Sin margen para nada más, Caparrós necesita un lucky punch que cambie la dinámica. Un golpe de suerte que le dé una victoria, con la que vaya recuperándose física y psicológicamente, y reconduzca la situación actual. El descontento de los seguidores es total; el viento hace eco en Son Moix como protagonista alegórico de los días que se viven en Mallorca. Es obvio que el trabajo es el mejor compañero pero un gancho bien conectado sobre la campana ha cambiado la vida de muchos boxeadores. En tres días se pone en juego un cinturón salvavidas para él y otra vieja gloria de Rosario (un estilo que puede irle bien a la mandíbula de Jokin). No será sobre el MGM Grand de Las Vegas (la ciudad de Elvis), pero no es tiempo de deseos.
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Abel Rojas 13 diciembre, 2012
Pero… ¿qué se supone que debe hacer Caparrós?
Es decir, qué soluciones le da la situación para que él las coja? Hasta qué punto es probable que la dinámica cambie sin él?