El nuevo Valencia de Pizzi mostró más frescura, estuvo más cerca del arco contrario y tuvo más ocasiones que el Atlético de Madrid, pero Courtois se quedó a un minuto de casi apearlo de esta Copa del Rey a las primeras de cambio. El joven portero belga demostró temple, dominio aéreo, reflejos y el don de la oportunidad que le distingue y que ya le dio a su equipo el título del año pasado en el Santiago Bernabéu. Si se cuenta con Thibaut, se tienen siete vidas.
Guilavogui se lució cortandoNo es lo único que posee Diego Pablo para competir en cualquier plaza. Pese a que Diego Costa y Koke, sus estrellas ofensivas, no pasen por sus mejores momentos, la fiabilidad atrás no ha abandonado al grupo ni de manera remota, y ayer por instantes llegó incluso a exhibirse en dicha materia, sobre todo en el primer tiempo. El Valencia salió valiente, con ganas de ser rápido y ofensivo, pero, con Javi Fuego y Míchel en la creación, no estaba dotado para llegar arriba por el centro y solo le quedaban las bandas; una limitación que el Atlético aprovechó para lucir el poder de anticipación de Filipe y Juanfran y el impacto defensivo de Guilavogui -¡vaya patas!-, argumentos con los que logró que los chés carecieran de cualquier profundidad.
Adrián fue el único rojiblanco con cierta claridad en el ataque.
A partir del dominio posicional, de ese «tener la pelota exactamente en el punto que el Atleti quería» estuviera en los pies de quien estuviera, los visitantes fueron superiores en el primer tiempo. No sufrían y tenían opciones de contras, si bien apenas Adrián mostró lucidez en las mismas y eso es muy poquito a día de hoy. Por pura agresividad, Javi Fuego, Ricardo Costa y Mathieu lograron sobrevivir. El desequilibrio de nivel entre la defensa y el ataque de los rojiblancos fue muy evidente.
Pizzi cambió el dibujo en el 2º TEl 0-0 al descanso permitió a Pizzi insuflar a su grupo el carácter que Simeone le había ido restando en el primer tiempo. Además, en el minuto 61 Juan Antonio cambió el encuentro con un cambio de cromos y de sistema: Feghouli por Míchel y el 4-3-3 del principio por un 4-2-3-1. Parejo, interior izquierda en origen, bajó al doble pivote junto a Fuego, y Fede, extremo derecho hasta entonces, pasó a la mediapunta. Con el inspirado Dani abajo y el eléctrico argentino como «10», el Valencia ganó muchísima verticalidad y precisión, lo que hizo que el Atlético perdiese unos 20 metros con respecto a la primera mitad. De regalo, Feghouli salió inspirado en el regate y fortaleció ese control. La suma de profundidad e intensidad de los locales era tan potente que Diego Costa protagonizó solo dos contras de peligro en la última media hora.
Helder Postiga no fue capaz de ofrecer ayuda a su equipo.
Alderweireld fue la pieza que personalizó el epílogo de la batalla. Courtois fue la estrella, pero Alderweireld fue el resumen. El central sufrió en el juego raso, no leyó ni paró bien las incursiones de Pereira, Feghouli y Canales por su perfil, pero significó una roca indestructible contra los centros laterales del Valencia. Dicho de otro modo, si bien el Atleti no estaba nada cómodo, al final lograba deshacer casi todos los ataques y despejar el peligro con calidad y concentración. La inestable colaboración de Helder Postiga se lo puso más fácil. El «9» titular de la selección portuguesa destacó en Zaragoza por su juego; no por sus goles. En Valencia, su juego también se está quedando corto. Ayer en particular estuvo especialmente superado. Para las excepciones, Tibu.
Y así resultó el primer encuentro de los octavos de Final de la Copa del Rey 2014. Parece objetivo que las primeras rondas de este torneo serían más interesantes si se jugasen a partido único en la cancha del rival más débil, pero cuando se cruzan dos equipos de potencial más parejo, el doble choque es una experiencia muy disfrutable.
El cautivo 8 enero, 2014
Yo la propuesta de Pizzi la sigo viendo muy cortoplacista. Abrir a banda y que se desborde por velocidad e intensidad y buscar el centro. Sobre todo cuando tu nueve es tan poco goleador. La verdad nunca entendí la apuesta por Postiga, que nunca ha hecho grandes cifras, en un equipo que dependía tanto del olfato de Soldado.
Los ches aguantaran mientras la ilusión de la novedad les haga correr mas que los demás. Ahora mismo es lo único que ofrecen. En otras palabras, no puedes basar tu equipo en la (inconsistente) inspiración en el regate de Feghouli.