1984, además ser servir como título a las afamadas novelas de George Orwell y Haruki Murakami, representa un año bastante nostálgico para dos de las aficiones más grandes del país de la nostalgia futbolística. En mayo de ese año, la Roma perdía por penaltis la final de la Copa de Europa ante el Liverpool, quedándose así el gran rey romano sin su conquista continental. Por otro lado, un poquito más al sur, en Nápoles celebraban la llegada de D10S a San Paolo. Dos momentos que marcaron para siempre la historia de los dos clubes. 30 años después, el Derby del Sol, que naciera como reflejo del sempiterno conflicto cultural entre el sur y el norte italiano, y que con los años se afianzara como rivalidad futbolística, se presenta como la lucha de dos candidatos al título. Curiosamente, los últimos Scudetto del Napoli y la Roma, respectivamente, presenciaron partidos para recordar entre ambos clubes.
Ambos equipos son los candidatos para competir a la Juventus.
El Nápoles del Diego contra el norte italianoLa leyenda de Maradona como Robin Hood que le robaba puntos a los clubes norteños del Calcio para dárselos a su Napoli, representante fiel de todo eso que odian los grandes señores de Verona, Turín, Milán o Roma de sus vecinos más septentrionales, estuvo siempre más relacionada con enfrentamientos ante la Juventus o el Milan. Después de todo, éstos fueron los conjuntos que con Platini, por el lado Bianconeri, y los tres Holandeses, por parte del Milan, le disputaron la cima del Calcio al equipo celestial; sin embargo, en la primavera de 1990, la actuación de Maradona contra el equipo rojo de la capital sirvió como trampolín al Scudetto.
La remontada ante la AS Roma fue decisivaEl Napoli venía de perder 3-0 contra el Milan y después de jugar con la Roma, en San Paolo, debía volver a San Siro a enfrentarse al Inter, campeón vigente del torneo. Si bien en casa los de Maradona sólo habían cedido dos puntos, la historia era bien distinta fuera de su feudo. Volver a perder en Milán era factible y en efecto así fue. Era el punto más álgido de la temporada y de perder contra el equipo de Giannini y compañía hubiese sido una verdadera debacle. La Roma, de hecho, se puso en ventaja con un gol de Sebino Nela muy temprano en el partido. Fue entonces cuando la máquina futbolística maradoniana se puso en marcha: sacó a su equipo de su campo, marcó dos goles de penalti, amenazó con pases profundos, provocó faltas, asustó con tiros libres y hasta estrelló una chilena en el travesaño. Al final, los dos puntos conseguidos ese día pueden ser considerados como toda la ventaja que le sacó en la tabla al Milan de Sacchi campeón de Europa.
Francesco Totti es el superviviente de luchas pasadas.
Una década y otro poco más tarde los papeles se verían intercambiados. La Roma, con un fantasista de otro mundo, un mediocentro brasileño y un goleador sudamericano, tal y como el Napoli de la 1989-90, llegaba a San Paolo a sólo tres puntos de sellar su segundo título en toda su historia. El Napoli, con Amauri, Amoruso y Edmundo como nombres más rutilantes, era el juez. También comenzó ganando, obligando al equipo de Capello a una remontada que no se daría del todo, quizá porque Francesco no es Diego, y el gol de Pecchia a menos de diez minutos del final selló el empate a dos que, a pesar de las anotaciones de Batistuta y Totti, retrasaría la celebración romana hasta la última jornada.
Aunque muy temprano en la temporada, el Roma-Napoli de hoy huele a partido de Scudetto. El Calcio ya no es el reluciente de antaño, sus estadios están más vacíos que nunca y sólo queda en el recuerdo la época en que los mejores futbolistas del mundo recorrían sus carismáticos campos, mas hay días en los que el aroma a fútbol de ese tiempo que ya no es llena el ambiente. Días en los que el sol brilla más e Insigne parece Maradona y Totti rejuvenece 15 años. Hoy puede que que sea uno de esos días. Además, Diego está de visita.
letissier 18 octubre, 2013
Se viene partidazo. Que manera de empezar el fin de semana señores!