La plantilla del Bayern es un tesoro en manos de Guardiola. Como entrenador, las virtudes de Pep son conocidas: es valiente, tiene personalidad y gustos propios y siempre (siempre) sale a ganar. Sin embargo, existe una cualidad que al de Santpedor no suele elogiársele pero que resuelve tantos partidos como las anteriores: la capacidad de reinventarse durante un encuentro. Su habilidad para auto-corregirse. Ahí es un maestro. Con él, la nómina de futbolistas del Bayern adquiere una relevancia extra. Ayer lo sufrió un Klopp que firmaría disponer mañana de cualquiera de sus reservas. Las lesiones se comen al Borussia Dortmund.
Guardiola jugueteó con la pizarra con la habilidad que acostumbra
Pep llevaba las blancas así que había que mirarle a él para conocer la primera sorpresa del choque: la posición de Javi Martínez. El navarro jugó como hombre más adelantado del centro del campo, muy por delante de Lahm y Kroos, los encargados de la salida desde atrás. El capitán tuvo más presencia que nunca entre centrales, dejando a Kroos el máximo espacio posible para moverse, que en el fondo es lo que le gusta. Javi Martínez no aparecía por el círculo central.
¿Qué buscaba Pep con el rol de Javitxu? Individualmente, trabajo sobre Sahin. El turco no debía iniciar nunca el juego ni estar solo a la hora de lanzar los contragolpesPep usó a Javi M. para presionar. Por ahí, funcionamento impecable. Sahin ni la olió. El otro objetivo era más global: el Bayern cruzaría fácil el centro del campo (el Dortmund no quiere robar arriba) así que la pérdida sería lejos de su portería. Había que mandar un mensaje de agresividad e inmediatez en la presión. Que la bola la quitaran los Robben, Muller o Javi Martínez antes de que el rival encarase a Philipp Lahm. Ahí también estaba funcionando el planteamiento. Durante media hora el Borussia solo pudo salir a través de los milagros de Lewandowski, que en lo suyo es imparable. Bayern superior… pero con matices.
El Bayern saltó al campo con la intención de robar arriba y pronto
Con los extremos muy abiertos (y a pie natural, es decir, Robben en la izquierda) y Javi casi de “diez”, al Bayern le empezaba a faltar alguien entre líneas en el que apoyarse. El internacional español intimidaba en los centros al área pero enganchando no tenía presencia. Faltaba una referencia ahí para que el balón llegase mejor a banda y los centros fuesen de más calidad. El Bayern se estaba desgastando en su propia posesión, sin culminar jugadas, algo que siempre pesa en el ánimo del futbolista salvo que te llames Xavi Hernández. Los muniqueses comenzaban a errar pases, dando vida a Lewandowski y sus consecuencias. Los de Guardiola resistieron los contragolpes gracias a un par de milagros de David Alaba, que sí, todavía tiene 21 años. Si Pep hizo filigranas con Abidal, asusta la que puede liar con este niño.
Tras diez minutos de tanteo en la segunda mitad, Guardiola dijo basta. Gotze saltaba a su antigua casa a ejercer de 9 mentiroso, con Muller a su derecha pendiente de cambiarse la posición con él de rato en rato. No fue la de Thomas la única liberación,Pep recobró su legendaria sed pues a la izquierda también veíamos a un Robben más suelto, con Alaba cada vez más adelantado. La ubicación del lateral empezaba a descubrir las intenciones de un Pep que olía la sangre. El catalán había hecho retroceder a Javi Martínez a su habitual rol de pivote defensivo pero no tenía bastante con ello. Quería más. Era el momento de hacer regresar a Thiago, bajando a Javi diez metros más atrás, hasta la posición de central. El Bayern no podía permitirse el lujo de un “centrocampista lento” con un Dortmund temeroso y agazapado. Guardiola lo leyó y metió toda la carga: Alcántara, Kroos, Lahm, Gotze de 9 y Robben y Muller con tendencia al centro. Demasiado para una zaga borusser que había transmitido máxima debilidad cada vez que el balón se acercaba a Weidenfeller.
Como en su etapa culé, Pep no perdonó a un rival dubitativo
Tras el 0-1 se entró en un periodo de caos. Tras su revolución táctica, el Bayern tardó solo dos minutos en conseguir lo que quería, así que regresar al plan previo iba a ser complicado. Y no nos engañemos; los bávaros siguen concediendo bastantes contraataques. La posesión defensiva no la dominan, al menos en contexto Pep. El Dortmund pudo empatar pero Mkhitaryan y Reus fallaron lo que Robben y Muller sí lograron convertir. 0-3 doloroso, de los que pueden tener significado a largo plazo. ¿Para tanto jugó el Bayern? Ciertamente no, pero ayer la ventaja moral, física y técnica estaba con ellos, y eso a lomos de Guardiola parece la más absoluta garantía de victoria.
@DavidLeonRon 24 noviembre, 2013
El Bayern sigue dejando bastantes dudas pero…
Manchester City 1-3 Bayern.
Dortmund 0-3 Bayern.
Con todos los matices (que bien ciertos son), a ver quién tiene esto.