Es desconcertante afrontar un estudio previo al partido de esta noche tras las últimas 72 horas de fútbol. De un lado, el Sevilla ha terminado de enlazar una brillante racha de cinco triunfos consecutivos que, unida a su victoria en el derbi europeo, le posicionan en su momento más dulce de la era Emery; mientras que el Madrid, que se veía más cerca de lo que estaba de ganar la Liga, saldrá hoy al Pizjuán con la quizás exagerada sensación de estar ante una Final. Otro factor confuso es lo de Ramos. En teoría, está sancionado, pero podría recibir la cautelar a media tarde. Su concurso se presumiría vital por motivos tácticos, aunque lo raro del caso pudiese descentrar a un hombre dado a ello. En última instancia tenemos el fútbol blanco. Tras dos meses y medio de juego colectivo, lento y seguro planteó su encuentro clave del año de modo individual, frenético y arriesgadísimo.
Illarramendi podría ayudar al Real a reencontrarse con su estilo.
El buen Sevilla es el defensivoExpongámonos un poco y asumamos que el Madrid, en sus formas, es el de los últimos 75 días y no el del domingo solo. De ser así, Unai Emery se enfrentaría al, para él, equipo más difícil de esta Liga. El Sevilla tiene dos caras y ninguna es ideal contra quien se puso líder. La primera es la ultra-defensiva; se encierra muy atrás, aunque sin cubrir las bandas del todo bien, y sale a la contra. Desde que Ancelotti instalase el 4-3-3, su sistema ha superado todos los desafíos de esa índole con suma facilidad. Dormía con el balón, el gol acababa cayendo y las contras rivales casi nunca llegaban a López. El Real ha sufrido en noches más removidas y descontroladas, de ritmo alto. El Sevilla a veces sube su agresividad, presiona muy arriba e impone ese descontrol que tanto le daña, pero, cada vez que lo hace, acaba regalando goles. Es difícil que con esa apuesta desborde hoy más de lo que lo hizo contra el Barça, a quien llegó incluso a arrasar, y aquel día perdió 1-4 por fallitos típicos.
Bacca representa a la estirpe de «9s» que suele superar al Madrid.
El otro condicionante de la noche estará en la defensa sobre Carlos Bacca. Si bien Rakitic se ha consagrado como la estrella del Sevilla por méritos propios y sin duda es la amenaza principal para todos los que visitan Nervión, el «9» colombiano, una gozada para los sentidos por su purismo, es uno de esos delanteros contra los que Varane -y en menor medida Pepe- no compiten bien. Desempeña varios roles, es rápido al espacio e incluso regatea con calidad si visita los costados, pero sus especialidades residen en la recepción y administración del juego bombeado y en el instinto rematador tras centro lateral. Bacca es clave cuando el Sevilla juega lento -los laterales suben y la ponen- y cuando juega rápido -baja el envío largo y se la da de cara a Rakitic-. Sin Sergio Ramos, o con un Sergio Ramos alterado, este fantástico ariete se convertirá en el aliado más directo que puedan hallar Atlético de Madrid y Barcelona en las nueve fechas que restan de campeonato.
Paco 26 marzo, 2014
Otro de los que puede hacer mucho daño es Marko Marin si juega y las subidas de Alberto Moreno porque Carvajal flojito aunque segun dijo Ancelotti tenia problemas fisicos y hoy jugaria de LD Nacho o Ramos.
Yo creo que si el Sevilla sale agresivo a morir arriba el Madrid no gana hoy porque asi sufre mucho como hemos visto en San Mames o Calderon mientras que si sale encerrado ganara el Madrid seguramente pero no reo que Emery salga encerrado porque no lo suele hacer contra los grandes.