Guardiola sabía a lo que iba a Japón. Su equipo había salido de Wembley con la etiqueta de conjunto histórico pero faltaba algo. Quedaba un lugar por conquistar. Sudamérica, que es muy orgullosa y se considera la patria del balón, había visto cómo uno de los suyos, Estudiantes de La Plata, había llevado al límite al Barcelona dos años antes. Con ese recuerdo en mente, Pep preparó a conciencia la final frente al Santos de Neymar. El de Santpedor llenó como nunca el once de centrocampistas y logró lo que nadie había logrado: resolver una Intercontinental por cuatro goles de diferencia. Fue la última noche mágica del ciclo azulgrana.
Ayer el Bayern no tenía delante al club de Pelé ni al continente de las nueve Copas del Mundo. Como Pep Guardiola no regala prestigio, el Bayern fue algo precioso durante cuarenta y cinco minutos, la viva imagen de su técnico. Ocurrió que, tras liquidar el encuentro en un santiamén, los muniqueses se vieron sin motivaciones y nos volvieron a recordar que todavía no son lo que sueña su líder.
El Bayern ya es Guardiola aunque no de forma 100% completa
Tácticamente, el choque dio continuidad a lo visto en este Mundial de Clubes. Pep dejó en manos de Lahm y Kroos la elaboración del juego. Son, junto a Bastian, sus hombres más fiables en este apartado. Por cierto,La 1ª parte fue muy libreto Pep mucho ojo a la evolución de Toni junto a Guardiola. El número 39 cada día inspira más grandeza. Parece que no la va a perder nunca. Por delante suya estuvo Thiago, cuya nueva ubicación pronto será analizada en Ecos. A la izquierda estuvo Ribery, que en estos días de competitividad relajada queda liberado por un Alaba ultraofensivo. Pep ha convencido al francés de que tocar y moverse puede ser divertido. Por último, la sociedad Muller-Shaqiri. El primero partió como «9», si bien la diagonal de ambos (Thomas hacia fuera, el suizo de derecha al centro) les llevaba a intercambiar posición con frecuencia. Con esto, el Bayern disfrutó e hizo disfrutar en la primera mitad.
La segunda parte fue otro cantar. Sin desprestigiar a un Raja que con su punta Iajour asustó y pudo marcar, el Bayern desconectó. Algo normal pero que en un equipo de Guardiola te indica que aún faltan cosas, que estamos en el inicio del camino. A diferencia de aquel Barça que “usó” al Santos para entrar en la leyenda, esta Intercontinental nos cuenta que el neoBayern de Pep recién echó a andar. Son los mismos que ganaron en Londres pero del (fabuloso) fútbol de Heynckes va quedando poco. Ahora es todo de un Guardiola cuyo palmarés, en su quinto año como entrenador, empieza a asustar.
@DavidLeonRon 22 diciembre, 2013
Viendo el partido anoche lo pensaba. Qué lejos está aún el Bayern de lo que Pep sueña con construir en Múnich… y a la vez, qué pronto ha conseguido Guardiola que sus jugadores entiendan su idea.
La remodelación es más profunda de lo que parece y a veces da pie a segundas partes como la de ayer. A jugadores que fallan por no estar tensos después de 25 toques o futbolistas que de pronto se duermen porque no están acostumbrados a tanto dominio con balón. Sin embargo, es evidente que ya son capaces de construir jugadas excepcionales, típicas de Pep.
Guardiola es un suceso futbolístico excepcional. Como aficionados solo nos queda disfrutar y aprender con él.