Apostado en una cornisa, el caballero de la noche contemplaba afligido Gotham City. Sabía que la oscuridad que se precipitaba frente a sus ojos difícilmente se disiparía en el futuro. ¿Cómo iluminar las tinieblas de sus ciudadanos si ni tan siquiera él era capaz de dar término a la suya propia? Vigilar el abismo, eso era cuanto podía ofrecer. Cuando a su retorno Robin reparó en su pesadumbre, asumió, de inmediato, que, una vez más, él daría la rueda de prensa al día siguiente…
ANTIHÉROE
Si alguien responde al prototipo de antihéroe en el mundo del fútbol ese es José Mourinho. Por donde quiera que pasa el entrenador portugués deja un reguero de incondicionales y detractores que lo idolatran y reprueban con el fervor con el que se digiere a un antihéroe. Un arquetipo que, desde un punta de vista global, nadie ha popularizado tanto como Batman.
Tras una fluctuante evolución que alcanzó su punto más disparatado con la etapa pop de los años sesenta, la labor de Frank Miller, con la serie Dark Knight Returns (1986), las películas dirigidas por Tim Burton, Batman (1989) y Batman Returns (1992), y las de Christopher Nolan, Batman Begins (2005), The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises (2010), devolvieron al hombre murciélago al perfil sombrío con el que fue concebido.
¿Pero en qué consiste exactamente el arquetipo del antihéroe?
Dicha figura emerge a partir del sacrificio que supone exponerse al rechazo. Pese a cumplir con el carácter salvífico consustancial al héroe, no alcanza la gloria total destinada para los puros en tanto que su servicio transgrede, en su métodos, los límites tolerables por la sociedad a la que salva -sin o con fundamento-. El antihéroe asume la carga de la incomprensión, la persecución y el repudio por más que su esfuerzo se orienta, eficientemente, en favor de la comunidad.
Su sacrificio, no obstante, tampoco responde a motivos altruistas. Su fin es meramente egoísta, el de resarcir a su ego imponiéndose en un escenario que por injusto y viciado, al menos desde su óptica, en algún momento le ha provocado un daño estimable.
“Un antihéroe no es lo opuesto al héroe, sino un tipo de héroe muy concreto, uno que tal vez pudiera ser considerado un villano por encontrarse fuera de la ley, según la percepción de la sociedad, pero hacia quien el público principalmente siente simpatía” Christopher Vogler
Su acción, de este modo, arrastra dos tipos de corrientes: los que le ofrecen resistencia por no adecuarse a las normas del sistema común (ciudadanos principalmente) y la de los que le conocen entre bambalinas, que comparten su rebeldía y lo veneran (aficionados de su club en el ejemplo futbolístico y lectores en el del cómic).
LA MÁSCARA
El perpetuo conflicto obliga a dichos personajes a parapetarse tras una máscara o identidad pública que es la que carga con el peso de la crítica. En contraste con su uniforme de combate, en su vida privada los antihéroes se enfundan el traje de seductor. Pasan por ser ciudadanos amables y cercanos. Así es en el caso de Bruce Wayne y así es en el de José Mourinho a quien, hasta sus más acérrimos rivales, reconocen una conducta cordial en el trato personal.
Es en el ejercicio de su servicio público cuando los dos se protegen tras una máscara que cumple más funciones que la meramente preventiva. Su uso supone también un elemento estratégico en la disputa, un recurso comunicativo para intimidar, distraer y socavar la confianza del adversario.
Batman es una figura de terror. Reminisciente del vampiro. No disimula su esfuerzo por propagar, a través de su imagen, un miedo que logré alterar a sus enemigos.
“Debo ser una criatura nocturna, oscura e impactante“ The Batman Wars Against the Dirigible of Doom (Detective Comics n.º 33). 1939
De este modo su puesta en escena suele transcurrir en ambientes inhóspitos, estancias sombrías o pasajes con niebla, donde el Caballero de la Noche se presenta, deliberadamente, con una indumentaria ya de por sí amenazante. Mourinho, a cambio, amedranta rivales. Socava psicológicamente. Es un maestro en el uso de los medios para difundir mensajes desestabilizadores. El escenario que reserva para intimidar a sus adversarios, su propio callejón oscuro, es la sala de prensa. Nada de lo que haga en ese espacio sorprende porque todo el mundo presupone, de antemano, que el que allí declara no es José Mario dos Santos Mourinho Félix, sino su histrión.
En cualquier caso, ser el centro de atención es en ambos casos un objetivo. Cualquier elemento formal, encuadrado en el marco de acción de dichos personajes, está orientado a reafirmar la identidad de su alter ego, en resaltar la relevancia de su figura. Así sucede, por ejemplo, con el uso de emblemas, como el logotipo del murciélago o de las siglas personales Z.M (Zé Mourinho), que tanto el de Gotham City como el de Setubal llevan impresos en sus indumentarias a la altura del pecho.
Los colores de Batman coinciden con los dos clubes de MourinhoDesde un punto de vista cromático, es habitual que los antihéroes reafirmen su carácter lúgubre con tonalidades oscuras (El Castigador, el Cuervo, Lobo, el Motorista Fantasma, Spawn, o los trajes de camuflaje de Lobezno y sus X-Forces). La estética de Batman siempre ha cumplido con estos parámetros, evolucionando del azul oscuro y gris al negro que, curiosidades del azar, son los colores de los dos equipos predilectos de Mou: Chelsea, azul y gris, e Inter de Milán, azul y negro. Menos casual sería la querencia del portugués para oficiar, en la banda, luciendo alguna de la tonalidades mencionadas. Y es que los estímulos que Mourinho quiere proyectar al exterior no concuerdan con la claridad: se muestra virulento cuando sus jugadores o el árbitro fallan, no desea que la grada coree su nombre o rechaza la dedicatoria de un gol en su favor. Por si a alguien no le ha quedado claro, él es un caballero oscuro.
COLABORADORES
Transgredir continuadamente el umbral de lo políticamente correcto somete al antihéroe a un desgaste que le obliga a una reclusión casi monástica en su vida privada. Batman se refugia en las profundidades de la Batcueva, sita en el subsuelo de la Mansión Wayne. Sólo en ese espacio encuentra el alivio de desprenderse del peso de su identidad oscura.
Mourinho se bunkeriza en torno a un grupo de colaboradores de fidelidad inquebrantable que han ejercido de Guardia de Corps frente a la hostilidad circundante. El mayordomo Alfred Pennyworth, el gerente Lucius Fox o el comisario Jim Gordon tienen su replica en los Rui Faria, Silvino Louro y José Morais. El caso de Robin merece una mención a parte.
Mourinho hace de sus segundos tipos famososNo hay segundos entrenadores tan populares como los de Mourinho del mismo modo que no hay ayudantes de superhéroe más famosos que los Robin de Batman. Y si esto es así es por la importancia que ambos conceden a dicha figura. Aunque lo tradicional es que un técnico cuente con el mismo asistente a lo largo o gran parte, de su carrera, y que su labor resulte casi trasparente para el aficionado, no resulta así en el caso del entrenador portugués.
Con la intención de disponer de un enlace directo con el entorno, Mourinho acostumbra a nombrar y a dotar de voz, a un asistente local en cada nuevo destino (Steve Clarke, Giuseppe Baresi, Aitor Karanka). NoBatman cambia de Robins como Mou de segundos obstante, también hay que destacar el deseo confeso de que su trabajo perdure a través de profesionales formados a su vera. Un objetivo compartido por Batman para quien, desde sus inicios, también ha resultado vital la ayuda de un aprendiz (Dick Grayson, Jason Todd, Tim Drake, Damian Wayne). Y del mismo modo que hay un Robin rebelde, Jason Todd, podemos encontrar un par mourinhista, Villas Boas, su asistente prófugo e insurrecto.
La concepción mesiánica con la que el antihéroe asume su labor, probablemente, motive esta necesidad de perdurabilidad. Recientemente, Batman ha incentivado la creación de Batman INC, el hombre murciélago como marca. Buscando la difusión internacional de sus métodos y adaptaciones como la posibilidad de Batmans de bajo presupuesto. Mourinho ya hace seis años avalaba una tesis de cuatro universitarios portugueses sobre su metodología de trabajo, a partir de la cual se generó una gran expectación en torno a sus sistemas de entrenamiento.
APRENDIZAJE
Sam Hamm fue el guionista de las películas de Batman de Tim Burton. Para aquel trabajo se basó principalmente en historias y conceptos de autores de cómic, especialmente de la célebre etapa setentera de Steve Englehart y Marshall Rogers, pero en cambio su única aportación significativa al canon del personaje, la presentación de uno de los maestros de Batman en la forma del ambiguo detective Henri Ducard, fue originalmente introducida en un arco de la serie de cómic titulado Justicia Ciega (Detective#598-600) que Hamm guionizó para la editorial DC como parte de la promoción de la película.
Este novedoso elemento aparecía en su guión original para el film, pero no superó el corte de ideas y encontró acomodo en dicho material. Posteriormente otros autores jugaron con la idea de Batman viajando por el mundo y formándose con los mejores. El asesino de primera clase David Cain, el maestro de ninjutsu Kirigi, el cazador Willie Doggett o el salvaje boxeador Ted «Wildcat» Grant constituyen parte de la larga lista de entrenadores en las habilidades eclécticas que confluyen en la construcción de un superhombre hecho a sí mismo.
Batman y Mourinho podrían ser cualquiera de nosotros; no son excepciones genéticas de nacimiento.
Uno de los aspectos más sugerentes del mito Batman es la fantasía de que resulta factible para cualquiera de nosotros convertirnos en él solo gozando del entrenamiento y los recursos adecuados. Batman, al revés que Superman, accesibiliza al superhéroe. Cualquiera puede ser el hombre murciélago. Y esto supone un paralelismo con la figura de José Mourinho. Al igual que Batman, José carece de grandes habilidades físicas naturales. No dispone del talento para el fútbol y mucho menos el de su antítesis (Messi/Superman).
José es un hombre dotado de una gran determinación, que ha viajado por el mundo con el objetivo deMourinho viajó mucho para crecer y aprender adquirir los conocimientos específicos para hacer su trabajo. No solo en la figura de entrenadores como Bobby Robson o, sobretodo, Louis Van Gaal, si no los que pudiera brindarle un filósofo como Manuel Sergio, el hombre que le enseñó que «para saber de fútbol es preciso saber más que de fútbol» o los trabajos pioneros de Vitor Frade y Paco Seirul.lo sobre la conveniencia de crear una metodología de entrenamiento expresamente enfocada para el fútbol.
Sin habilidades especiales, siendo solamente un estudioso del fútbol, Mourinho ha decidido finales europeas y liderado campeones. Esta circunstancia facilita que cualquier adicto al fútbol sin talento en los pies fantasee con que un recorrido similar es posible. Una visión más profunda revela que las habilidades necesarias para dicha hazaña, tanto la de Batman como la de Mourinho, son en si mismas tan extraordinarias como la supremacía congénita de un Superman o un Messi.
APTITUDES
Mourinho enfoca cada proyecto como un reto y una aventura. Cada temporada es el equivalente a una gran saga de Batman, con su villano imposible y sus múltiples dificultades. Si la amenaza no viene a él está dispuesto a viajar para enfrentarla (de Milán a Madrid).
Batman es versátil. Hemos visto un Batman cómico, un Batman James Bond que besa chicas y pilota aviones o un Batman justiciero urbano. El portugués ha liderado equipos de perfil bajo haciéndolos graníticos (Oporto), megaproyectos que aplastaban físicamente (Chelsea) o a un equipo de viejas glorias en decadencia buscando su última oportunidad de vencer (Inter de Milán).
Las cualidades de Batman vienen también determinadas por sus antecedentes. Al igual que LamontNi Mou ni Bruce Wayne tienen superpoderes. Ni los necesitan Cranston (La Sombra) y Diego de la Vega El Zorro, dos de los personajes que lo inspiraron junto al criminal de la película Bat (1926), Bruce Wayne es un millonario que lucha contra el crimen, aprovechando su fortuna personal y sus habilidades: una sobresaliente capacidad analítica, una condición física excelente y una gran destreza para el combate (armas de fuego, esgrima y artes marciales, respectivamente). Tres aspectos que, si no concuerdan, se asemejan bastante a las virtudes más destacadas del repertorio de Mourinho: dotes estratégicas, alto rendimiento físico y máximo espíritu competitivo.
Otra de las fuentes de las que se valió Bill Finger para recrear al Caballero Oscuro fue Sherlock Holmes. En multitud de historias Batman es considerado un detective. Alguien que no solo golpea criminales si no que es capaz de encontrar los patrones e interpretarlos, del mismo modo que esa secuencia de anotaciones, tomadas desde el banquillo por Mou, que luego se traducen en una formulación espontánea cuya respuesta es anotada, en la pizarra del vestuario, durante el descanso de los partidos. Uno de los enemigos clásicos del de Gotham City, el Acertijo, establece incluso un juego basado en darle pistas a Batman para que desentrañe sus crímenes. Una relación en la que el objetivo no es el placer del delito o de la posesión de lo robado si no el duelo de ingenios contra el número uno. Una aproximación equivalente la encontramos en la llegada de Mourinho al Real Madrid con el objetivo de resolver el mayor puzzle de todos. ¿Cómo derrotar al equipo perfecto?
MOTIVACIÓN
Pero si hay argumento que determina la tenacidad de un antihéroe esa es su motivación. Batman no actúa por un ideal de justicia, ni en favor de los más débiles. Como en el caso de otros héroes sombríos (Punisher, The Crow, Wolverine, Daredevil…) su inspiración radica en la venganza. Bruce Wayne fue testigo, siendo niño, del asesinato de sus padres. Su cuidado corrió a cargo de Alfred, su mayordomo, quien ejerció una notable influencia en su formación.
En Mourinho el impulso de revalida se canaliza en clave de necesidad de reafirmación. Aunque el portugués no sea huérfano sí que se gestó, como entrenador, en una situación de desamparo deportivo. Si la mayor parte de entrenadores de primer nivel disponen del aval de un historial como jugador o bien de una experiencia previa como técnico en categorías inferiores, el portugués fue, en su primera experiencia relevante, víctima de un entorno que se ensañó por su carencia de referencias para ejercer en un club de la dimensión del F.C. Barcelona, circunstancia por la que recibió el calificativo de traductor. Su adopción, como en el caso de Bruce Wayne, corrió a cargo de un anciano, Bobby Robson, que le concedió la oportunidad de ser su asistente.
No obstante, para cualquier antihéroe la afrenta padecida, tanto en el pasado como en tiempo presente, no es entendida como un hecho concreto sino como extensión de un orden injusto pertrechado por el poder corrupto.
“Los inocentes se transforman en huérfanos cuando descubren que Dios ha muerto o es indiferente, que el gobierno no siempre es bueno, que las leyes no siempre son justas o que las religiones no cumplen con lo que prometían.” Carol Pearson, El Héroe Interior
Batman no actúa para revertir el sistema, pero sí para tratar de corregir sus déficits, por más que los beneficiados, que a su vez son cómplices por omisión, terminen por tacharlo de criminal. Mourinho, aunque antepone la victoria del equipo a cualquier otro frente, no ceja de plantar cara a lo que él considera, por momentos, un sistema adulterado (medios de comunicación, organismos, colegiados, etc…) del cual se siente víctima por insumiso.
En este sentido, uno de los atractivos de los antihéroes, incluidos los afamados de Gotham City y Setubal, radica en su rebeldía, en cuestionar el orden hegemónico. Para ello, no les queda más remedio que valerse de su propia brújula moral, en el convencimiento de que todos, en el fondo, actuarían del mismo modo en la misma tesitura.
«Te necesitan ahora, pero cuando no, te marginarán, como a un leproso. Su moral, su ética… es una gran mentira, se olvidan a las primeras de cambio. Solo son tan buenos como el mundo les permite ser.» Jocker, The Dark Knight
Cuando consideran necesario transgredir las normas, éticas o legales, lo hacen sin titubear. Batman lo mismo tortura a un delincuente que avasalla las libertades individuales infiltrándose en los celulares de todos los habitantes de Gotham. Los ejemplos en los que Mourinho se ha excedido están en la memoria de todos. La decisión de llegar a esos extremos, de infringir el manual de buena conducta sin disimulo, con la condena pública que lleva implícita, solo es entendible desde el prisma de quien se considera diferente, de a quien ya sólo le importa pasar a la posteridad.
“Como hombre de carne y hueso puedo ser ignorado o destruido, pero como símbolo… como símbolo puedo ser incorruptible, puedo perdurar.” Bruce Wayne, Batman Begins.
Batman y Mourinho. Dos tipos especiales. Dos antihéroes. The Dark Ones.
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@ca_lerios 26 julio, 2013
Eres un crack Javier. Me imagino que tu compañero David también. Artículo genial. A la galera de la posteridad.