Que Paul Lambert no cuenta con demasiada calidad en su plantilla para competir con garantías si su mejor jugador, que no solamente es un gran futbolista sino un condicionante absoluto de un partido como es Benteke, parte desde la banca, es algo que no tiene demasiada discusión. El belga es como la luna de Villa Park, un jugador que anula la gravedad y determina a los otros 21. Villas-Boas, que tiene algo más que ofrecer, optó por Holtby antes que Eriksen y Sandro antes que Dembele. Ojo a la primera parte.
Sin Benteke, los villanos de Paul Lambert producen muy poco
Fue sufrida, como las cortinas de un bar de carretera. Tras diez minutos de tanteo, esto es, tómala que me da dentera, ya pudimos ver lo que se intuía.Primera parte bastante sosa El Villa, como suele hacer, se planta en mitad de la cancha, esperando que un central rival la ceda. A uno de los dos lados o al centro, pero espera una progresión. Y entonces orienta a sus futbolistas sobre el camino elegido por el oponente. Si es banda muerden dos, si es por el centro manda a su delantero a cerrar la espalda del receptor para que no gire. Villas-Boas hizo una cosa un poco rara pero uno reflexiona y bueno, tiene su sentido. El caso es que el técnico portugués maneja algunos dejes paradójicos.
Dispone mecanismos para dominar el campo rival pero contra la lógica no es consecuente porque no se desordena ni rompe sus propias posiciones. Por ejemplo: Vertonghen y Walker, laterales ayer, se iban a la divisoria, es decir, amplitud para que los que juegan por dentro tengan opciones para recibir, pero nadie se movía. El mediocentro ayer, Sandro, es un jugador horizontal y previsible, Holtby bajaba tímidamente y al final entre Dawson y Chiriches se pasaban la pelota eternamente o soltaban en largo a la espalda de Vlaar. La otra opción era una conducción del rumano, que perdió balones muy comprometedores y estuvo muy precipitado en todo el encuentro. Pero tampoco le ofrecían opciones. No había movimiento. Como las cortinas de un bar de carreteras. Pero ojo a la segunda parte.
Townsend, Paulinho y Soldado hicieron un gran partido
Se coció en tres pasos y con cuatro nombres. El primero, Andros Townsend, un jugador en plena efervescencia, al que AVB ha de utilizar. En transición es velocísimo y en estáticoCon Benteke se movió todo traza su diagonal interior –que es falible pero la traza porque tiene el pecho repleto de confianza-, atrae la marca más central del rival y a su espalda queda el mediapunta para crear una jugada de ataque frontal, de cara al marco rival. Jugador tremendamente importante para esa paradoja portuguesa que dibuja pero no colorea, prefiriendo partidos de mínimos. En segundo lugar, la pareja Soldado-Paulinho. El primero tocó 10 balones pero mejoró todos, coló un gol y se movió muy bien. El segundo, con Sandro permanentemente fijado, casi fue un segundo punta. Cuando llegaba y no lograba rematar, tampoco regresaba con demasiado impetu.
Por último, Christian Benteke. Fueron sólo diez minutos de impacto, pero la grada empezó a bramar con su salida y el Villa se cree cualquier cosa cuando su superhombre salta o corre. Agbonlahor por la izquierda y Bacuna por la derecha lograron profundizar para que el belga dejara muestras de su influencia con dos remates, uno de ellos rozando el larguero. Las cortinas del bar se movieron y el Tottenham sentenció el partido a la contra, con Townsend galopando, Paulinho volando y Soldado dando la estocada.
@Juantelar 21 octubre, 2013
El partido en general fue un poco tostón, sobre todo la primera parte. Y más teniendo en cuenta que previamente vi el Fiore-Juve y venía "excitado" después de la remontada viola. Lo más estimulante el partido de Towsend y la salida de Benteke.