Justo título | Ecos del Balón

Justo título


A poco más de 2000 metros sobre el nivel del mar los habitantes de la Grecia Antigua supusieron que, aposentado sobre las nubes que besaban los más de 50 picos del Monte Olimpo, estaba un palacio divino y colosal, residencia de los dioses que gobernaban el universo infinito. Son muchos los que consideran que el Olimpo de los dioses es, quizá, la creación más grande del ser humano. Y no les falta razón. El Olimpo no es sólo un lugar, sino que, a modo de sinécdoque, representa un hecho cultural. El Olimpo es la cosmovisión más fascinante que ha encontrado el hombre para explicar lo inexplicable.

No se trata sólo de la idea de personajes místicos, dioses, que son coronados emperadores de todo lo conocido y todo lo que hay por conocer, que es algo bastante extendido en diversas civilizacionesLos dioses griegos eran imperfectos y tenían defectos muy humanos a través del tiempo y el espacio, sino que va más allá. Los dioses griegos eran, a todas luces, seres imperfectos y con rasgos marcadísimos de humanidad. La intriga y el relativismo moral llenaron la mitología griega. Los dioses que decidían si hoy llovía tenuemente o si, por el contrario, un huracán azotaba las costas, o bien si un rayo caía en un árbol o en la casa de algún ateniense, eran seres de moral difusa. Traicioneros, tramposos, corruptos, enamoradizos e irresponsables como cualquier mortal, pero con la condición especial de tener control sobre todo y todos. El poeta griego nunca creyó que los dioses fueran seres superiores y de virtuosismo exagerado como sí aconteció en otras latitudes y puntos de la historia. Esa es la grandeza de la cosmovisión olímpica. El universo estaba gobernado por seres volátiles, y así sus decisiones nunca seguían razones de moral neutra.

En ese contexto de inmortales que se comportaban como mortales, es enigmático e irónico que existiesen dioses cuyo imperio iba más allá de los típicos fenómenos del orden natural. En el Olimpo convivían dioses que dominaban los mares o el viento y dioses con dioses cuyo espectro de dominio iba desde la belleza y el amor hasta el conocimiento o el deseo sexual. Saber de antemano que tu futuro en una travesía marítima depende de los designios de una deidad de integridad espiritosa es algo medianamente aceptable dentro de los lineamientos que se seguían en la antigüedad, mas tener conocimiento de que enamorarte o no pende de la voluntad vaga de un ente que vive entre pasiones es… sutilmente distinto. Allí, en esa dicotomía entre la voluntad y el destino que crea la presunción etérea que subjetivamente rigen sucesos tan ambiguos, reside la contradicción más exorbitante de la mitología griega. Por altisonante que parezca, en la capacidad de Afrodita para emparejar a los seres humanos a su antojo, existen componentes de coherencia mucho mayores que aquellos que componen la tarea de Temis.

Temis era la diosa de la justicia o, más concretamente, una de las deidades encargadas de ello. Junto con Astrea, posteriormente Diké, y Némesis, Temis dirigía el orden natural de las cosas e impartía justicia divina en la tierra. Es quizás por la complejidad de supone conocer lo que es justo y lo que no, cuando incluso puede haber situaciones de justicia o injusticia en más de un sentido, que los griegos atribuyeron esa potestad a más de un ente y en más de una forma. Si Temis y Astrea decidían en equidad y virtud, Némesis daba justicia al ávido corazón vengativo de quién sufría una desgracia. Los griegos, conociendo la dificultad que emana del concepto mismo, fueron hábiles en otorgar justicia pura y justicia retributiva por igual. En teoría, el sistema funcionaba y aún aquellos que no recibían un trato justo podían, guiados por Némesis, encontrar el equilibrio perdido en un muchas veces vano afán justiciero.

La justicia, empero, oculta mucho más allá que aquello de dar a cada quién lo que le corresponda. Si la idea original no era ya un huracán confuso, cuando Thomas Rymer decidió que no sólo debería existir la justicia de Temis y la justicia de Némesis, sino que la justicia poética debería anexarse, el problema se transformó en algo mayor. La justicia poética implicaba darle algo que no lo correspondía a una persona, pero que bien pudo haberle correspondido y no se le dio, o debió haberle correspondido en algún momento histórico de no haber mediado algún evento o situación determinada que evitara la ejecución de la justicia. En el carrusel de los actos humanos, lo justo dejó de ser una pieza excepcional de condescendencia olímpica y pasó a ser una quimera que todos exigen para su causa.

Dentro de todos los actos de humanidad, el deporte, y en específico el fútbol, representan un reto aún mayor en términos de justicia. Como la discusión sobre lo que es el bien y lo que es el mal en el fútbol tiende a una espiral infinita, es posible afirmar que el fútbol es amoral. La justicia tiene elementos morales que afectan su factor decisorio. Se tiende a aceptar que lo justo es lo bueno (lo virtuoso) y lo injusto lo malo. Ya que en el fútbol esta característica no es diáfana, la tendencia es que todo es justo y nada no lo es. Las voces que claman el accionar de Temis son todas y como son todas la contradicción es perenne.

El Chelsea que gana la Champions League 2012 en Munich es un monstruo. Lo es no sólo por la causas internas de formación del ente maldito, sino que también lo es por la sucesión de eventos que rodearon la adjudicación del título.Villas Boas parecía el heredero perfecto, pero se vio superado Para empezar, el origen per se del equipo estuvo corrompido. Villas-Boas llegó para henchir de pureza la cadena hereditaria post-Mourinho. André, que había aprendido de Bobby Robson y se había convertido en hombre de fútbol gracias a José Mourinho y en el Porto, parecía el heredero perfecto para el legado más rico que haya vivido el club de Londres. Bajo su mando llegaron Sturridge, Mata, Romeu, Meireles, Lukaku y Cahill. Unos más jóvenes que otros, aunque todos cumplían con el mismo patrón renovador que ansiaba la entidad blue. El portugués cometió muchos errores y la convivencia futbolística entre el equipo del futuro y el las glorias del pasado resultó un desastre. Unos no estaban preparados para vivir mientras los otros se resistían estoicamente a la muerte y el olvido.

El engendro estaba creado. El conflicto entre los seres vivientes y los muertos abnegados está tan lleno de belleza literaria como viciado para el éxito. Di Matteo decidió acabar el conflicto y evocar el último suspiro de honor de los que habían perdido más veces de las que les tocaba. A lomos de Drogba y Cech, metáfora del cuento, el Chelsea se empecinó en terminar la carrera sin importar el cómo. Salvo el matiz de Ramires en banda, el italiano, que estaba destinado a ser encargado un par de meses nada más, no tomó ninguna otra decisión de impacto táctico. El Chelsea sólo tuvo alas desde el corazón y el sacrificio. Di Matteo había dado vida a Quasimodo en su Chelsea.

Sin embargo, para examinar la naturaleza del triunfo de Roberto, Didier y Petr, es imperioso ir más allá de lo que ocurrió en Londres. Es necesario recordar que para la primavera de este año el gran monarca europeo había muerto. El Barcelona de Pep había dejado de ser el equipo legendario que, literalmente, no perdía la pelota y se encontraba sumido en la incertidumbre (sucesión de Xavi) y la certeza de saber que con Messi en el equipo no tenían que repetir el mismo nivel de juego para ganar. Aún así, la Champions, que es sabia y escoge, ya no les pertenecía. Los herederos legítimos al trono continental se enfrentaban en la otra semifinal. El Bayern ganó y se esperaba que se coronase en su casa, mas la historia tomó un giro distinto. Quasimodo, la aberración que había brotado como trampa al olvido, levantó una orejona que seguramente no se merecía, pero que era justo que ganara.

Y era justo porque, poéticamente, la historia debía darse así. Cuando Mourinho llegó al Chelsea su nombre ya había sido aprobado por el teatro de la inmortalidad y su estancia en la capital inglesa sólo magnificó su impacto.Di Matteo no restaba protagonismo a Drogba, Cech, Terry y Lampard Sus jugadores, en cambio, aún estaban en el proceso de inmortalizarse. La Champions, la Eurocopa y el Mundial de fútbol son las tres grandes citas que lanzan directamente al panteón a quiénes las ganan. Drogba, Cech, Terry y Lampard fallaron en la consecución del máximo trofeo europeo. Lo hicieron una y otra vez, año tras año, durante más de un lustro. En ese tiempo alcanzaron popularidad gracias a su juego tan reconocible como admirado. Esa identidad que habían formado junto a Mourinho y que mantuvieron viva ante el paso de aquellos que no supieron que el Chelsea era distinto desde que el hoy madridista pasara por allí. Sin Mourinho en el panorama, el triunfo debía ser de ellos. Por eso la presencia de un entrenador tan carismático como Villas-Boas era un impedimento literario. Si el Chelsea obtenía el título continental bajo el mandato de André la victoria sería grabada en los anales del tiempo como la victoria del técnico portugués. Con Di Matteo asumiendo en condiciones tan inviables y con un fútbol tan poco sutil, la Champions sería, eternamente, de los ídolos de siempre: los futbolistas.

Con la salida de Drogba, bandera y símbolo, el club dio por terminado el ciclo que inició en 2004. Di Matteo, con justicia, se había ganado el derecho a permanecer en la entidad y emprender un camino con su huella realmente impregnada en el equipo. A pesar de ello, los seis meses que han pasado desde la final de Munich fueron insatisfactorios. Di Matteo falló en dotar a su equipo de una cara reconocible, de poso y juego para competir. Tras completar la peor defensa de un título de Champions League desde la implementación del nuevo formato, Roberto fue cesado.

A modo de figura literaria, el West Brom, tal como pasó con Villas-Boas, fue el último rival en Premier League. El Chelsea ganó con merecimiento, pero su entrenador no. Temis, desde Rymer, actuó e impartió justicia. Abramovich contrató a Benítez, pero no parece la decisión más acertada. Los aficionados no lo quieren y su historial no parece casar con los jugadores que tiene a disposición. La contratación del español luce como la extensión del monstruo que nació en la primavera. Si el fútbol, como a veces pareciera ser, fuese un género literario, la mejor decisión, por aquello de la justicia poética, hubiera sido la contratación de… André Villas-Boas.


11 comentarios

  • @Zhirkov4 28 noviembre, 2012

    Te quiero, Eduardo José Ustaritz y te aplaudo ante semejante genialidad. Has plamado perfectamente lo que sucedió y la analogía con los dioses griegos me ha parecido más que acertada.

    Como aficionado blue, jamás olvidaré la carrera de Torres en Lisboa para darle el balón a Kalou, jamás olvidaré la vaselina de Ramires a Victor Valdés ni ese larguero salvador, jamás olvidaré a la entrada de Torres con todo perdido en Munich y el corner que forzo de la nada, jamás olvidaré como Drogba retorció su cuello una vez más para acercarnos a la gloria, jamás olvidaré a Cech convirtiendose en héroe eterno con su penalty parado a Robben en la prorroga, jamás olvidaré la tanda, jamás olvidare como Drogba encaró el momento más importante de su vida, jamás olvidaré su gol, sus lágrimas, las lágrimas de Abramovich, las lágrimas de Terry, las lágrimas de Lampard, las lágrimas de milones de seguidores blues que veíamos como nos habían devuelto lo que acariciamos en Moscú y jamás olvidaré mis lágrimas tras ver como levantaban lo más deseado, imposible de olvidar.

    Héroes, inmortales, leyendas. SIempre en la memoria.

    Gracias.

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  • Abel Rojas 28 noviembre, 2012

    Demoledor, Kun. De principio a fin, y fin colosal y de los que dejan huella. Porque quizás sea cierto.

    Lo tremendo del Chelsea es que lo enterramos dos veces. Primero, cuando cayeron contra el Inter. Aquel era el mejor Chelsea que habíamos visto desde 2006, y cayó, y cayó con estrépito, y no se le adivinó capacidad de recuperación. Segundo, y más bestialmente, cuando cayó contra el Manchester United con Giggs en plan ejecutor a sus "40" años.

    Por otro lado, merece reflexión cómo las dos veces que el Chelsea fue finalista… fue tras un cambio de entrenador. Estoy seguro de que no es casualidad, y que los motivos han estado recogidos metafóricamente en la crónica del Kun sobre los días de Abramovich.

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  • @DavidLeonRon 28 noviembre, 2012

    Grande Kunsito.

    No es la primera vez que lo digo: fijaros si habían acumulado méritos estos hombres para ser campeones que la sentencia de que el título fue justo se discute relativamente, cuando en términos netos y objetivos es obvio que no fue así.

    "Es necesario recordar que para la primavera de este año el gran monarca europeo había muerto"

    Es curioso. El Chelsea-Barcelona es muy posible que haya sido una de las grandes joyas del Barcelona de Pep. Nadie lo recordará.

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  • picherpich 28 noviembre, 2012

    Muy bien escrito, ¿demasiado quizá?. No, de veras, un placer de los grandes.

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  • @FutbolySport 28 noviembre, 2012

    Mis felicitaciones! La comparativa no puede ser mejor. El fútbol que tenemos hoy en día, depende mucho desde que un señor llamado Roman ficho y apostó por un entrenador que cambio la forma de ver el fútbol. Todo lo que le ha pasado al Chelsea, para bien o para mal, ha sido justo. Y hemos aprendido mucho de ello. Sinceramente espectacular post.

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  • @contragolpeando 28 noviembre, 2012

    Enhorabuena por el post! De verdad cosas como está en poquitos sitios se pueden leer. La comparativa es absolutamente genial.

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  • @alexmachado21 29 noviembre, 2012

    Magnífico artículo, de lo mejor que he leído en Ecos; que no es poco, ni por cantidad, ni muchísimo menos por calidad.
    Poco más queda por añadir a todo lo que se plantea. Sólo añadir que la metáfora con las deidades griegas me parece brutalmente genial.
    Increíble todo lo que nos ofrecéis por aquí, de verdad.

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  • Informe_Futbol 29 noviembre, 2012

    El articulo es de una calidad espectacular. De verdad, muchisima riqueza en tu texto. Felicidades.

    En cuanto al tema Chelsea … pues yo no se que pensar. El Barcelona fue mucho mejor en aquella eliminatoria (en mi opinion). De hecho creo que el Chelsea defendio bastante mal y tuvo suerte + Cech. Pero el pase de los Blues a la final fue merecidisimo.

    En Stamford Bridge, Messi pierde un balon en el mediocampo que supone el gol de Drogba. En el Camp Nou falla el penalti. Son estos los dos errores mas grandes de la carrera de Leo??

    P.D. Esta circulando en Twitter una serie de imagenes del vestuario del Barcelona despues de caer frente al Chelsea. Increible ver a esos jugadores que lo han ganado todo llorando por una eliminacion. Es mas, estoy seguro de que Leo esta deseando que el Chelsea avance para darse su revancha.

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  • @Otsuka2011 29 noviembre, 2012

    Mi enhorabuena a Eduardo José Ustaritz, un artículo delicioso, para saborearlo con calma. Desde ya lo incluyo en mi lista de grandes textos deportivos. Uno de estos escritos que hace pequeños los pensamientos propios.

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  • letissier 29 noviembre, 2012

    "Es mas, estoy seguro de que Leo esta deseando que el Chelsea avance para darse su revancha."

    No lo dudes. Estoy seguro que Leo piensa cada dos días en ese penalty y que su sed de revancha es infinita. Su competitividad, para mí ese es un argumento para destacar al Barça como máximo aspirante a la Champions este año.

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  • Larios84 29 noviembre, 2012

    Grandioso artículo de este señor, escritor con mayusculas, enhorabuena EDUARDO JOSÉ USTARITZ.

    Textazo con mayusculas, vamos, es que con la resaca que tengo de la fiesta de Sta Barbara de mi facultad ayer, y que pueda haberlo leido del tiron y sin que me haya pesado…, es que me has quitado la resaca con el texto tio, genial, increible como bien dicen la comparativa con esas deidades que tienen mas de humanos que los propios humanos podemos tener, ya que la mayor perfeccion de un ser humano es ser imperfecto, genial genial.

    Sobre el tema en sí, creo que Abramovich y su sequito estan en una diaspora destructiva que no se donde desembocara, pero fichar a alguien catalogandolo de interino con el curriculum que posee, que sabes que mucha masa social de tu club no lo quiere porque fue rival y porque insinuo y porque dijo cosas ofensivas hacia ese club, pues es para hacerselo mirar.

    Y sobre el final:

    " Si el fútbol, como a veces pareciera ser, fuese un género literario, la mejor decisión, por aquello de la justicia poética, hubiera sido la contratación de… André Villas-Boas."

    Hubiera sido justicia poetica, la que espero que pueda tener, no ya aspirando con sus Spurs a la Premier, pero si que consiga plaza champions, y que su estilo se vayan implatando, creo que este proximo verano va a ver mucho baile de misters en la zona noble Premier y de Europa(digase Bayern, Milan,etc…), otro tema a debate ya….

    Que sera de Mancini finalmente…, donde querra ir Guardiola(Brasil, Chelsea, City, Bayern….), conseguira la Premier Benitez…, se cansara Sir Alex algun dia de estar en el banquillo del United, y de ser asi a quien elegira el como sucesor( curioso el caso este, que uno mismo elija quien lo sustituye), subira el Pool de Rodgers hasta acercarse a zona Champions…, donde estara jugando Falcao la proxima temporada, explotara el tema Mou en la casa blanca… interrogantes a resolver pues…

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