El Granada de Piti, Riki, Brahimi, Pereira, El Arabi y Buonanotte suma más talento y técnica que varios aspirantes a colarse en la Europa League, pero es un equipo defensivo. Es más, sólo el Levante de Caparrós plantea un repliegue más intensivo y retrasado que el de Lucas Alcáraz. Tal modo de defender cede el protagonismo automático a cada uno de sus rivales -algo a considerar en la lectura de los próximos párrafos-, pero lo que va a exponerse no surge ayer. Lo de Pina es una inercia clara y confirmada a lo largo de las jornadas.
El Villarreal aprovecha su nivel técnico para transitar mejor.
Extraviarla es una opciónEl Villarreal es un conjunto factoría José Mourinho, como el Borussia Dortmund, la Real Sociedad o el FC Porto. Es decir, su modelo de juego se hace fuerte en las transiciones; fases del juego que controla a partir de una línea de 4 zagueros muy adelantados y un achique potente pero firme hacia el arco adversario. Una presión que no deja huecos. Con balón, el Villarreal es súper vertical y veloz y, como tal, arriesga bastante en sus pases, pero su exquisito nivel técnico garantiza una precisión que le otorga bastante continuidad a su fútbol, toda vez que se asume que no se busca defender con la pelota y que perderla es parte del juego.
M. Trigueros es conservadorEn este punto toca hablar de la pareja de Bruno, que hasta ayer vino siendo Trigueros, un niño canterano que creció como «10» y que ha mostrado solidez como segundo pivote en el inicio de Liga. Trigueros, sobre todo, tiene condiciones. Su control de balón es notable, su visión de juego es ideal para lanzar contras a los Cani, Gio, Aquino y Pereira y además posee determinados atributos físicos que le están haciendo aguantar bien entre 60 y 70 minutos en esa zona de tanto desgaste. Pero no deja de ser un «10» en plena reconversión, y su instinto de la responsabilidad le lleva a no abandonar casi nunca su posición y a no desplegarse tanto como podría cuando toca atacar. No quiere «cagarla».
Tomás Pina es un centrocampista ideal para la idea de Marcelino.
Dentro de esa prudencia que a la par le limita y le hace consistente, Trigueros ha mostrado nivel más que suficiente para ser indiscutible, pero en el banquillo está Tomás Pina, que, como tipos como Bender, Kuba, Fernando, Moutinho o Khedira, nació para jugar en el modelo de los errores. Tiene pase largo y lo usa muchísimo, tiene físico y le gusta pisar las dos áreas en la misma jugada y, para más inri, su manejo de los espacios es tan inteligente que influye positivamente en toda esa vastísima franja de terreno sobre la que impacta. El ex-mallorquinista no solo precipita más el ataque amarillo -acertando más que fallando-, sino que su dominio de las segundas jugadas (rebotes, conatos de contragolpes del oponente, etc) es tan efectivo que anima a todos sus compañeros a ser todavía más profundos de manera más directa: si el Villarreal falla en un gesto, Pina la recoge y ataca otra vez. Pese a que la creatividad de Trigueros es superior a la de Tomás, el Submarino es más ofensivo cuando juega Pina. Cosas de este infinito deporte.
@futbroom 5 octubre, 2013
Buen artículo Abel. Como bien dices, Trigueros está reconvertiéndose y por eso no se descuelga, pero cuando se adapte del todo, la competencia entre él y Pina será divertida, ya que al nivel que está, Bruno Soriano es indiscutible (de acuerdo con lo que dijo Marcelino, vaya). Aún así, creo que Pina será titular en la mayoría de los partidos, sobre todo para ser más consistente atrás. Por cierto, es un gustazo leeros.