
El fútbol es un agitador de pasiones sin igual. El elemento dramático es crucial a la hora de vivir este juego. Nos gusta pensar que tras una gran derrota pasarán décadas antes de disfrutar de otra oportunidad; que la herida será profundísima, imposible de sanar. Es una gran mentira, claro. Cualquier entidad que opte a la gloria hallará la manera –con más o menos esfuerzo– de volver a la senda de la victoria. Los clubes no mueren. Sin embargo, la vigencia de los ciclos sí tiene fecha de caducidad. Un proyecto nace, alcanza su cima y termina desapareciendo. Un título es una oportunidad que no se repetirá para ese grupo de jugadores; o lo agarras o se va. Algo así vivirán esta noche Borussia Dortmund y Bayern Munich. Con los de Klopp resulta mucho más evidente: el Dortmund no es un primer espada europeo y después de tres fantásticos años, el conjunto iniciará un lento desmantelamiento. Es ahora o nunca. ¿Y el Bayern? Su caso es distinto. El grueso de la plantilla disputa hoy su tercera final de Champions en cuatro años. Guardiola aterrizará en Múnich con la intención de renovar una estructura que más arriba ya no puede llegar. El equipo de Robbery busca de nuevo la Orejona. Si no es hoy, difícilmente será.
Siendo honestos, la calidad del partido se ha visto mermada por las ausencias de dos hombres claves, uno en cada bando: Toni Kroos y Mario Gotze. Se da la particularidad de que ambos futbolistas han supuesto la evolución de sus colectivos en el pasado. Con Kroos, el Bayern encontró la figura del “tercer centrocampista”, el equilibrio perfecto entre el toque de Schweinsteiger y la verticalidad de sus extremos. Por su parte, Gotze era la pausa en este Dortmund, el único mediapunta que disfrutaba reteniendo la bola. Ninguno estará, y eso nos lleva a un choque muy similar a los vividos en 2012, siendo la gran referencia el duelo de marzo en el Signal Iduna Park. Aunque los momentos son muy distintos, los onces que saltarán a Wembley tendrán muchísimo en común. Aquel día, los de Klopp arrasaron en la pizarra a un Bayern que ni antes ni después ha sentido mayor frustración e incapacidad. A continuación iremos explicando los porqués, matizando las diferencias actuales y las soluciones que debe hallar Heynckes.
Las ausencias de Toni Kroos y Mario Gotze restan variantes tácticas a los dos equipos
Sin Gotze, queda claro que los muniqueses gobernarán la posesión, viéndose obligados a iniciar el juego en mayor número de ocasiones. Aquí surgen las primeras trampas del Borussia. Los amarillos mandan siempre a dos jugadores (Lewandowski y el mediapunta) al comienzo de la presión (Foto). ¿Cuál esLos intensos triángulos defensivos de Klopp han llegado a desesperar a Ribery y Arjen Robben el objetivo fundamental de esta medida? Impedir que el rival salga con un pase hacia dentro, vertical; forzarlo a un envío por fuera. Para el Bayern, la salida lateral no solo no es un problema sino que representa una clara virtud, como vimos ante el Fútbol Club Barcelona. Pero ante el Dortmund la historia es otra. En los costados nace el movimiento defensivo capital de la etapa Klopp. Un mecanismo que consiste en un triángulo de presión muy agresivo en el que el lateral, el extremo y uno de los pivotes encierran a sus dos oponentes en la banda (atentos a la imagen). De tapar la espalda del triángulo se encarga el otro pivote y el central de ese perfil. ¿Por qué esta medida ha hecho tanto daño al Bayern de Ribery y Robben? La causa principal ha sido Müller. Las carencias estructurales del Barça le hicieron brillar, pero Thomas no es un mediapunta 100% fiable. En los inicios de jugada le cuesta mucho generarse un huequecito para recibir (y más ante un Borussia que ahí trabaja a conciencia). Y cuando el balón le llega a un extremo, no tiene la habilidad para jugar en pocos metros, para ofrecerse a las paredes, dar continuidad, etc. El Bayern se queda sin apoyos para el pase atrás, ya que Bastian no siempre puede llegar; bien porque no le dio tiempo (por tener que bajar a sacar la pelota), bien porque el Dortmund no le deja (Foto). Con todo esto, es fácil comprender lo relevante de la ausencia de Kroos, un especialista en agilizar la salida del Bayern y un experto en recibir y asociarse en zonas muy exteriores.
Lesionado Gotze, la entrada Grosskreutz ayudaría muchísimo en en el trabajo en las bandas
El Bayern ha de poner solución a esta cárcel con las piezas de las que dispone. Los remedios no son nuevos y ya fueron mostrados en el pasado, pero la ejecución no fue conveniente. Para sortear la primera muralla de delanteros, meter a Schweinsteiger entre centrales siempre es una opción, pero esto al Dortmund no le molesta ya que los apoyos que quedan por delante (Javi Martínez y Müller) no son muy buenos a la hora de girar. Hay una acción técnica que el Bayern empleó bastante en duelos recientes y que le dio grandes frutos: el balón largo cruzado. Una pelota aérea es el mejor recurso contra el Dortmund en los inicios de jugada. La razón es muy sencilla: impide al Borussia aprisionar a Ribery y Robben, ya que el esférico les aterriza de forma súbita. Además, Lahm y Alaba se fueron para arriba empujados por la posición abierta de sus centrales y están listos para doblar a sus extremos en situación de igualdad numérica. Con el desplazamiento de Bastian, el Bayern gana línea de fondo, su gran objetivo. Llegados a ese instante, los de Klopp “han perdido”, aunque Subotic y Hummels saben resistir en el área.
En estático, el automatismo más complejo que puede ofrecer el Bayern sin Kroos reside en Ribery. El francés nunca ha sido un monstruo del juego interior pero ni mucho menos es nulo. Buscando el receptor extra en el medio, Heynckes manda a Alaba muy arriba para que Ribery abandone la cal y se mueva por toda la horizontal del campo. Doble mediapunta, superioridad en la zona del balón y posible pase atrás (concepto básico). Los aficionados a la Liga española reconocerán este engranaje ofensivo, pues es idéntico a lo planteado por Emery con Alberto Moreno, Rakitic y Perotti.
Interpretar de forma correcta el triángulo defensivo del Borussia es indispensable. El Bayern ha de atacarlo bien. Cuando el extremo recibe al pie, el lateral nunca podrá doblarle. Imposible, el Dortmund no te lo permite (Foto). Sin embargo, existe una grieta cuando el lateral, en lugar de correr de forma recta, consigue meterse por dentro (lo que no deja de ser ese apoyo a Robbery que venimos comentando). Lahm es un maestro absoluto de este movimiento, pero Robben no siempre la suelta como debe. Ribery es más dotado, pero Alaba no es tan, tan bueno como Lahm en este apartado.
Existen vías y gestos técnicos para romper la fuerte presión lateral del Borussia Dortmund
A estas alturas, queda claro que para el Bayern, la final está en no quedar ahogado en los intentos de sus hombres de banda, en ofrecerles a estos una salida. El boquete del Dortmund, la mencionada grieta, tiene nombreSi Müller logra ser la pesadilla de Gundogan, el Bayern ganará y apellidos: Ilkay Gundogan. Defendiendo, el genio alemán es una debilidad. Ozil o Silva ya enseñaron cómo se las traga Ilkay a su espalda. Müller no tiene la clase de estos dos pero a nada que esté espabilado, recibirá. No obstante, lo que Thomas ha de brindar a su equipo son los ya célebres apoyos laterales. Ahí no puede fallar, y francamente, no lo tiene tan difícil. Si está rápido y se adelanta a Subotic (central derecho), el Bayern tendrá ocasiones de máximo peligro. Si bien Gundogan no es que destroce tácticamente los triángulos defensivos, la realidad es que el error llega siempre por su lado. El que deja abierta la puerta es él (Foto). Pedirle 90 minutos de fútbol entre líneas a Müller es inviable; Heynckes lo sabe y de vez en cuando intercambia la posición central con Robben. ¿Funciona? No. Arjen sorprende apareciendo, nunca estando. Las permutas tienen más valor anímico que otra cosa.
Si Gundogan es un agujero táctico tan localizado, cabe la posibilidad de que Klopp se proteja con un doble pivote formado por Bender y Kehl, adelantando a Ilkay a la mediapunta. Las ventajas e inconvenientes de esta decisión están claros. Con esa pareja por delante de los centrales,La posición de Gundogan destapará el sentir de Klopp sobre la final el Dortmund gana intensidad y presión sobre Müller, que sin duda sufriría. El otro aspecto positivo tendría que ver con la ubicación de Marco Reus. El ex del Monchengladbach es crack total pero tiene defectos. Su eliminatoria contra el Real Madrid evidencia una cosa: si recibe de cara (o sea, de fuera hacia dentro) es tan imparable como cualquiera. En cambio, si parte como “enganche”, su fútbol disminuye drásticamente. Ahí no es Gotze. Sus carreras se reducirían y el Bayern lanzaría a Javi Martínez –un bicho físico– contra Marco. Tenerlo en la izquierda es un plus. Claro que todo tiene su lado malo; Reus no curra en el triángulo defensivo como lo haría Grosskreutz, un futbolista limitado pero que se parte el pecho en cada acción. Y el factor más negativo de todos es sacar a Gundogan de su sector favorito, el círculo central. El jugador de origen turco no deja de ser un mediocentro. Atípico y móvil, pero mediocentro. Sin el concurso de Gotze, el Bayern subirá su línea de presión a bajo coste; Hummels y Gundogan son claves en los primeros pases. Además, el Dortmund tiene una superioridad localizada ahí; Müller no es un elemento ideal contra Gundo. Nunca lo marcó bien.
Sacar de su posición a Ilkay Gundogan podría repercutir positivamente en el juego de Marco Reus.
En esta previa hemos estado haciendo mucho hincapié en la no presencia de Gotze, creemos que con justicia. Mario es un talento aplastante, el mayor que tiene el Dortmund. Pero si los campeones europeos de 1997 han llegado hasta aquí, si hoy sueñan con levantar la Champions, es gracias a Robert Lewandowski. El polaco se alza por encima de todo, es la ilusión de su hinchada. Cuatro goles al Madrid es una proeza que no le corresponde pero que está ahí, lista para asustar al Bayern. Ni Dante ni Boateng ni Van Buyten lo limitarán 90 minutos. Lewandowski va a aportar. De nuevo Javi Martínez aparece como réplica. Su intensidad para ir a segundas jugadas y rechaces es quizás la más adecuada del once bávaro. Heynckes querrá que Javi achuche arriba pero si el 9 borusser la está liando en el juego directo, habrá que atenderlo.
Para ser un encuentro de tan alto nivel, la previa se presenta clara en lo táctico. Como decíamos al principio, Gotze y Kroos han dejado a sus entrenadores sin posibilidad de juguetear mucho en la estrategia. Poco importará. El espectáculo está garantizado en esta final alemana que glorifica con merecimiento a un campeonato, la Bundesliga, que lleva mucho tiempo haciendo las cosas más que bien. Como ocurrió en 2008 con la Premier, este es su momento y esta es su fiesta. Que lo disfrutemos.
@DavidLeonRon 25 mayo, 2013
Final de la Champions League señores. Partidazo histórico, por lo que significa para la Bundesliga y el fútbol alemán.
A disfrutarlo.