Los de Allegri chutaron 3 veces. 23 lo hizo el Ajax de Frank De Boer. El resultado final fue 0-0. El día que el Milan vuelva a ser un equipazo y San Siro deje de proyectar esta cinta de Serie B, la echaremos en falta. Ya es cultura. La Champions moderna es la del reloj de posesión, la de los récords de Messi y Ronaldo, la del tweet en el descanso y la de estos partidos de digestión lenta y heroicidad entrañable que suele ver Galliani desde el palco del Giuseppe Meazza.
El Ajax fue más, pero le faltaEn esta ocasión el coprotagonista era el citado Ajax, un equipo muy joven y no muy sobrado de pegada que, por ser holandés, sufre la maldición de competir en condiciones 6 o 10 noches al año. Así no hay quien crezca. Pese a todo, el gemelo que más hizo en España y menos en el fútbol de los dos De Boer está dejando su sello como entrenador. Sus niños juegan con orden, con confianza y de manera muy bonita. Se han estudiado el libro de estilo y lo plasman. Superaron al Milan, merecieron un aplauso. Pero quien no era nuevo en la sala previó su caída desde el minuto 21.
La expulsión de Montolivo cambió el partido por primera vez.
En ese minuto 21 vio tarjeta roja Ricardo Montolivo. Hasta entonces se había visto un duelo muy interesante. Ambos presionaban arriba -algo que se escribe mucho y pasa poco- y trataban de salir jugando cuando les tocaba, con éxito mayor en los visitantes. Fue mérito de Moisander, un zurdo que juega de central derecho y sabe cómo llamar la atención. Luego, con 10 contra 11, el Milan se encerró en un 4-3-2, dejó a Kaká (izquierda) y Balotelli (derecha) libres y el Ajax monopolizó la pelota.
El Ajax movía el balón sin ritmoA la posesión holandesa le faltó ritmo. Era demasiado lenta. La pelota iba donde debía, pero tarde. Quizá, y solo quizá, porque sus chavales están más entrenados que dotados. Como los pases agitaban poco, el 4+3 del Milan no sufría, no se abría y no dejaba espacios por dentro. Toda la profundidad que tenía el Ajax se la daban por fuera sus dos laterales, a los que Kaká y Balo siguieron muy de vez en cuando, pero los centros no conllevaron peligro porque el killer era Bojan. Aunque mirando con lupa el famoso Klaassen chutó un par de veces desde la zona del «10», el ataque tulipán carecía de peligro. De Boer debía tocar algo. Y lo hizo.
Poulsen -el ex pivote del Sevilla- no volvió al césped tras el descanso y su lugar lo ocupó Danny Hoesen, un delantero centro muy alto que se hizo sentir. El dibujo no cambió, se mantuvo el 4-3-3. Bojan, «9», pasó al extremo derecho y Schöne, extremo derecho, hizo de mediocentro. No necesitaba más De Boer ahí, el Milan es muy lento y exige poco, y el chico aportó más toque y agilidad que el veterano danés. Pero lo influyente fue que Hoesen contuvo a los centrales del Milan, les ganó la batalla jugando (¡o bailando!) de espaldas, distrajo a De Jong y fabricó así algún hueco en el centro para las diagonales de Fischer y Krkic. En ese marco surgieron los tres mejores futbolistas de la noche: Daley Blind, Thulani Serero y Mario Balotelli. Daley y Thulani fueron el lateral y el interior izquierdo del Ajax. Serero es de una discreción tan armoniosa que alivia. No hace ruido pero conoce el juego de posición. Prioriza ofrecerse a espaldas de los que presionan el balón, en vez de ir a él, y la toca fácil. Y ése, su orden, fue explotado por el hijo de Blind.
Mario Balotelli mostró su abusiva superioridad física y técnica.
Daley Blind se exhibió. Es un zurdo que flota como Modric y da el pase de Iniesta jugando como lateral. El tipo subía y Balotelli no le seguía. Recibía el balón, bajaba pulsaciones, atraía a Poli y De Sciglio y la daba al medio como la da Andrés cuando juega de «11»; como si los ejes se invirtiesen y el asistente no tuviese por fin dejar al delantero ante el gol, sino al mediapunta ante el peligro. Blind también visitó el centro para crear como los mejores laterales, y es que él ha venido jugando hasta de pivote, y sacando buenas notas. Es difícil medir el nivel de un futbolista que juega en la Eredivisie, pero este chico tiene una clase que seduce. Enfrente, para mal suyo, estaba Mario, al que todo lo que le rodeaba le quedaba chiquitín. Sus protecciones de balón le robaron al crono 10 minutos. Y al final, al bonito Ajax de Amsterdam no le dio tiempo de hacer el gol que le urgía. Allegri estará en Octavos.
@DavidLeonRon 12 diciembre, 2013
"el gemelo que más hizo en España y menos en el fútbol de los dos De Boer"
Uff, no se yo, ¿eh? Vamos, para mí Frank de Boer ha hecho más que su hermano. Frank llegó a ser considerado el mejor central del mundo en algún momento (Francia 98 quizás). Mínimo TOP-3. Y el que tuvo la cotización alta era él.
No diré que era el hermano bueno pero tampoco diría que fue el que menos hizo, eso sí que no.