El fútbol es un medio de comunicación. Está tan presente y es tan global que nos describe el hoy del mundo como si fuera un periódico, pero con un poder de persuasión muy superior. Los que fuimos niños en los 90 supimos de la Guerra de los Balcanes por los cracks yugoslavos que jugaban en España. Los Suker, Prosinecki, Brnovic, Mijatovic o Vidakovic; que ante el micrófono tras cada partido gritaban un «socorro» a nadie por si alguien respondía. Los croatas, en el 91, iniciaron el belicoso desmembramiento de la RFSY; y ayer, en paz pura, tuvo lugar el primer Croacia-Serbia desde el fin del conflicto.
La Serbia de Mihajlovic -el gran botador de faltas- es una Selección en transición. Lo de Antic en el último Mundial aún colea. Se presentó con tíos como Kolarov, Vidic, Ivanovic, Stankovic, Krasic, Jovanovic o Zigic, gente importante entonces, pero el equipo fue lo más plano que ofreció el bonito torneo de Sudáfrica. Vladimir Petrovic, sucesor de Radomir, exprimió un fruto sin zumo que no se clasificó para Polonia y Ucrania; así que al legendario Sinisa se le ha encomendado una renovación que se presume complicada. Esta joven Serbia es discreta y está blanda. En Zagreb propuso un repliegue descarado que dio bastante libertad a los medios más retrasados de Croacia: Luka Modric y Mateo Kovacic.
Igor Stimac leyó bien la inferioridad de Serbia, arriesgó y ganó.
El doble pivote croata hizo la diferenciaNo hace ni dos meses que el Inter de Milan pagó 15 millones de €uros al Dinamo de Zagreb por el joven Mateo, de 18 años. Kovacic no es Modric, pero se le va a comparar con él de por vida. Se trata de un centrocampista que de momento alterna la mediapunta con su verdadera zona, la base de la jugada. Crea, volantea y templa, y como as en la manga posee un regate impropio de su rol. Pero no es un clon de Luka. No es tan flexible ni tan escurridizo; Kovacic usa más su culo, como Gündogan o Banega. En cualquier caso, como Modric, está destinado a ser el débil defensivo en un teórico doble pivote, y por eso sorprendió tanto que ayer ambos cerrasen juntos en el 4-2-2-2 de Stimac, con Rakitic y Kranjcar de interiores y Olic y Mandzukic arriba.
Para crear más ocasiones falta un crack junto a Mandzukic.
Los beneficios de tener un doble núcleo creativo son muchos. Ningún rival tiene dos atacantes que puedan trabajar intensamente sobre un especialista en salida de balón. La fluidez es constante. Además, si ese doble núcleo es tan vertical y de tan largo alcance como el croata, mejor que mejor, pues superan líneas con facilidad y aprovechan las ventajas que surjan por lejos que estén -o sea, pueden contactar con los puntas sin pasar por los interiores-. A pesar de lo dicho, a Croacia no le sobró peligro, y es que el 4-2-2-2 es un sistema difícil de aplicar si no se tienen puntas rápidos que al caer en banda puedan encarar e irse. Ivica Olic da el perfil, pero no la talla. Sin ese plus que por ejemplo Pellegrini halla en Joaquín, el ataque tiende a ser demasiado estrecho.
Kovacic y Modric, los referentes, no formarán doble pivote en los días gordos, pero sí pueden formar una pareja de interiores escoltada por un «5» más fijo. Sería igual de bello. Srna, Rakitic, Perisic o Mandzukic son buenos extras. Y a ver Halilovic, que a Brasil llegaría con 18 años. De éste no hemos hablado porque hasta que no le veamos 30 partidos más pensaremos que es una coña. Luka, Mateo y Alen en Río. Soñar.
Abel Rojas 23 marzo, 2013
Subjetivamente, me quedé totalmente prendado de este doble pivote. Modric está en "ese momento". Esa rachita de 5 o 6 partidos seguidos que tienen todas los genios una vez al año en la que parece que es incluso más de lo que es. Le sale todo. Y Kovacic… pff. Aquí hay un jugador… que ojalá el Inter no estropee. El Calcio no le viene mal, pero el Inter asusta.