El mejor delantero que tiene España ahora mismo es Pedro. El canario es un muy buen jugador, épico y puntual, clave en los dos últimos títulos de la Selección, pero nadie o muy pocos lo pondrían a la altura del Reus de Alemania, el Balotelli de Italia, el Ribéry de Francia, el Rooney de Inglaterra, el Falcao de Colombia, el Neymar de Brasil, el Ronaldo de Portugal o el Leo Messi de Argentina. Incluso países modestos como Uruguay, Gales o Montenegro poseen frentes ofensivos de talento superior al español. Considerar esta realidad, y el milagro de que parezca una anécdota, es necesario para valorar en su justa medida la labor de Del Bosque y sus geniales centrocampistas.
España es un equipo rarito. Eso es indudable. Sus partidos no pueden analizarse como los demás porque su fútbol persigue algo diferente al del resto. Esta Selección juega al parchís. Poco a poco va adelantado casillas, de manera circular, hasta que alcanza el último tramo, y una vez ahí lo mismo va hacia delante que va hacia detrás. Además, por el camino encuentra lugares que son casa, y cuando dos de sus fichas se juntan en el mismo sitio (Busquets y Alonso, o Xavi e Iniesta), de un modo u otro forman una barrera. España es el colmo de lo indirecto y lo conservador; pero también de la confianza. Le tiene fe absoluta a un método que esconde su obvia carencia de calidad ofensiva diferencial. Dedicándose a un juego azaroso, tal y como el parchís, gana siempre.
La Selección no alcanzó ayer el nivel de sus mejores encuentros.
Villa no logró dar demasiado a su equipoEl rival de anoche era duro y jugaba en casa. Deschamps planteó un 4-3-3 ultra físico con Pogba y Matuidi de interiores, dotando al dibujo de una agresividad y una técnica defensiva dominantes. Francia tiene futuro porque, al contrario que el conjunto de Blanc, está desarrollando un sistema que requiere pensar menos, que es más reactivo, y eso en los momentos calientes facilita las cosas. Por su parte, Del Bosque dudó al principio y puso a Villa, que no sabe jugar al parchís pero suele meter el balón en la portería -objetivo de los equipos normales y regla que rige el deporte-. Es lícito y lógico; todos sufrirían esa tentación. Solo Busquets, Xabi Alonso, Xavi e Iniesta llevan bien la angustia de saberse la selección menos determinante de la élite.
Sin Cesc ni Silva la apuesta se resintió algo, pese al gran Pedro.
España saltó con la fórmula mágica en la cabeza: circulación segura + pase vertical de Xabi Alonso + dribling de Iniesta + barrida de Busquets + vuelta a empezar. Es decir, el método que ha merecido ganar todos y cada uno de los partidos que ha disputado, quizás a excepción del de anoche. España no alcanzó la excelencia en París por una serie de motivos. El primero, que le faltó seguridad defensiva. Arbeloa contuvo a Ribéry en el costado, pero eso no es contenerlo entero, algo que es imposible; Valbuena y Benzema encontraron facilidades en la zona de Ramos, descentrado y fallón; y Piqué, el mejor de los de atrás, estuvo perfecto leyendo, pero como siempre pareció vulnerable en los lances más abiertos. Encima, el balón esta vez no les pudo proteger tanto.
La técnica de España borra problemasApuntar que a la Selección le faltó profundidad es un eufemismo un poco absurdo a estas alturas del guión. No la busca. Sin embargo, sí que le costó más trabajo de la cuenta girar a Cabayé, Matuidi y Pogba, el triángulo francés. Con un agresivo Pedro estirando donde Silva apoya y Villa figurando donde Cesc juega, a Alonso le faltó a veces una línea de pase más en tres cuartos. Xavi e Iniesta estaban solos. Ante el problema táctico hubo una solución técnica: como viene siendo habitual, el genial partido de Xabi Alonso. La calidad técnica y la creatividad de Xabi, Xavi e Iniesta es tal que el sistema rojo asume y cuenta con que harán maravillas inauditas. Es arriesgado, pero a Del Bosque siempre le sale, porque su centro del campo no es normal.
Busquets, Xabi Alonso y Xavi, a estas alturas, se potencian.
Y es que lo que algún día fue un cacao, hoy es chocolate. Busquets, Alonso y Xavi ofrecen, mínimo, el mismo nivel que en sus clubes. Del Bosque merece crédito por haber solventado muy pronto un problema para el que el Barça aún no tiene remedio: el post-xavismo. Contar con Alonso le permite asegurar la posesión sin requerir a Xavi en la base, y ese es el gran secreto: eliminar la omnipresencia de Hernández, que aploma y horizontaliza, sin caer en el correcalles. Además, el sistema no le condena a la nada. Su recordada Final de la Euro se dio jugando en el sistema de Xabi, no es que Del Bosque lo cambiase contra Italia. Simplemente, Xavi superó a Pirlo, que defendía su zona. Cambiando de tercio, más abajo, la calidad táctica de Alonso relaja a Busquets, que se puede dedicar a lo que más le gusta: ir a por el balón cuando lo tiene el rival. Si enumeramos las acciones defensivas más bestias de la carrera de Sergio, la mayoría son en campo contrario: dominio del rechazo, robo alto, presión arriba, etc. Xabi Alonso le permite volcarse en ello sin que su espalda sea una llanura paradisíaca para los otros.
Jesús Navas fue básico en los últimos minutos del encuentro.
No obstante, en los últimos minutos se sufrió un descontrol llamativo. El equipo local tenía calidad y su público apretó, Busquets tuvo que cargar con sus desfondados compañeros -le hubiera venido bien una ayuda física desde el banquillo- y España perdió más seguridad. La de Navas estuvo muy bien tirada, «si no puedo tenerla pasando, la tengo corriendo», pero nadie llegaba a su altura. Nadie se juntaba a él para formar una nueva barrera en el parchís rojo. La calidad individual, en este caso de Monreal y un gigante Víctor Valdés, salvó una noche difícil que acerca a España a la Copa del Mundo. El grupo que gana todos los partidos importantes volvió a responder como siempre. Y lo más destacable es que, previamente al choque, en España todos sabíamos que así sería. Algún día nos equivocaremos. Se supone. A ver 2014.
Abel Rojas 27 marzo, 2013
@ Alejandro
Busquets es un jugador defensivamente tremendo, pero su nivel en campo rival es lo que le hace un jugador verdaderamente increíble. Él no es un Makelele, la paciencia defensiva no es su gran virtud. Él es irrealmente bueno en campo contrario, y encima lleva 3 o 4 partidos que es que no se pueden ni explicar. Los dos robos de ayer en el minuto 90 son de animal de la selva. Dos robos que, en ese momento y ese minuto, puede ejecutar por saber que tiene las espaldas cubiertas.
Alonso-Busquets juntos, sin balón, como pareja son mucho más que la suma de las dos individualidades.
Es curioso que Busquets sea infravalorado a nivel internacional y Alonso a nivel nacional. Más o menos, que generalizar está feo.
@ Cordobeh
Para mí ayer Xavi juega un señor partido de fútbol. ¿Que bajaba a veces? A ver, es Xavi, es importante que él se sienta lo más a gusto posible. Hablamos de una estrella que seguramente tendrá su ego y que está sufriendo la siempre dura cuesta abajo. Ve como cada vez le quitan más responsabilidades en todas partes y eso no es fácil. No le puedes pedir que se quede ahí arriba siempre. Xavi supo crear líneas de pase y dar bastante continuidad, e incluso tuvo dos goles.
Para mí ayer Xavi jugó el partido que a día de hoy puede jugar, y no me pareció poca cosa. Sinceramente, no creo que Cesc o Cazorla hagan hoy el partido que ayer hizo Xavi.
@ Pepe
Siempre me ha parecido bastante curioso lo de la Final de la Eurocopa y que se diga "entonces fue el equipo de Xavi". Si fue el equipo de Xavi, puede serlo siempre. El sistema fue el mismo que durante el resto de la Eurocopa o ayer: Xavi jugó "arriba" y Alonso fue la base. Y es que el tema es ése. Este sistema que tan bien nos funciona no condena a Xavi a jugar como en los 4 primeros partidos de la Eurocopa. Él jugó de aquella manera porque estaba mal. Luego jugó contra Pirlo, que le dio mucho margen, y se salió como salió.
España no ajusta nada en la Final. Usa el que denomináis sistema de Alonso. El único cambio fue que, dentro del mismo, Xavi jugó a su mejor nivel. Siempre es una posibilidad que juegue de esa manera. Depende de él y de que el rival le deje como le dejó Pirlo. Si no, lo de ayer ya es bastante notable.