Málaga y Atlético son dos de los principales colectivos de nuestro país. Equipos muy personales, construidos a imagen y semejanza de sus técnicos: especiales y elegantes los andaluces, rudos y competitivos los madrileños. El choque de estilos prometía un partidazo y lo tuvimos, aunque solo durante 45 minutos. En ese periodo comprobamos que, mientras la cabeza les funcione, este Atleti es una barbaridad; corre, presiona y cada vez es más completo con balón. Fue mejor que un Málaga que volvió a sufrir ante un conjunto agresivo en la marca. Los de Pellegrini echan de menos más velocidad e intensidad; casi todos sus hombres la quieren al pie y eso facilita el trabajo a las defensas. Claro que no todo fue bonito para los visitantes: sus últimos 15 minutos decepcionaron y significaron una mala noticia para el campeonato.
El Málaga salió con su 4-4-2 en rombo que suele anunciar actuaciones bellas y despreocupadas. Piazón y Portillo como interiores, Isco de mediapunta y Joaquín liberado es, sí o sí, un menú para sibaritas. Con laLos primeros 45 minutos de los visitantes, casi una exhibición pelota, porque sin ella algún día matarán a Toulalan de tanto currar. Piazón, que comenzó de interior derecho, resultaba un boquete gigantesco: ni llegaba a Filipe Luis ni tapaba a Arda. Simeone, muy listo, mandó a Koke (ayer pivote con Mario) a hacer superioridades grotescas en ese sector. Turan se puso las botas y encaró en ventaja a Toulalan una y otra vez. Es cierto que el francés no anda en su mejor forma pero ayer estaba vendido. No es lo mismo el 4-4-2 con el desgaste de un Eliseu que con “Piazones”. Pellegrini cambió al brasileño de banda, pero Portillo tampoco supuso un plus. Para terminar de volver loco a Toulalan, Diego Costa y Falcao tiraban los apoyos justo al ladito del galo, la zona que dejaban vacía los interiores malaguistas. Solo la falta de precisión en el último toque apartó a los colchoneros de una merecida victoria parcial.
Sin el balón, los rojiblancos también estaban a la altura. El Málaga pretendía salir por fuera, como acostumbra cuando elige el mencionado 4-4-2; un sueño para el Atlético, que en esos espacios mete bocados. Uno de los grandes éxitos del Cholo ha sido implicar a la totalidad de sus jugadores en tareas de presión. Arda Turan y el Cebolla se comieron a Portillo y Piazón, impidiéndoles darse la vuelta. La bola no llegaba a Joaquín e Isco y el Málaga casi ni chutó en la primera mitad. Imagen potentísima de un Atlético de Madrid que solo permitió alguna cabalgada del ilusionante Antunes.
Al Atlético solo le faltó acierto en la definición en la primera parte
La segunda parte encierra una reflexión final que abordaremos luego. En lo futbolístico, el Atleti no halló continuidad sobre todo por Diego Costa. El excitante (anoche excitado) delantero tuvo su actuaciónSimeone creyó en Adrián y este no le respondió más gris en recientes fechas y los suyos lo notaron –y fue una pena, porque Falcao anduvo chisposo, cercano a su nivel de octubre-diciembre–. Por ahí crecieron Demichelis y un Weligton colosal en el área. En el descontrol el Málaga logró correr algo (poco, porque carece de velocidad). Simeone reaccionó al mal partido de Diego Costa, sustituyéndolo por Adrián. Si en el momento el cambio ofrecía dudas, el desarrollo del partido lo confirmó: fue un error. Por dos motivos: primero, la retirada por molestias de Demichelis un minuto después. Lugano no tiene el punto físico para ir a buscar a Costa en esas carreras explosivas, no en marzo de 2013; lo hubiera padecido. Y segundo y más importante, porque Adrián se ventiló la media hora sobre el verde sin aportar absolutamente nada. Su salida, eso sí, sirvió para asustar a Pellegrini, que recuperó el 4-2-3-1 metiendo a Iturra por un Joaquín ausente. Toulalan lo agradeció.
Así alcanzamos el minuto 75, en el que el Ingeniero sacó del terreno de juego a Isco. El de Benalmadena será crack, pero es de justicia decir que tiende a fallar en los encuentros de ritmo, aquellos que demandan pensar antes de actuar. Además quedó el regustillo de un Piazón que agradó bastante como “10”. Ya había huecos, sí, pero los supo aprovechar. El Málaga no olía a triunfo, así que firmó un empate que le vale. Lo de Simeone quizás defraudó un poco. Admitió la igualada y eso no encaja con ese Cholo heroico que tanto nos mola. Contando con la visita del Barcelona al Calderón, el Atlético pudo ponerse a “seis” puntos de los culés. Simeone no creyó y ordenó entre gestos el fin de fiesta a sus chicos, tal vez dolido aún por el gol del Rubin. Una lástima, porque su equipo, el de los 45 minutos iniciales, está para vencer en cualquier cita liguera que le pongan por delante.
Psikófilo 4 marzo, 2013
En fin, defraudar… Casi más al contrario, lo del Atleti de ayer engrandece mucho más la temporada. Es que estaba sin Gabi, sin Tiago, que hace tiempo que superó a Mario, con Cebolla tirado a derecha porque se prefiere perder eso que lo que se pierde con Arda en esa banda, sin recambio para los delanteros porque Adrián ni está ni se le espera (y no hay más) y con Raúl García como única opción de cambio en medio campo siendo el jugador que peor se asocia de toda la plantilla (tien un ratio de pases horrible; eso sí le puedes tirar cochinilos para que los pelee de cabeza). Y con todo eso hicieron una primera parte brutal y sigeron teniendo más opciones que el Málaga en la segunda. A mí no me defraudó nada porque no es que esté dando el máximo de lo que tiene, está dando lo siguiente.