Las cuentas pasaron factura y no hubo capacidad para retener a Cazorla, Javi Martínez, Borja Valero, A. Koné o Diego entre otros jugadorazos, pero el campeonato español ha sabido reponerse. De hecho, en la parte alta de la tabla la calidad media ha subido, pues el mal comienzo de Athletic y Valencia ha sido de sobra compensado por Atlético, Málaga e incluso un Sevilla que tiene más juego que puntos, y en el que Míchel está desarrollando un trabajo que ojalá la mala suerte no destruya. No hace demasiado, desde el palco de Balaídos asistió a la última gran exhibición de Iago Aspas, uno de los responsables de que la Liga no eche de menos a casi nadie; la razón de los 9 puntos de un Celta de Vigo que vivirá tras el parón sus tres semanas más intensas: Santiago Bernabéu, Camp Nou y el derby gallego, contra el Deportivo de la Coruña, de nuevo en Primera.
El Celta es un equipo reinventado que está reinventándose. Subió con el balón y ahora le cuesta mucho tenerlo, más por falta deAspas es, tras Leo, el 2ª punta con más espacio asignado poso que por carencias técnicas, pues, sin contar a los centrales, el once titular es tirando a asociativo. Fastidia concebirse para poseerlo y vérselo al oponente; nada desestructura más un sistema. Para su alivio, el Celta también sabe correr. Es la gran diferencia entre éstos y, por ejemplo, el Pucela, y de ahí su mayor credibilidad, aunque de sufrir no va a librarse. Se ordena desde un 4-2-3-1 simétrico. El doble pivote está formado por dos tipos con toque, Oubiña y Álex -lástima que ambos sean mejor orientando que esperando-; por fuera, bandas poderosas, más interna la izquierda con Krohn-Dehli, y el delantero aporta más continuidad que oficio. Es Park Chu-Young, cuyo encaje va a ser más complejo del que el autor del texto esperaba.
Aspas está respondiendo a una exigencia que no puede ser mayor.
En el momento 0 de la temporada el Celta pareció necesitar un punto de encuentro, un jugador con pausa y técnica para proteger el balón que ordenase al resto. Ni lo tiene ni lo tendrá; así que ha adoptado un espíritu más Old Trafford o Signal Iduna Park. Es un equipo de ataque que arriesga la pelota tras la primera ventaja creada, aunque sea leve, De ahí, lo demás. Herrera ha desarrollado un sistema que requiere poco movimiento no predefinido, todos menos uno van sobre raíles; así el reparto de espacios siempre es equilibrado, porque el 4-2-3-1 siempre está dibujado sin alteración. Cambia la altura del mismo, pero pocas veces dos piezas en referencia a las demás. «Si voy a perderla mucho, que no me pillen demasiado mal». La agitación, la actividad, la improvisación, la unión de propios y separación de ajenos es cosa del crack. De verdad que en algún momento (cortito) del Celta-Sevilla, en Iago Aspas se reflejó Wayne Rooney. Participativo, cambiando de ritmo con sus controles y pases, siendo profundo si tocaba; todo con una agresividad, velocidad, potencia y precisión que asusta. Por eso Park Chu-Young no es tan ideal. El Celta ha decidido que nadie se acerque a Aspas y que él se acerque a quien quiera. Que el rival se abra y que Aspas corra en liso, a lo ancho y largo. El surcoreano, a menudo, va a buscarle, se le pega demasiado. No hace de Van Persie.
Felipe S. Mateos 10 octubre, 2012
@Abel
"Es un equipo de ataque que arriesga la pelota tras la primera ventaja creada"
Quizá sea esto, .a ligereza de los movimientos y la agresividad de los bajitos en sus movimientos, lo que me recuerda al Dortmund. Cómo me gustaría sacar tiempo para empaparme de los dos equipos…
Celta, Valladolid o Rayo son más frágiles pero tienen más personalidad que, por ejemplo, el Deportivo. Y eso, aparte de hacerlos más atractivos, les dará puntos importantes. Les quitará también, pero les dará muchos puntos en momentos delicados. Están construidos y desarrollados por tipos valientes.