José Antonio Reyes robó un balón en la primera jugada del derbi, al segundo 30. Y eso. La agresividad es la base del fútbol. Con la evolución táctica del juego, que tan juntas hace estar a las 22 piezas, es imposible competir si no se empieza a correr a la par que el rival, si no se tensa el pie con sus mismas ganas o si se deja la jugada un segundo antes de que lo haga él. Son ideas simples y tópicas, pero este deporte empieza justo ahí. No hay vida sin respiración y no hay fútbol sin agresividad. En los partidos de mayor carga emotiva, la intensidad sobrepasa la normal, y hay que igualarla. Todo va más rápido, y todo es más fuerte. Consciente afrontó el Sevilla FC sus 90 minutos de gloria, para arrasar a un Betis de día o día, o peor que eso. Así se explica el 5-1 y la justa euforia hispalense. Al aficionado neutral, mientras, le quedó una duda: ¿podría haber hecho algo un buen Betis contra el fantástico fútbol ayer esgrimido por el equipo de Míchel?
Ambos compartían fisionomía defensiva: sabían y podían defender bien en campo rival, presionando; pero no en campo propio, corrigiendo.Reyes fue clave para cruzar de campo, que era lo más difícil Así pues, había que aligerar la transición defensa-ataque o la salida desde atrás, si es que había que sacar de puerta. Aligerar como sinónimo de simplificar, en vez de acelerar. El Sevilla lo consiguió gracias a un jugador que tiene más debate que análisis. A ver, Reyes es un fenómeno del fútbol, un tío que con la pelota hace cosas anómalas de enorme beneficio para sus equipos. Es cierto que ya no tiene desborde, no elimina rivales, así que su don supremo es el interior de su pie zurdo, y donde más cómodo se siente éste es en la derecha; pero es que el jugador es tan, tan superior a todo lo que le rodea que su suma es una mera cuestión de concentración, actitud y decencia física. Con la motivación a tope por la especial situación, aniquiló al Betis. Primeros toques, cambios de orientación -clave tras la lesión de Trochowski-, regates de los que no eliminan pero sí crean espacio, pases al hueco… un escándalo técnico habilitado por Rakitic y Negredo, ayer escuderos suyos.
A Rakitic ya se le ha calado; necesita cerca a un tío que sobe el balón. El croata tiene toque y visión, pero carece de la técnica paraCañas no pudo defender al gran Reyes por falta de nivel proteger la pelota que le dé segundos para pensar, y por eso cuando le buscan como faro y el rival le defiende como si lo fuera, se esconde. Su explosión coincidió con el paso de Trochowski a la izquierda, donde el alemán sí que puede parar la pelota, y sin él dio otro paso atrás. Ayer, con José Antonio, se salió, y al genio le vino bien, porque se las devolvía redondas cuando lo necesitaba. Negredo, por su parte, juega de maravilla, y a poco que siente que hay fútbol, sabe qué hacer con él. Su diagonal dentro-fuera a espaldas de Nelson se llevó al central y recogió al lateral, y Reyes pudo influir por dentro como le gusta. El partido estuvo aquí. ¿Cañas? Por condiciones y perfil se ajustaba al reto, pero el interior derecho del Betis hace peor sus labores que Reyes las suyas, y salió malparado.
Alguno se preguntará si Beñat debió jugar más atrás, por Cañas.
El resultado de lo expuesto en los dos párrafos anteriores era que el Sevilla vivía en la mitad bética. Y gracias al pase largo de Reyes y al espacio que Rakitic tenía para también sacar el suyo, el campo activo era todo el ancho, incluyendo a Cicinho y Jesús Navas, que encima atacarían, en el peor de los casos, en igualdad numérica, pues los verdiblancos tenían que bascular sobre el de Utrera. Con ese marco, el Betis tenía muy difícil salir tras robo. No sólo Medel, Navas y Cicinho apretaban como leones tras perderla, sino que el sector izquierdo daba la réplica. ¿Que con Beñat en la base hubiera habido más técnica para salir? Sí, aunque es debatible si hubiese sido suficiente. Beñat saliendo desde atrás contra Medel presionando arriba no es una batalla decidida de antemano en favor del vasco, precisamente.
Fue un baño, un bañó muy gordo. Queda esperar que al Sevilla le sirva para romper la dinámica negativa y volver a la buena senda en la que Míchel y su buen trabajo le había metido. Y ojalá al Betis, que la semana que viene recibirá al Real Madrid y en tres al Barça, ésto no le pase más factura de la debida. Ya hablamos sobre a qué se está exponiendo Pepe Mel por, en su opinión, el bien del club.
@DavidLeonRon 19 noviembre, 2012
Se lo dije a Arroyo el viernes: "lo más gracioso de los derbis es que, más allá de como sean o estén los equipos, la primera media hora se juega a un ritmo de final de Champions League, siempre".
Pues bueno, hubo un equipo que salió como tal y otro que no respondió. Al derbi tienes que salir dando bocados en cada balón. En los primeros 20 minutos el fútbol importa, pero menos.
El Betis no lo entendió.