El Real Madrid firmó en La Rosaleda una de esas victorias que tranquilizan y enorgullecen a un entrenador. No fue el día de casi ninguno de sus jugadores, tardó en igualar la activación de su rival, no le entraron ni las claras, encontró problemas incluso en forma de lesiones y los cambios de Ancelotti no parecieron precisos, y, aun así, ganó sin sufrir demasiado. Quedó la sensación de que ni siquiera la peor versión posible de los de Carlo deja de dar el mínimo para mantener con bastantes garantías un ritmo de puntuación propio del líder. La ayer vulnerada arquitectura blanca batió a un buen Málaga.
Bernd mandó al Málaga arribaSchuster, sabedor de que si se metía atrás iba a visitar poco el área de Diego López, mandó a su equipo a morder desde muy arriba. Santa Cruz es muy listo trabajando la salida de los centrales y supo desorientarlos con su colocación, y, de mientras, Samu, Duda y Amrabat hicieron una labor más física que intelectual pero que también pareció efectiva. Es difícil fijar el punto entre el mérito local y el demérito visitante, pero el caso es que, a excepción de Modric y Alonso, el Madrid fue una máquina de perder la pelota en su propio campo. La intensidad de los boquerones estuvo ahí, importó, pero no fue lo único. Hubo muchos pases-regalos.
Gareth Bale estuvo perfecto en el regate y genial como pasador.
El peaje de la presión del Málaga era que Bale y Cristiano estaban casi siempre en uno para uno contra sus pares y con espacio a la espalda de los mismos. Fue algo muy parecido a lo ya acontecido en el Madrid-Villarreal, y Gareth hizo exactamente lo mismo que entonces: ganar el partido. Que su producción se quedase en un mero gol fue un milagro.
Durante 60 minutos, el Real fue demasiado directo y discontinuo.
Debe decirse que tras la lesión de Benzema el peligro blanco perdió constancia. Ni Benzema estaba saliéndose, ni Isco como interior la estaba partiendo ni Di María, que fue quien entró, jugó mal, pero los de Ancelotti dejaron de mezclar su ataque, pasaron a ser muy directos siempre y su precisión cayó más incluso. Cuando el Madrid juega solo a transitar, le falta un enlace, alguien que reciba de Alonso o Modric y lance la jugada. Bale, Ronaldo y, sobre todo, Benzema pueden hacerlo y alguna vez lo hacen, pero ninguno tiene esa tarea como su prioridad.
Amrabat rompió a Dani CarvajalEn el Málaga todos los actores conocían su papel y todos los papeles estaban cubiertos. Tuvieron dos ventajas y una ventajita. La más gorda fue la Amrabat contra Carvajal. Carvajal es pura impaciencia y el marroquí es puro amago, así que no se vio obligado ni a regatearlo, con un par de fintas sin balón vaciaba el pasillo y luego lo recorría con la pelota tan a gusto. La multitud de pérdidas que protagonizó el lateral le pusieron más nervioso todavía y Amrabat tomó buena cuenta. También Santa Cruz se mostró superior a Varane en el juego directo, así como Duda sacó algún fruto de la zona de Di María, aunque en este caso fue más para aparecer mucho que para crear problemas. Sea como sea, a pesar de estos tres desequilibrios (que constaron en las 13 veces en las que chutó el Málaga), el Madrid se puso el mono de trabajo, Pepe y Alonso rayaron a un nivel muy, muy alto en defensa y Diego López volvió a irse a casa sin encajar gol ni realizar ninguna parada comprometida.
También hay que decir que el Málaga no es el equipo más claro de la Liga cuando llega a la frontal del área oponente. No va sobrado de arte. Si ante un TOP 6 y a domicilio el Real estuviera tan laxo como ayer en lo grupal, Diego sufriría. Perder tres batallas en una sola guerra no es siempre tan fácil de compensar.
Marcelo sigue sumando actuaciones defensivas de gran mérito.
Concluyendo, Bernd se quedará con que su equipo, por tercer partido consecutivo, ha demostrado un espíritu de supervivencia que será su mayor aval en lo que queda de Liga. Su plantilla podría haber dado para salvarle de modo más cómodo, pero ya solo le queda sufrir. En cuanto a Ancelotti, podrá contarle a sus bisnietos que, dirigido por él, Marcelo Viera fue una roca cerrando el segundo palo en uno de esos días desagradables que cuestan Ligas a los más grandes. El choque del brasileño resumió la actuación colectiva, perdió ocho posesiones por falta de tensión y corrigió a Varane en un centro aéreo. Carletto le ha comido la cabeza.
Abel Rojas 16 marzo, 2014
Siempre he pensado que una jugada que podría dibujar Ancelotti para que su equipo contragolpease mejor sería descolgar por completo a Benzema y utilizarlo de mediapunta. Los centrales no le iban a perseguir porque con Bale y con Ronaldo de extremos, los tienes atados, y Karim tendría maniobra para recibir y lanzar, que es algo que él hace muy bien. No es Özil, pero tiene mucha calidad en esa labor. Creo que les sería más rentable que tenerlo arriba.
Si el Madrid lograse más continuidad y regularidad en sus contraataques, su versatilidad sería temible. Ahora mismo mi sensación es que si un equipo le quita la pelota y es capaz de controlar a Bale y Ronaldo al mismo tiempo, si puede compatibilizar esas tres tareas, al Madrid le costaría la vida crear una ocasión. Todas sus contras derivan de un jugadón brutal de uno de sus jugadores, nunca de una labor táctica o colectiva. Es algo que en ataque posicional no necesita porque está mucho mejor ordenado.
Benzema de mediapunta en esas situaciones podría ayudarles mucho.