a lo largo del texto, Messi contra Pepe, Ramos y Alonso es una ventaja del FC Barcelona. Su gran fortaleza; la que puede hacerle conquistar el Bernabéu otra vez. Ni siquiera necesita someterlos, que sería complicado; le sobraría con liberarse dos veces dos segundos, y eso sí que es una posibilidad. Tener a Messi es poder ganar siempre.
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Sanrik 23 marzo, 2014
Yo ya me río cuando se intenta escribir un análisis sobre Leo en Ecos.
Al final el análisis no existe y el rival por todo lo bien que intente plantear y ejecutar el plan, con un despiste, rebote o una genialidad del argentino lo cambia todo.
Una vez que Leo desaparezca creo que se empezará a valorar un poco al RM de Mourinho y a los Pepe, Ramos y Xabi. Ya me gustaría a mí que El Bayern de Pep tuviese tantos partidos contra Leo.