Del Emirates contra el Bayern al Westfalen contra el Dortmund han pasado sólo nueve meses. Y tiene su gracia, porque la victoria del Arsenal anoche en el ahora llamado Signal Iduna Park fue como un parto sufrido, de dientes apretados y sudor goteando. El Bayern de Heynckes arrasó el Emirates Stadium en los octavos de final de la pasada edición de la Liga de Campeones, frente a un Arsenal titubeante, ilusorio, y absolutamente alejado de cualquier realidad competitiva. Rajar a los gunners ese día fue coser y cantar para un equipo que con Müller, Kroos, Ribery y Mandzukic robaba y salía a campo abierto con una facilidad pasmosa. La situación era tan grave -reciente eliminación de la FA Cup a cargo del Blackburn Rovers, de la segunda división, y una posición en liga que ponía en serias dudas la participación en esta edición de la Champions-, que algunos nos preguntamos si era el final de la era Wenger.
Esta temporada estamos viendo a un Wenger renovado.
A.Wenger busca otro ArsenalPero no fue así. Quizá fue precisamente ese día en el que Arsène concibió la idea de que para competir debía volver a los tiempos del pragmatismo en los momentos puntuales, recordando que una vez ganó con Vieira y Gilberto Silva, y apenas unos meses después el equipo nos ha regalado una victoria sufrida y poco brillante, pero de tremendo prestigio dentro del panorama europeo. La baja de Mathieu Flamini -uno de los pilares básicos sobre los que se está asentando la evolución de la nueva etapa del conjunto londinense-, resultaba el punto clave en la visita al Signal Iduna Park, lugar donde las avispas de Klopp salen disparadas por cualquier carril del césped y donde se hace más necesario que nunca la aportación de un tipo que sabe robar y que, además, no deja de intentarlo.
Aún sin Flamini, los de Wenger se replegaronSin embargo Wenger no olvidó lo del Bayern a pesar de la baja de Flamini, y se adaptó a las circunstancias. Desde el primer momento fijó en posiciones retrasadas a sus laterales, pretendió que la pelota en fase de salida no se arriesgase de ninguna manera, y a pesar de que jugó con un doble pivote formado por Arteta y Ramsey, y que delante de ellos dos estaban Özil, Cazorla y Rosicky, el balón se jugaba si se podía, y si no, se buscaba de forma descarada a Olivier Giroud en largo. Gracias a ello consiguió mantener a Koscielny y Mertesacker siempre cerca del área propia, y los pequeños despistes que hacían absolutamente inevitable que Mkitharyan y Lewandowski corrieran como diablos hacia el arco de Szczesny, pudieron limitarse y controlarse. Fue un primer tiempo de ritmo bajo y no demasiados sustos.
El gol «gunner» sucedio en el mejor momentoPor supuesto, el nivel de los atacantes del Borussia Dortmund es élite. En el arranque del segundo tiempo los finísimos toques de Lewandowski propiciaban más ocasiones, pero la falta de espacios resultaba fundamental para algo básico: el Dortmund chutaba, sí, pero no lo hacía con comodidad, no lo hacía en uno contra uno, no remataba franco. Al fin y al cabo, eso es competir; limitar las mejores armas de tu rival. Poco a poco el reloj avanzó, se clavó en el minuto 62 y, allí, un balón a nadie de Özil lo ganó Giroud con una solvencia, dado lo complicado de la acción, pasmosa. Ramsey entonces entró como un torbellino buscando aquel balón, de forma que si ese remate no hubiese significado su undécimo gol de la temporada, difícilmente hubiera ganado. Pero lo hizo, el Arsenal se puso 0-1 y al Dortmund se le apagaron las luces.
El Dortmund no dio sensación de poder darle la vuelta.
La falta de vías para atacar en posicional –«¿dónde está Gündogan?», se preguntaría Klopp-, y la agresividad y compromiso de los futbolistas del Arsenal llevaron a una victoria épica. Con el 0-1 Wenger tiró de Monreal -su futbolista número 12 para cerrar los partidos-, pero la entrada del navarro propició además a un cambio táctico. El 4-2-3-1 pasó a un 4-5-1 más defensivo, con Özil y Monreal ocupando los costados y tres hombres por dentro cerrando todos los pasillos interiores, mientras que Giroud le daba algún segundo al crono con sus disputas. Al final, once gunners detrás de la pelota, cambios en el descuento para romper el ritmo y un triunfo feo que devuelve algunas sonrisas a sus aficionados. Y es que, al final, es difícil no ponerse contento, simplemente, con ganar.
daneelr 7 noviembre, 2013
Buen artículo
Aunque entiendo las razones para llamarlo "un triunfo feo", no termino por compartirlo del todo. Sí, este Arsenal puede jugar muchísimo mejor, lo ha demostrado (Napoli…), pero estando en uno de los campos más complicados de Europa, poco más se puede pedir. Y más en un momento en el que Arsenal sigue buscando asentarse definitivamente como un candidato para competir (en general, no hablo solo de la Champions).
Arsenal salió al campo sabiendo a lo que iba a jugar, tomando en cuenta que el Dortmund no le iba a regalar absolutamente nada. Con la lección del Emirates aún bastante fresca, Wenger fue precavido y evitó dejar a Arteta como único apoyo para los centrales (de nuevo, un excelente partido de Mertesacker), por lo que los laterales subían menos y, si lo hacían, Cazorla y Rosicky era quienes cubrían los espacios. La tarea N°1 para los Gunners fue que el BVB no anotara, sabiendo que todo el tinglado podía caerse si eso ocurría, la segunda fue buscar la manera de acercarse al área rival.
El fútbol, deporte imprevisible, le "regaló" el gol a los ingleses en una ocasión casi fortuita (al menos hasta el cabezazo de Giroud), pero no podría decir que era del todo inmerecida. El Arsenal había competido bien hasta el momento, aunque no hubiera chutado.
Eso, a mi entender, es el principal aspecto diferencial de este equipo, comparado con los Arsenal de los últimos años: Compite. No importa si no han disparado a portería en 62 minutos, la primera que tienen, la embocan. Eso antes no pasaba, o al menos no ocurría en los momentos precisos. Ya sea por confianza, la llegada de Özil o el salto de calidad de algunos jugadores, al final el balón va hacia las redes, que es al fin y al cabo de lo que se trata todo esto.
Además, si el Borussia puede encerrarse en los últimos minutos en el Bernabéu, ¿por qué no puede hacerlo el Arsenal? (Apartando la diferencia del contexto) 😛
Un saludo a todos 😀