Quinto. Diecisiete puntos en diez jornadas. A uno de la Champions. Pues sí, el Levante está de nuevo ahí. Juan Ignacio Martínez, JIM, ha calcado casi por completo la hoja de ruta de la temporada pasada, logrando que su equipo siga creyendo que no hay partido que no sea posible empatar. Decimos “casi” porque no es exactamente lo mismo. No puede serlo. Por su parte, el Sevilla (que mereció ganar) empieza a notar cómo su plantilla, por un motivo u otro, se queda demasiado corta de recursos. Una pena, porque los sevillanos son más que hace un año.
Todas las claves tácticas se condensaron en los 15 minutos iniciales. El planteamiento del Levante, el pan de cada día: dos murallas de cuatro y arriba, Barkero y Martins,Los puntas del Levante podían más que cuatro sevillistas alineados, a la misma altura. Esto tuvo importancia absoluta en el encuentro; los puntas del Levante no trabajaban lo más mínimo sobre los centrales locales, sino que permanecían siempre por detrás de un doble pivote, Maduro y Medel, que no se soltaba en ningún momento. El Sevilla destinaba cuatro hombres a una salida de la que no sacaba nada. El sueño de un Levante que aprovechaba para encimar fuerte las recepciones exteriores de Navas, que se producían en franca desventaja. Quisieron distraer los sevillistas volcando el campo hacia Luna, pero Luna no es Jesús.
Que Míchel, a pesar de todo, es un técnico de visión se aprecia en el detalle del mencionado minuto 15. Además, no cabe duda de que se trató de un movimiento de entrenador, por la naturaleza del futbolista afectado: Medel abandonaba de manera instantánea la base para incrustarse en la siguiente línea, forzando a Iborra y Diop a cerrarse sobre él, no pudiendo atender con tanta alegría los balones a banda. Rakitic, entre el auxilio a Maduro y la presión levantinista, se perdía en tierra de nadie. El croata no tiene talento para la gestión de juego. La medida no funcionaba, así que Míchel tiró de Lavolpiana, buscando que Fazio diviera con su correcta conducción. El Levante no picó.
Medel no tuvo más remedio que adelantar su posición sin balón
En la reanudación, la cosa fue más allá todavía: definitivamente, Gary Medel iba a actuar de semi-enganche. Como es obvio, el chileno no recibió ni una pelota, así que Míchel no esperó más e introdujo a Reyes por Maduro, bajando al Pitbull a su espacio habitual. José Antonio está para poco, pero su calidad y su zurda alcanzaron a tener un impacto digno. El Sevilla debió anotar, por la vía prevista o más tarde con el fútbol de área de Babá.
Entonces, ¿por qué los elogios al Levante? De entrada, porque siguen siendo un espectáculo con el que aprender en materia defensiva. No regalan nada. A destacar cómo limpian los rechazos cerca de su portería. Ninguno va a parar al adversario. O la emocionante labor de Juanfran ante Navas, exprimiéndose hasta la lesión. Lo que el Levante echa de menos son fases más prolongadas de respiro. Ya no transita igual (de hecho, en la primera mitad, lo mejor del Sevilla venía tras frustrados intentos de correr de los de JIM). Porque Barkero no anda fino, Juanlu no vuela en ambas direcciones y porque Martins (que no para de mejorar) no podrá nunca ser Kone 2011-12.
@SharkGutierrez 5 noviembre, 2012
El Levante es "el equipo distinto" de esta liga; talento para defender, rápidez para contragolpear. Eso sí, yo creo que sus carencias son evidentes: no tiene a Koné. Martins no es Koné, porque para empezar ni siquiera son iguales. El nigeriano siempre busca picar más al uno contra uno forzando la salida de centrales o laterales para generar espacios de la segunda línea y que bien Pedro Ríos (cuando juega) o bien Juanlu (que es menos que el año pasado).
Aún así, me sigue impresionando el guión reescrito y como nadie sigue sin poder sobrepasarlo con facilidad. Lo que hace un trabajo bien hecho es impagable; gracias JIM.