
Ala hora de parar contragolpes, Gerard Piqué es una pieza fundamental para el Barcelona. Pese a sus carencias físicas, el central catalán juega un papel clave cuando el rival ataca de manera rápida. Fieles a su estilo, el Barça realiza un ataque con mucha gente metida en el campo contrario (00:02). Tras perder la pelota, la presión es inmediata. Una presión en la que, como es habitual, colaboran los laterales, en este caso Daniel Alves (00:05). La reacción del oponente será siempre muy vertical, ya sea sacándola jugada o despejando. En ese instante la maquinaria azulgrana presenta dos elementos agresivos a la hora de ir a recuperar el balón. El primero es Sergio Busquets, prodigioso en colocación y habilidad. Busi logra cazar el primer rechace (00:08) pero el Almería goza de una nueva oportunidad que el mediocentro culé no consigue taponar (00:10). La fragilidad defensiva de los interiores –en este caso Xavi (00:10)– hace que Busquets afronte estos duelos con escasa ayuda. Si el contrario le supera, la otra medida correctora se da en los nombre de Bartra –titular esa tarde– o Mascherano. Ambos responden de manera similar en esas situaciones: rompen la línea y van arriba a anticipar (00:11). Si salen victoriosos, la jugada acaba. Es en la “derrota” (00:12) cuando se evidencia la importancia de Piqué. Es justo en esos momentos cuando la ubicación de Gerard ralentiza la contra e impide al adversario tomar la decisión que le gustaría (00:13). Para Piqué, este es un contexto de máximo riesgo, ya que si el delantero rival recibe y le encara tiene muy pocas posibilidades de resistir un mano a mano en la banda. Si el número «3» evita el pase, el Barcelona recobra el orden lentamente. Gracias a Piqué, el otro central puede reponerse de su error y seguir presionando (00:15). A su vez, esas décimas que Piqué ganó con su colocación dieron tiempo a volver al resto de hombres de la defensa (00:17), los que al final terminan robando el esférico (00:19). Pique, siendo con diferencia la figura más lenta y menos dotada a la hora de correr los contragolpes, es muy importante a la hora de ponerles freno.
@DavidLeonRon 10 enero, 2014
Comprendo perfectamente el amor-odio que suscita Piqué. Para mí, el ejemplo es "esta" jugada, que la llevamos viendo toda la temporada. Piqué es el jugador de mayor lectura táctica en los contragolpes, el jugador que mejor elige qué hacer en esos instantes.
Sin embargo, hay momentos en los que el rival consigue "afrontarle" en el uno contra uno y ahí desde luego su bajonazo con respecto a hace 2-3 años es enorme. Piqué no soluciona individualmente, que es lo que más "se ve". Cuando le toca salir a los apoyos o tapar en banda no gana jamás.
Mi opinión es que empezó muy bien la temporada y ha ido cayendo. Mañana va a tener que tapar (si Tata no lo cambia) la caída de Diego Costa. Si la pelota llega al brasileño "estará muerto". Es de los peores enemigos posibles para él.