Se estima que en la entrada del siglo XIV Dante Alighieri compuso «La Divina Commedia», cima de la literatura italiana y obra puente entre la cultura medieval y la renacentista. El poema, dividido en tres cánticas, narra la travesía físico-espiritual del autor por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso; senda por la que vaga junto al fallecido Virgilio, su inspiración artística, que le hace de guía celeste en este mundo entre la muerte y la vida. Virgilio vivió y escribió poesía en la Roma del Imperio (Siglo I a. C.); como Messi en la Roma de 2009, ante el Manchester United. Esta noche también él volverá de una ausencia, con la misma misión que el antiguo poeta itálico: orientar a un creyente desde el Infierno al Paraíso. Del abismo del Allianz Arena a la gloria de volver a ser la gran referencia del mundo. Y a su lado también habrá un Dante con aire perdido, al que esta vez no ayudará. Estamos a punto de vivir uno de los mejores partidos que veremos en nuestra vida. A las puertas de la cumbre de esta Copa de Europa 2012/13: el Bayern Múnich-FC Barcelona.
La parte del Purgatorio es crucial. Si el Barcelona juega hoy al nivel que viene mostrando, perderá. Si juega con el sistema que viene usando, perderá. Y si trata al Bayern del modo en que viene tratando a sus rivales, perderá también. Esta batalla de Baviera es especial porque, por primera vez en cinco años, la normalidad resultará insuficiente a Xavi, Iniesta y Messi. El motivo para la esperanza, incluso para la confianza, es que el Barça tiene calidad para, desde la humildad, adaptarse lo suficiente al Bayern Múnich y tomar la iniciativa, o al menos compartirla. Lo de la calidad lo es todo. Es verdad que el equipazo de Heynckes merece respeto y admiración, juega tan bien que se hace justo reconocer que está bastante mejor. Pero no es mejor. El FC Barcelona es un proyecto formado con recursos y por metas superiores. Este Bayern Múnich entra dentro de lo ordinario, el fútbol casi siempre ha tenido un equipo de su nivel. Lo de Xavi, Iniesta y Leo es otra cosa. Y 180 minutos de guerra por Wembley son demasiados. Los alemanes, antes o después, se darán cuenta.
La magia del Bayern Múnich es que, en contra de todo lo visto, intentará defender a Messi con el balón.
Los de Jupp carecen de mediocentro y se nota en su juego defensivoComo siempre, Messi será la pieza que dé inicio a la partida de ajedrez. Pararlo, o minimizarlo en la medida de la posible, será la principal tarea de Heynckes. El «10» golpea de manera directa el triángulo que forman los centrales y el pivote del rival. En el caso bávaro sus dos centrales, siendo buenos y estando muy bien, son las piezas más débiles del esquema, y además juegan sin mediocentro. Literalmente sin mediocentro. Martínez y Schweinsteiger forman un doble pivote que no es tal, porque ambos funcionan como interiores. Es decir, sus movimientos no son propios del 4-2-3-1 que dibujan, sino de un 4-3-3. O dicho de otra manera, Javitxu y Bastian en defensa no se posicionan como Alonso y Khedira, sino como Xavi e Iniesta, pero sin un Busquets por detrás. El vacío entre ellos y Dante (ver secuencia) es la única debilidad defensiva del líder de la Bundesliga, algo que se nota sobre todo cuando el rival templa su salida de balón, cuando se lo pasan en cortito y en horizontal en su propio campo invitando al Bayern a ir a buscarlo, que es lo que ansía. Su competitividad no se discute, no va a caer permanentemente en el mismo error, pero a Messi le basta con que Martínez y Schweinsteiger se auto-eliminen un par de veces para condicionar la eliminatoria.
Si juega Villa el Bayern Múnich tendrá una gran ventaja tácticaLuiz Gustavo es el recurso de banquillo que palia en buen grado el defecto, pero sorprendería que Heynckes optase por él en el Allianz Arena, porque tampoco es que el equipo se le desangre por ahí. De hecho cuando el Bayern repliega y se cierra atrás -que alguna vez ha pasado- Bastian y Javitxu se pegan a Dante y Van Buyten y sí defienden correctamente. El único momento crítico se da durante la comentada salida de balón del contrario. Además hay que tener en cuenta que la posesión bávara, a día de hoy, es la que más ventajas crea. Sus laterales pueden aislar a Messi arriba. Desconectarlo. Lahm y Alaba son puntales tanto en la iniciación (el equipo siempre sale por una banda) como en el último tercio de cancha, donde aparecen doblando a Robben o Ribéry tanto por fuera como por dentro. Lahm y Alaba exigirán un trabajo específico culé de carácter defensivo. Y se recalca «defensivo» porque sobre el papel Vilanova no tiene calidad para castigarles, pues pese a ser tipos de ataque son también muy fiables atrás. El tema es que se les debe dar al menos una preocupación para que no puedan mirar solo hacia delante, y además habrá que seguirlos. Aquí empieza la necesaria adaptación culé: viene jugando Villa y Villa para el Bayern sería casi un regalo.
Se espera un reparto de posesión muy dividido, aunque el Barça tendrá más balón que el Bayern.
Otro de los grandes miedos de Tito irá en torno al reparto del balón. El Barcelona necesita tener más de un 60% para competir bien esta noche. Si el Bayern llevase demasiado la iniciativa su talento ofensivo se impondría a las barreras culés, que no son del todo sólidas. Y llegados aquí, ¿pueden los alemanes quitarle el balón a Xavi o es un farol? Pueden hacerlo y lo lógico es que durante alguna fase del encuentro lo haga. Especialmente si Messi no se muestra fresco y capaz de correr en sus primeras intervenciones -a este Barça se le puede quitar bastante porcentaje de posesión, pero no se intenta porque el contragolpe de Messi asesina-. El Bayern Múnich es un equipo técnico, paciente y con método. Su primer movimiento es subir a Alaba y Lahm y crear en su primera línea un espacio a Schweinsteiger, que más que meterse entre centrales se coloca como central izquierdo en la falsa línea de tres que forma con Dante y Van Buyten (o sea, más difícil de defender aún, porque en la banda hay más espacio). Ahí tira de calma y se asocia con los virtuosos Neuer, Dante, Alaba y Ribéry sin miedo y con precisión, hasta que surge la opción de lanzar al francés y cambiar el ritmo. Si el oponente bascula bien y frena esa salida, cualquiera de los implicados tiene un buen envío largo y deja solo a Lahm en el otro lado, que monta el lío atacando en vuelo. Ejecutar bien estos movimientos contra el Barcelona será una mera cuestión de personalidad, pues los de Vilanova no tienen recursos para limitarlos (Xavi defenderá el lado fuerte bávaro). Al menos, de inicio. Si los azulgranas marcan el primer gol, Alex Song, cada día más adaptado, sí tendría minutos valiosos como interior derecho.
A Marc Bartra se le deberá proteger con ajustes defensivosUn Alex Song al que las bajas en defensa podrían llevar incluso a la titularidad, de modo que él jugase como mediocentro y Busquets bajase a acompañar a Piqué, lo cual, dicho sea de paso, sería todo un peaje. También existe la variante de Abidal, quien mostró un punto de velocidad muy interesante el sábado pasado contra el Levante, si bien terminó el partido desfondado a pesar de que el ritmo del mismo no fue demasiado alto. Por todo esto el principal candidato para lucir hoy como central izquierdo del FC Barcelona es Marc Bartra, algo que en principio no debería ser una noticia demasiado preocupante pero que preocupa, porque la temporada ha dejado muy claro que, por lo que sea, ni Tito Vilanova ni Jordi Roura confían especialmente en el canterano. Frente por frente andará Mario Gómez, con un estado de forma inferior al de hace 12 meses pero con un ratio de gol/minuto que asusta igual. El tanque de origen andaluz en el área es un bastión, por talento y por condiciones, así que más que defenderlo ahí habrá que anularlo evitando que el Bayern Múnich sea profundo por fuera. Sin duda, todo un problema, pues las bandas del Bayern Múnich son las mejores de Europa y la defensa lateral del Barça jamás se ha caracterizado por su calidad: Xavi e Iniesta no ayudan y Busquets queda entre dos aguas. Inevitablemente, como se apuntó, los azulgranas tendrán que ponerse el mono de trabajo y sudar sin balón más de lo habitual. La normalidad es insuficiente.
Robben ha sido detenido en casi todas las grandes noches, pero porque el rival se adaptaba a él.
Y siguiendo con cambios y adaptaciones llegamos a una parte ineludible de este análisis previo, a la que ni siquiera su independencia le resta peso: Arjen Robben. El extremo holandés es limitado porque juega solo, no tiene claridad para asociarse y eso reduce su abanico de soluciones contra sistemas defensivos bien formados, pero su calidad individual es tal que si el contrario le deja un mínimo espacio puede dinamitar el encuentro. Si uno repasa sus noches más grandes, como las dos finales de Champions (2010 y 2012) o su eliminatoria contra el Real Madrid el año pasado, observa que su aportación fue nula, que no hizo nada y terminó convirtiéndose más en un problema que en una solución para el Bayern Múnich, pero en aquellas ocasiones sus rivales destinaron sendos triángulos defensivos (lateral-mediocentro-extremo) en pos de dejarle sin posibilidad de salida hacia dentro. El Barcelona no acostumbra a preparar defensas especiales ni cuando se enfrenta a Cristiano Ronaldo, a todos ofrece el mismo trato táctico: el indiferente. En un doble partido tan igualado como el que en principio va a disputar contra Arjen Robben, dejar al holandés a su libre albedrío es otorgar a los bávaros una ventaja descomunal. Porque además ha llegado como un cohete a esta resta final de temporada. Robben está finísimo. Es esta doble circunstancia (la inspiración de Arjen y la indiferencia táctica de Vilanova hacia los cracks del oponente) lo que quita un poco de importancia a la baja de Toni Kroos. Por supuesto va a notarse, el joven centrocampista es titular y básico en el esquema de Heynckes, pero ante el Borussia Dortmund o el Real Madrid hubiera sido una ausencia mucho más nociva.
Con jugadores tan históricos como los azulgranas nunca se debe descartar una exhibición inesperada.
Por descontado, cuando hablamos de futbolistas como Valdés, Alves, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Cesc Fábregas o Messi siempre existe la esperanza de que rompan y hagan un partido de leyenda, aunque no sea ese su rendimiento más reciente. No sería la primera vez que sucediera, así que el sentimiento es fundado, y si el Barça se acerca a su nivel máximo el Bayern Múnich no podrá seguirle. En esas el gran temor del Barça se localizaría en el balón parado. No lanzará Kroos, pero la batería aérea formada por Van Buyten, Dante, Javi Martínez y Mario Gómez está intacta y amenaza con, mínimo, crear mucho peligro. En términos distintos queda el otro gran punto débil culé, que es la defensa del contragolpe: pese a disponer de Ribéry y Robben, que son dos balas, los de Heynckes no resultan demasiado potentes a la contra. La carencia de genialidad asociativa en sus delanteros limita la velocidad de la transición y eso se nota para mal, y si bien por estricta calidad individual pueden generar problemas, hay que apuntar que si el Barcelona se coloca medianamente esta vez no se enfrenta a un gran especialista del contragolpe. Como hemos intentado reflejar, la noche azulgrana se resolverá según su experiencia en el Purgatorio: debe liberarse de uno de sus dos pecados capitales, el del juego discreto o el del orgullo táctico. Si lo consigue y Leo Messi está bien, sus opciones no tendrán nada que envidiar a las del Bayern Múnich. Los alemanes están mejor que el FC Barcelona, pero el FC Barcelona es mejor que el Bayern Múnich. Y, en días como hoy, responde.
letissier 23 abril, 2013
"Estamos a punto de vivir uno de los mejores partidos que veremos en nuestra vida." Que escalofríos.
Día grande hoy en Cataluña, la fiesta de Sant Jordi y este partidazo dan un ambiente muy especial por las calles de Barcelona. El pesimismo de la culerada contrasta con esa capacidad del Barça para resistir en la peor situación en las noches europeas. Veremos si ese intangible es hoy suficiente, y si el as de bastos responde como se le espera. Creo que al Barça se le ha dado por muerto estas semanas, situación propicia para que la leyenda de este equipo se perpetúe y nos ofrezca su enésimo capítulo. Veremos si el caballero es capaz de matar al dragón.