Conociendo la personalidad de Unai Emery, uno puede imaginarse lo que le costó tomar la decisión. Su Sevilla arrancó la temporada con la voluntad de ser especial: mucha gente movíendose por la mediapunta y unos laterales que bien parecían los sucesores de Jesús Navas. Y arriba, dos delanteros. Unai buscó algo complejísimo que terminó con sus futbolistas ahogados ante la exigencia y con el Sevilla en la zona de descenso.
Fue entonces cuando Emery, en un gesto de buen entrenador, optó por cambiarlo todo de manera radical. El vasco dejó a un lado sus gustos personales y se amoldó a una plantilla escasa en el aspecto creativo pero de un poder físico “top” en nuestra Liga. Las medidas principales consistieron en instaurar un doble pivote rocoso y fijo que no perdiera la posición –y que la tocase más bien poco–, atar atrás a los laterales, adelantar a Rakitic a la mediapunta y suprimir el doble «nueve». Y por encima de todo, juego directo. Mucho juego directo.
El Sevilla de Unai pasó de un extremo a otro en su estilo de juego
Cosas del fútbol, la revolución trajo consigo la primera victoria fuera de casa en más de un año. Triunfo merecido, nada casual, y que a Unai le animó a seguir trabajando en su nuevo plan. De repente el Sevilla se ¿Abusó Unai del envío en largo?había convertido en un hueso duro de roer, con Rakitic y Bacca como estiletes ofensivos y un porcentaje de acierto en el pase rozando el mínimo del campeonato. Los de Nervión se llevaron los tres puntos de Granada con un bajísimo 63% de acierto en las entregas. Dos semanas después el tema rozó el paroxismo en Villarreal: 1-2 en el Madrigal con un impactante 54% de pases completados. Pero lo más llamativo es que todos esos botines fueron más o menos justos, acordes a lo visto sobre el césped. El Sevilla había ganado por ser mejor que su rival.
Pero en fútbol ninguna estrategia es infalible, y menos una tan simple como la adoptada por el cuadro andaluz. Unai fue consciente de ello y ha tratado de encontrar en el último mes el equilibrio entre el antiguo Sevilla y el actual, sobre todo para los partidos de casa, en los que el oponente cede la iniciativa. En ese sentido, la dolorosa derrota frente al Levante trajo novedades del pasado: los hispalenses regresaron a la doble punta Gameiro-Bacca y a un altísimo 83% de acierto en sus considerables 503 pases. Los de Caparrós podían conducirles a la desesperación con su repliegue pero no fue así. El Sevilla chutó 21 veces, falló un penalty y reunió todos los méritos para ganar.
Emery busca encontrar el equilibrio entre sus dos estilos de juego
Quizás no se trate de recuperar todo lo que un día se intentó. Por ejemplo, el doble ariete, ya sea a la contra o al toque, no arranca. Bacca vive mejor solo. No obstante, sí que se pueden recobrar otros automatismos dejados atrás. Es el caso de la presencia ofensiva de los laterales. No sería mala hora para que Alberto Moreno se reenganchase a la temporada, o seguir incitando a subir a Coke, autor de un golazo el sábado. En definitiva, ser más alegres. Sevilla es la ciudad del sol. Su gente no puede estar viendo volar pelotazos, mirando al cielo a ver si empieza a llover. No todo el rato.
@migquintana 1 febrero, 2014
Coincido 100% con la visión de David.
Los resultados dan confianza y, a partir de la confianza, puedes comenzar a crecer. Yo entiendo que eso es lo que ha ido buscando Emery. En su momento dijo que ''no iba a morir con sus ideas'', pero una vez la amenaza desapareció él ha intentado volver a probar parte de su planteamiento inicial. Lo de Rakitic en la base y la doble punta creo que no ha llegado a funcionar del todo con continuidad esta temporada, así que, aunque se vaya más allá del juego directo que muestra fuera del Pizjuán, creo que lo de ver a Rakitic + Bacca arriba comienza a ser innegociable. Es lo más equilibrado, los más peligroso y lo más determinante.
A partir de ahí… me gustaría ver a Alberto Moreno -cómo se nota- y Figueiras/Coke con más proyección ofensiva, pero sobre todo creo que donde hay margen de mejora es en los mediapuntas externos. Vitolo es un jugador muy útil para un técnico, pero de creatividad va justito. Reyes precisamente no, pero si no es día grande no aparece salvo a balón parado. Si ahí el Sevilla suma a Marko Marin, acompañándolo de un perfil más concreto como puede ser Dennis, Jairo o Vitolo, el equipo tiene calidad y trabajo para crecer.