Los aficionados que no suelen dedicarle su tiempo a la segunda división se sorprendieron este año, mucho y bien, cuando vieron posicionarse sobre todos los campos a ese tímido, valiente y resultón artista guerrero que responde el vasco nombre de Beñat Etxebarría. Decidido, con pinta de no haber roto ningún plato pero sí mil ventanas a pelotazos, entre amigo de Son Goku y actor secundario de comedia universitaria, el canterano de Lezama, el niño que fue castigado sin ir a la selección por no sacar las buenas notas que de él se esperaba, puso su nombre y su talento en el disparadero de los rumores, los mercados y las listas de Del Bosque y media España de seleccionadores españoles. Mientras tanto, en la otra esquina del círculo del centro del campo, su socio, el que se empeñó en hacerle más grande para hacerse más grande él mismo, le protegía, con sus trucos de adulto y su pelo de afro, de árbitros y rivales, mientras en el palco hacían cuentas sin darse cuenta de lo que dejaban escapar. Salva Sevilla se echaba las manos a sus canas prematuras, triste y mustio por la sociedad que se acababa de romper. La directiva le tenía preparada también la suya pero no. Cuando pasas de los 30 pasan estas cosas y otras que son casi peores de cuantificar.
Pero Iriney no iba a llorar, ni como una mujer ni como un hombre, el reino que sí supo defender con tesón, coraje y criterio: el de uno de los mejores centros del campo de la temporada pasada, uno de los más templados y, a su vez, uno de los más calientes. Ahora vestido con nuevas galas, como un héroe bajito y testarudo se enfunda en la conciencia y la conveniencia de sus nuevos rituales; en la malafollá que tan bien le viene a su carácter cascarrabias y persistente, en el agrio dominio de la frente arrugada y los labios fruncidos para practicar el mejor trash talking de La Chana popular, con la pelota abajo, los ojos abiertos y el campo arriba, en su cabeza, como siempre. Sin casco, ni ná. Anquela, el Amerix venido de la indestructible aldea de Alcorcón, sabe que solo tendrá que pensar quiénes son los otros 10 que pondrán el mismo porcentaje de corazón, cabeza y bilis que el bueno de Iriney.
Así empieza la nueva reconquista de Graná, como el nuevo disco del Grupo de Expertos Solynieve. Con brios, con lo que funcionó anteriormente, con un estilo sureño pero permeable a los acontecimientos, con tradición y modernidad, con una base sólida y un andamiaje distinto. Y con dos fichajes que ilusionan a los amantes del fútbol profundo y peleón: un entrenador y un mediocentro insobornables. Y alrededor del mediocentro, un Dani Benítez ausente tres mil años y pico por meterle el ojo en el dedo a no sé quién, el fantasma de Martins sin tiralíneas ni lanzamisiles, ni nadie que se le parezca, los humildes no hermanos Rico, siempre serviciales y aportando uno lo que le falta al otro, y algunos de esos fichajes que encuentren su sitio donde los laterales pierden su bendito nombre. Y alrededor del entrenador, una defensa solida, aguerrida y goleadora, una fuerza de la naturaleza (y el fútbol) corriendo por la banda izquierda y media docena de delanteros de diversos paises pero que llegan desde Italia (aunque no todos). Ah, e Iriney, metrónomo y figura.
elfutboldegons 31 julio, 2012
Fantástico disco, por cierto. De J, por si alguno andaba despistado.