The Great Escape | Ecos del Balón

The Great Escape


Fue descorazonador. El Real Zaragoza acababa de recibir una manita en La Rosaleda y la salvación se podía situar más allá de los once puntos. Por extraño que parezca, la situación era aún más dramática. El abatimiento y la desesperanza que transmitía todo el equipo habían provocado que hasta el más optimista e inquebrantable de los aficionados zaragocistas tuviera que inclinar levemente la cabeza hacia el suelo. El corazón del equipo apenas latía y los pulmones de la afición funcionaban de forma asistida. En rueda de prensa, Manolo Jiménez pareció firmar el acta de defunción que todos esperaban: de forma prematura, en la jornada 25, el Real Zaragoza había abandonado la Liga BBVA.

J.26. Real Zaragoza 2 – 1 Villarreal

La liturgia previa a un partido en La Romareda siempre era la misma. Bufandas en ristre, camisetas por fuera del abrigo y bocatas dispuestos en la encimera en un perfecto e inalterable orden. Sin embargo, era un día atípico. En vez de tres eran dos, y en vez de bocatas eran pinchos. El Zaragoza-Villarreal se disputaba en un horario que implícitamente parecía decir algo realmente amargo: «Doce de la mañana, horario de segunda división, tu nueva categoría». El viaje en coche fue extraño. Por primera vez, el puesto de copiloto estaba sin ocupar. Leo se había adelantado a su padre y a su hermano para colaborar en las medidas de protesta contra Agapito. El manejo de la radio quedó desatendido.

El partido trascurría según lo esperado. El Villarreal ganaba 0-1 y en el minuto 77 muchos aficionados abandonaban el estadio. Víctor, el menor de la familia, no encontraba respuestas en las desoladas caras de sus compañeros de grada, por lo que decidió preguntar al que siempre respondía: «¿Papá, aún podemos?» Leo fue tajante: «¿no lo estás viendo, nano? Es imposible, yo me piro.» La realidad es cruda, pero al final no deja de ser un concepto propio construido por nuestro entorno. En los segundos siguientes la mente de Luis no paró hasta encontrar la cura al dolor de sus dos hijos: «¿Os sabéis la historia del Fulham inglés?» Víctor negó con la cabeza, Leo puso los pies encima del asiento delantero y decidió esperar.

«En 2008, esa temporada en la que nosotros bajamos de… aquella manera, el Fulham estuvo todo el año en zona de descenso. En diciembre cambiaron de entrenador. Llegó un hombre que había entrenado en Suecia, Suiza, Finlandia y algún que otro país más, creo. Sin embargo, su cara y su forma de entender el fútbol le delataban: era inglés. Roy Hodgson, así era como se llamaba, no tuvo un gran comienzo, la verdad. Su equipo se hundía cada jornada más y, a falta de cinco partidos, estaban a seis puntos de la salvación. ¿Complicado, verdad? Pues todavía lo sería más cuando…»

Un remate de Luis García le interrumpe. Al entrar por la escuadra, la temperatura sube. «Ahora no, Víctor, ahora no», le contesta su padre ante la petición de que continuase con su historia. Estaba en plena celebración. Es un empate y servía de bien poco, pero ya había vivido demasiados días épicos con el Zaragoza cómo para no saber identificar sus momentos. La prolongación expiraba y el trencilla preparaba su silbato, todos sabían que sólo queda una jugada. Esa, sólo esa, en la que podría empatar Abraham. Comienza una nueva y vertiginosa liturgia. En apenas unos segundos padres e hijos miran al linier, comprueban que el árbitro señala el centro del campo, encuentran sus miradas y se funden en un abrazo. Con aún los brazos en alto, abandonan La Romareda. Son nueve puntos. Llueve muchísimo, pero menos que ayer. Es ahora Leo quien exige el final de la ‘batallita’ que su padre le había comenzado a contar cuando la diferencia era de 15 puntos y su plan era cumplir con la ‘Agapirada’. «Todo ha cambiado en diez minutos, tú bien lo sabes. Ahora toca esperar». «¿A qué?» replicó. «Al Zaragoza.»

J.28. Real Zaragoza 1 – 1 Osasuna

En el octogésimo cumpleaños del Real Zaragoza había velas, pero no pastel. La salida del estadio se convirtió en una de esas procesiones fúnebres en la que se reúne tanta amargura acumulada que sólo hay lugar para el silencio. La derrota en Anoeta y el empate in extremis ante Osasuna parecían confirmar que lo de aquella victoria frente al Villarreal fue sólo un accidente. Desde luego, el camino desde La Romareda al coche no siempre era el mismo. Si el Zaragoza ganaba, se recorría en apenas cinco minutos. Si no lo hacía, las cortas rectas se transformaban en infinitas cuestas donde ordenar los pensamientos… o terminar de liarlos del todo. «Chicos, alegrad esas caras, en dos jornadas hemos remontado un punto.» Las palabras de Luis atravesaron el corazón de su primogénito, le sonaban a burla. «¿Qué nos alegremos? ¿Por un punto? Ahora vamos a Valencia y luego viene el Atleti, ¿Cuánto vamos a remontar en esos dos partidos? ¿cuánto?». No hubo respuesta, era el momento de retomar brevemente la historia del Fulham.

«¿Sabéis qué? Durante la segunda vuelta, antes de llegar a lo que os comenté el otro día, lo de los 6 puntos de desventaja en 5 jornadas, el Fulham tuvo varios momentos donde parecía que iba a arrancar y no lo hacía. Lograba remontar un partido, pero perdía los dos siguientes, y la diferencia seguía siendo la misma. A veces incluso más. Con el paso del tiempo se podría decir que sólo necesitaban un empujón. Una miguita de suerte. Algún día la tendrían, era cuestión de persistir. Ellos tenían un estadio precioso para hacerlo, de hecho un día os llevaré a verlo. Sin embargo, cuando La Romareda ruge no tiene nada que envidiar a ningún otro campo. Y rugirá, os lo aseguro».

«Eso dijiste hace cuatro años», volvió a espetar Leo. Tras unos segundos de reflexión en los que pareció ver ante sí todas las imágenes de aquel fatídico año, se dirigió hacia su otro hijo: «Esto no tiene nada que ver con lo de ese año, Víctor. Tú eras muy pequeño y ni te acordarás, pero ese equipo estaba construido para optar a jugar al año siguiente con los mejores equipos de Europa. Manchester, Milan, Liverpool, Bayern… Todos esos debían ser nuestros futuros rivales. La temporada se torció y comenzamos a tener que competir con Murcia, Levante o Recreativo, y no estábamos preparados. Por eso descendimos. Este año es diferente, nuestros jugadores ya han pasado por esto y Manolo sabrá dirigirlos. Hay que saber sufrir.»

J.29. Valencia 1 – 2 Real Zaragoza

Sin una explicación aparente, quince minutos antes del partido ya estaban los tres sentados en su palco casero. Cada uno en su sitio, claro. Luis se apresuró a traer el attrezzo de la obra que representaban siempre que el equipo jugaba fuera de su estadio. Dos botellas de fanta de naranja, una bolsa de patatas y otra de pipas. Suficiente. Con todo preparado y la cara encendida por la ilusión, tomó la palabra.

«Ay el Fulham. Bufff, lo que pasó a falta de tres jornadas ese año fue increíble, así que estad atentos. Seguían penúltimos a 5 puntos del Bolton, ¿o era el Reading? Bueno, es igual. Estaban lejos de la salvación y visitaban al Manchester City. No era el gran equipo que es ahora, pero al descanso el Fulham se iba palmando 2-0 y con los resultados de sus rivales estaba descendido. No había vuelta de hoja. Hodgson introdujo a Kamará, un delantero bastante… bastante paquete, para qué voy a mentiros. Y le salió bien, pues él mismo recortó distancias.

Quedaban aún 20’ y no se rindieron. El partido lo empató Murphy de penalti, un jugador… bueno, algo parecido a Apoño para que me entendáis. Aunque el empate les valía para evitar el descenso , en el descuento cazaron un contragolpe con una barbaridad de jugadores y Kamará, de nuevo, consiguió remontar el partido. Aún recuerdo cómo saltó la grada del fondo totalmente ocupada por los seguidores del Fulham. Fue algo espectacular. Fue milagroso. Chicos, mi-la-gro-so.»

Ambos hermanos quedaron notablemente impactados, pero el partido en Mestalla no podía empezar peor. Tras el gol de Pablo Hernández los maños se quedaban con diez. «Nosotros sí que necesitamos un milagro», comentó en bajito Leo, sacudiéndose así la emoción que le habían provocado las palabras previas de su padre. Al filo de la primera media hora de partido, Apoño empató de penalti. Se celebró moderadamente. El Valencia estaba generando mucho peligro, jugaba en casa y tenía superioridad numérica. Leo tenía razón, era el momento de que en la moneda saliera cara. Aunque él tenía la sospecha de que las dos partes de la moneda eran cruz.

Ya en la segunda parte un balón largo sale despejado desde la defensa zaragozista, le cae a Dealbert, que falla en el control, y le cede el balón a Lafita. El maño conduce una contra sin aliados ni ruta, sólo tiene el lejano objetivo del gol. De repente aparece Apoño por la izquierda, dos para dos. El malagueño la controla, la pisa, espera, dispara y bate a Guaita. Padre e hijos entran en una fase de locura extrema. «Como el Fulham papá, como el Fulham», se le escuchaba al pequeño Víctor. Muy emocionante. Apenas fue un minuto, pero los grandes momentos que recuerdas al final de tu vida tampoco duran mucho más, así que da igual. A partir de ahí, la cordura es de cobardes. Nervios, gritos, protestas, suspiros y un jarrón que pasó a mejor vida. Se acabó. El Real Zaragoza ha invertido la dinámica. Con Víctor ya en su habitación, Leo y Luis se dan un fuerte abrazo. Se rumorea que un par de lágrimas rozaron sus mejillas. Aún no han sido reconocidas.

J.31. Sporting 1 – 2 Real Zaragoza

‘Zaragoza no se rinde’. La agónica victoria frente al Atlético de Madrid fue la excusa perfecta para volver a entonar ese cántico con aroma a leyenda que tan bien ha representado al club durante toda su historia. Entre lágrimas de alegría, pero también de sufrimiento, se habían conseguido tres puntos que significaban volver a cazar a Sporting y Racing y situarse a seis puntos de Granada y Villarreal. O lo que es lo mismo: volver a competir de pleno derecho en la Liga BBVA. A Luis, Leo y Víctor les sobraban motivos para viajar a Gijón con el equipo. Y así lo hicieron.

Junto a otros 300 creyentes presenciaron un partido tan dramático como intenso. El gol de Hélder Postiga fue neutralizado por el de Eguren. Los tres sabían que el punto rompía las cuentas que durante toda la semana habían negociado duramente hasta estar de acuerdo. Se necesitaba ganar y, entonces, se ganó. De nuevo en el descuento, como frente a Atlético y Valencia. De nuevo con Apoño como partícipe de la jugada. De nuevo un cocktail de emociones les inundaba por dentro, y el afecto entre ellos era la única forma de poder canalizarlo sin volverse locos. Con el partido ya acabado, mientras el resto de zaragocistas entonaba el característico ‘Sí se puede’, el recuerdo del Fulham de aquel entrenador con cara de inglés invadió a Víctor. Su padre lo estaba deseando, Leo lo percibió y disimuladamente lo comprendió todo.

«Imagino que os acordaréis, pero tras la victoria en Manchester el Fulham se había quedado a tres puntos. Le tocaba recibir al Birmingham, que estaba por encima. Como veis, una situación parecida a la que hemos vivido hoy. Era un duelo directo y el empate servía de poco. Recuerdo que la importancia del balón parado fue tremenda en aquel Fulham. Cómo la ponía Bullard, madre del amor hermoso. En fin, que me desvío del tema. Como nosotros, vencieron con más corazón que fútbol. En un partido con menos épica que el de hoy, pero de una tensión similar. Increíblemente, por fin salían del pozo. Empatados y por diferencia de goles, que es como en Inglaterra desempatan, pero salían, que era lo importante. El último partido era en Portsmouth y, claro, dependían de sí mismos.»

«¿Y qué pasó? ¿Lo lograron?», preguntaron ambos hermanos al unísono. Su padre los tenía donde quería, como Manolo había hecho con la plantilla anteriormente. Con una mueca de cierta suficiencia respondió: «Os lo contaré cuando el Zaragoza lo requiera. Como siempre, ya lo sabéis. Nuestra situación ha sido similar y no se puede romper la magia.» «Pero papá, tu lo has dicho, ellos dependían de sí mismos y nosotros aún estamos a cuatro puntos.», contestó Leo. «¿Crees que nos vamos a salvar, hijo?» «Sí, claro papá.» Luis volvió a sonreír y sentenció: «Por eso nosotros también dependemos de nosotros mismos».

 

Esta historia sólo se puede construir y entender a través de las experiencias de Chema R. Bravo, Fran Casterlenas, Gonzalo Novillo y Santi Retortillo. Desde aquí quiero agradeceros infinitamente vuestra gran y apasionada colaboración. Sin vosotros hubiera sido imposible.

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«The Great Escape, Fulham 2007/2008″


25 comentarios

  • @MrRealStinson 7 abril, 2012

    BRUTAL.
    No puedo decir nada más.
    Simplemente eso.
    BRUTAL!

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  • @alvarofrances9 7 abril, 2012

    Impresionante. A la tercera línea la piel ya estaba de gallina y la lágrima formándose en el lagrimal. Gracias a todos los que habéis hecho este post posible y hacernos disfrutar y vibrar a nosotros, vuestros seguidores.
    Un abrazo cracks.

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  • Chema 7 abril, 2012

    Brutal, Quintana! Se me saltan las lagrimicas de la emoción… a ver si hay suerte y nos salvamos..! (Y ya de paso a ver si ganamos esta noche al Barça y así tengo doble alegría xD) Enhorabuena porque de verdad está muy bien escrito!
    (Soy Chema el de AAPLA)

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  • @albertpratsa 7 abril, 2012

    Ese Fulham nunca mereció bajar, pero tenía un problema gravísimo, NUNCA ganaba fuera. Era un equipo con buen toque y querencia por el balón, pero era muy débil cuando las cosas se ponían difíciles. En realidad el milagro fue en Manchester, la victoria en Craven Cottage ante un Birmingham muy flojo y ganar en Portsmouth cuando el Pompey no se jugaba nada eran el calendario más asequible de los que se estaban jugando el descenso.

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  • @zodkkkk 7 abril, 2012

    Impresionante… mentiría si no dijese que tengo los ojos ligeramente entumecidos… sencillamente impecable. Lo conseguiréis, estoy seguro de ello.

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  • @albertpratsa 7 abril, 2012

    Escribí algo más, pero se ve que no se envió. En cualquier caso, era sobre ese gol, ese golazo de Dempsey en el Cottage ante la Juve que ponía el 4-1 en el marcador y remontaba la eliminatoria.

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  • @migquintana 7 abril, 2012

    @Chema
    Joder, Chema. Si hubiera sabido que eras maño te hubiera preguntado un par de cositas. En todo caso, me alegro de que te haya gustado. Ya nos vemos en el próximo partido, crack!

    @albertpratsa
    El tema de los pobres resultados fuera de casa es un problema casi idiosincrático en la historia moderna del Fulham. Además, es buen día para comentarlo… ¡porque han ganado 0-3 al Bolton! ^^

    Creo que tiene dos causas bastante claras: el estilo de juego y la mística de Craven Cottage. Su estadio es tan brutal en todos los sentidos que entiendo que cuando juegan fuera de casa sufren una pequeña desconexión y el nivel de intensidad baja notablemente. Por otro lado, el fútbol del Fulham es muy inglés. En aquel año de la Europa League se le vendió como un equipo defensivo pero en realidad nunca lo ha sido, de hecho pese al número de goles encajados yo diría que no defienden excesivamente bien. Para sentirse cómodo, los cottagers necesitan un campo chico, un gran ritmo y un número de transiciones gigantesco para acrecentar esa sensación de verticalidad. El fichaje de Diarra en este sentido es muy importante, aunque esté acabado y la filosofía con Jol haya variado un poquito.

    Lo de aquella Europa League fue muy especial. A bote pronto, recuerdo que eliminaron al Shakthar, Juventus y Hamburgo. Imagino que Abel se acordará, pero guardo en mi memoria ese podcast previo a la final frente al Atlético de Madrid que hicimos en Ecos hace ya más de dos años. De hecho, en ese día, conté la historia de 'the Greatest Escape'. Ay, cuánto tiempo. ^^

    @MrRealStinson @alvarofrances9 @zodkkkk
    Veros emocionados me emociona a mí. Lo que me aportaron Chema, Santi, Gonzalo y Fran era un material tan rico que…

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  • @SharkGutierrez 7 abril, 2012

    Muy emotivo Miguel. Lo cierto es que no queda otra que apelar a la heroíca.
    Yo solo espero que por el bien de ellos no sea remar y remar para quedarse a la orilla como en su día hicieron Gorosito y su Xerez. Si al final pasa, es que, o bien Villarreal, o bien Granada descienden a segunda división (ya que Racing y Sporting parecen abocados a descender).

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  • @Gons_ 8 abril, 2012

    Sobran las palabras ya que todas las ha puesto en bandeja Miguel. Increíble. En serio, creo que aparte de lo sublime de la "crónica", mejor dicho, "la literatura"; el contexto creado para introducirnos en aquel 'the great scape' me parece brillante. Ahora bien, me gustaría introducir un poco a los jugadores porque a veces parecen que son olvidados:

    – Sentí "satisfacción", bien entendida, por un Zaragoza que competía frente al Real Madrid en la jornada 1 pese a la goleada y al atontamiento de la segunda parte. Existían mimbres para no creer en la situación actual. Postiga, Obradovic, Juan Carlos, Lafita o el recién traído Apoño, son apoyos necesarios para pensar en la recuperación mental más que futbolística. Algunos desaparecieron, fueron recolocados o posiblemente potenciados con otras incorporaciones o movimientos, pero el valor de la plantilla estaba ahí.

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  • @AlvarodeGrado 8 abril, 2012

    Bravo. Un reportaje del Fulham sobre este logro decía lo siguiente:

    We did when we believed.
    One team, one set of fans, one club refused to stop believing…

    Está claro.

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  • @charloz_ 8 abril, 2012

    Precioso, Mig. Ojala se salven.

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  • Jordi Amat 8 abril, 2012

    Maravillosa historia, Quintana. Tu mejor escrito en Ecos. Nos has ayudado a terminar de escoger equipo a todos los que no estábamos involucrados con alguno de abajo. ¡Desde el Jerez de Gorosito no teníamos tantas ganas de que un club consiguiera la permanencia!

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  • @migquintana 8 abril, 2012

    Jordi, creo que David León debería pasarse a hablar del Xerez de Gorosito…

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  • @Nerea_Zusberro 8 abril, 2012

    Muy muy emotivo para todos los que sentimos el fútbol y sobre todo para los que, de una manera u otra, hemos estado implicados en el descenso. Una "injusticia" que cada año se cierne sobre tres equipos; injusticia sobre todo para las aficiones que por mucho que el equipo dé señales durante toda la temporada mantienen la esperanza hasta que los número dicen "basta". Cruel pero necesario para el ciclo.

    Me quedo con un detalle tan nimio como significativo que aparece aquí reflejado: lo duro que se hace el camino hasta el coche cuando te vas con una derrota, una procesión casi penitenciaria, y la alegría que supone con tres puntitos a la espalda. Seguro que los que hemos ido/vamos a los estadios lo sabemos apreciar y nos sentimos plenamente identificado.

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  • @DavidLeonRon 8 abril, 2012

    Esta noche voy a extenderme en cómo se vivió toda la temporada del Xerez en Primera, con esa segunda vuelta de la mano de Gorosito. Creo que cabe muy bien en esta entrada. Son sentimientos muy especiales los que se viven en esos momentos, básicamente porque son extremos, se relacionan con la supervivencia y ahí el ser humano se aplica al límite.

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  • @DavidLeonRon 9 abril, 2012

    Tarde pero a tiempo, si les parece les cuento un poco cómo fue todo aquello de Gorosito y la segunda vuelta del Xerez.

    No es ningún secreto que un familiar mío era el director deportivo del club esta temporada, por lo que, más o menos, tuve constancia de primera mano de las tremendísimas dificultades económicas que el club estaba pasando, y de las todavía mayores dificultades para configurar una plantilla de calidad en el tan esperado debut en Primera División. Cientos, miles de llamadas durante la época de fichajes y nombres que, uno tras otro, se iban cayendo.

    La sensación en la ciudad era de que la plantilla era, quizás, demasiado limitada para Primera. Víctor Sánchez, cedido del Barcelona, la permanencia de Aythami, del Depor, Armenteros del Sevilla… era quizás lo más destacado en el capítulo de altas. Habían llegado también Orellana y Maldonado, internacionales por Chile y Venezuela, pero experiencias pasadas hacían desconfiar de este tipo de fichajes.

    Y como entrenador, Ziganda. No es mi estilo criticar a profesionales que, en tan enorme cantidad, superan mis conocimientos pero… el trabajo de Ziganda fue absolutamente nefasto. No fue ya una cuestión de puntos, y mira que el Xerez amenazaba con romper todos los records negativos de la historia de Primera. Eran las sensaciones. El equipo carecía del ritmo suficiente para la máxima categoría, a duras penas competía en los partidos y la endeblez que transmitía no la recuerdo yo en otro equipo de primer nivel.

    Se tocó fondo en Tenerife. Ante otro recién ascendido, que meses antes había quedado clasificado por detrás del Xerez en Segunda y había salido derrotado de Chapín, nos metió un baile de impresión. Todo en un momento en el que el Tenerife también ocupaba una mala posición en la tabla y las dudas no debían ser menores en la isla.

    Ziganda perpetró una alineación absolutamente deleznable, con 5 defensas, 4 pivotes defensivos (sí, como suena) y un delantero. Se vivieron escenas de descoordinación grotescas, como siete hombres del Xerez en el área chica, formando una pared más propio de Oliver y Benji que de fútbol profesional. El Tenerife chutó ese día MÁS DE 30 VECES!! Un recién ascendido.

    Lo peor, como digo, no eran los puntos. La ciudad no estaba disfrutando absolutamente nada del año histórico. No era aquello que se imaginaba. La tristeza lo invadía todo.

    Ziganda, lógicamente (y tarde, muy tarde) fue cesado. Ningún entrenador lo mereció más, creedme. De Argentina llegaba Gorosito. Yo francamente ya había abandonado toda esperanza, y la llegada de un ex-entrenador de River del que tenía entendido que no hablaban muy bien por allá, la verdad, me causaba más indiferencia que otra cosa.

    Pronto Gorosito empezaría con discursos llamativos. "A este equipo físicamente le falta muchísimo para jugar como queremos". Me pareció una argumentación demagógica en grado sumo, pero como comentaba antes, el Xerez era un equipo carente de ritmo para Primera, así que le concedí el beneficio de la duda. Y bueno, hay que decir que la cosa fue mejorando, y el equipo ciertamente se iba adaptando al ritmo de Primera. Terminaba perdiendo los partidos, pero los perdía en el minuto 75, 80. Los competía. Incluso ante el Real Madrid se jugó un partido competitivo, llegando con 0-0 al minuto 65 y gozando de oportunidades. En el Camp Nou se competiría igualmente, perdiendo por 3-1.

    No podemos obviar lo cómico de la figura de Gorosito, porque sería cercenar parte de la fiebre que generó este hombre. Ese pelo, largo y rizado evocaba la figura de cualquier cantaor flamenco de la tierra, algo que en Jerez caía especialmente bien. Se convirtió en mítica la cancioncilla "Gorosito, Gorosito, que gitano se te ve, te pareces al Capullo, al Capullo de Jerez":p^_^

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  • @DavidLeonRon 9 abril, 2012

    Y llegaron las victorias. Más que victorias, llegaron esos goles que dan sentido a las remontadas. Esos goles del Fulham, del Zaragoza, esos goles sobre la hora que empiezan teniendo pinta vacía, por imposible y van progresivamente calentando el ambiente y el corazón de una ciudad.

    Se ganó en Málaga. Se empató en el Pizjuán sobre la hora y días más tarde se goleó al Valladolid con un fútbol tremendo. Quedaba lejísimos aquel partido en Tenerife donde ante otro equipo que terminaría descendiendo, se hizo el mayor de los ridículos.

    Aunque seguía estando muy difícil, la victoria en el Calderón volvió a insuflar ánimos. Hacía falta un milagro. Y por un momento, se visualizó.

    Jornada 35. Xerez-Almería. Tras un partido muy flojo del Xerez, un milagro mantuvo el 1-1 en el marcador hasta el minuto 93.

    En ese momento, David Prieto, el central, colgó un balón al área. Y Bermejo, autor de 10 goles en la segunda vuelta, solo superado creo por Messi y Ronaldo, metía un cabezazo a la escuadra.

    Escuchen la narración del gol en Onda Jerez Radio. Emociona:
    http://www.youtube.com/watch?v=L5-agK-Xk_I#t=48s

    Tremendo.

    Se llego a la última jornada con vida. Nadie, absolutamente NADIE podía esperar tal cosa 3 meses antes. Gorosito había sido elevado ya a los altares del xerecismo. Caminar por Jerez le resultaba incluso complicado por las constantes muestras de cariño que recibía. Incluso toda España sintió cariño por aquel equipo.

    La semana previa a la última jornada la viva definición de ilusión. Programas especiales en TV, ruedas de prensa emotivas… fue demasiado.

    Para salvarse, Madrid, Barcelona (que se jugaban la liga) y Valencia debían ganar, además del Xerez, claro. Se confiaba porque, pese a la dificultad, se trataba de algo extremadamente posible. El desplazamiento a Pamplona fue masivo.

    No pudo ser. Faltaron solo dos goles, uno en el Reyno de Navarra y otro en Málaga. Se lloró, porque estuvo cerca, pero al menos queda el recuerdo de 3 meses de cuento, mágicos. Se demostró que aquella plantilla (y esto no es una defensa a mi primo 😀 ) tenía mimbres para competir. Armenteros (hoy titular en el gran Rayo), Bermejo, Orellana, Víctor Sánchez (hoy en el Espanyol), Francis (buen lateral del Racing)… daba para no haber vivido aquellos primeros 5 meses infames. Aunque bueno, seguramentel Xerez habría perdido la categoria de igual forma…

    Y no habríamos vivido a "Gorosito de Jerez:D

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  • @antoromega 9 abril, 2012

    Enorme la proeza no consumada de Pipo. Gran relato David. Emcionante audio.

    Respond
  • @juanprams 9 abril, 2012

    Me gustaría haber escuchado el texto de Miguel en audio….. a modo de cuento de antes de dormir…. Muy buenos, incluyo el relato de David.

    Respond
  • @albertpratsa 9 abril, 2012

    @migquintana

    Se vendió como un equipo defensivo porque eso trató de hacer Hodgson en la final. Le salió fatal porque el Fulham jamás ha defendido bien. Cierto es que no puedo hablar mucho de las dos últimas temporadas, porque la falta de tiempo me ha impedido en gran medida seguir al Fulham tanto como lo hice en otros tiempos, los de ese delanterazo llamado Brian McBride, pero si algo ha caracterizado siempre a los cottagers ha sido el buen trato de balón, el gusto por el juego de toque limpio y vistoso. Ya desde los tiempos de Jean Tigana la influencia del antiguo fútbol francés, no el de ahora, tan físico, y siempre ha contado con tipos que sabían jugar el balón, entre ellos ese referente que fue para mí Steed Malbranque.

    Con la llegada de Hodgson cambió algo el registro, hizo algunos fichajes nórdicos que dieron muy buen rendimiento y se convirtió en un bloque más sólido que permitió salvar aquella temporada con el milagro de aquel immenso paquete que era Diomansy Kamara, algo que me recuerda a la gran cantidad de petardos que ha fichado el Fulham en los últimos años, pero eso es otra cosa.

    Pero volvamos al tema del mal endémico de no ganar nunca fuera. Las claves han sido siempre dos, un equipo débil mentalmente, que sin el apoyo de Craven Cottage le cuesta sacar el orgullo cuando hace falta y un desastre defensivo tras otro. En casa los problemas atrás se minimizan y el apoyo del público hace latir el corazón del equipo, que es capaz de cualquier cosa. Como ese 4 a 1 ante la Juve. Esa puñetera vaselina de Dempsey. Piel de gallina.

    PD: No me gusta Martin Jol. Jamás me ha gustado.

    Respond
  • @albertpratsa 9 abril, 2012

    Y mis disculpas por el nublado redactado del comentario, pero está escrito a punto de dormirme.

    Respond
  • @migquintana 10 abril, 2012

    La vaselina de Dempsey es una genialidad brutal. Sólo se le puede ocurrir a jugadores de su categoría. http://www.youtube.com/watch?v=tZR48Cnn9FU

    A mí Jol no me ha gustado nunca, pero debo reconocer que tras un comienzo muy titubeante (creo que el Fulham no ganó hasta la quinta o sexta jornada), el equipo ha asimilado muy bien esa versión inglesa del último Twente o PSV que está implantando Martin. Cuando se fichó lo que se fichó en verano, yo no entendía nada. El equipo pedía un jugador para acompañar a Murphy y, si me apuras, uno para suplirlo con mínimas garantías. Pero claro… es que no tenía ni idea de lo que pretendía hacer con Dembelé y el resto de la plantilla. No sé, es diferente y arriesgado. Es pronto para medirlo, pero al menos es muy interesante. A Ecos le daría mucho contenido este Fulham.

    Para este tema, recomiendo leer el artículo de Álvaro de Grado: http://desdeanfield.blogspot.com.es/2012/03/tres-

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  • Rafa 10 abril, 2012

    Con Quintana y David León aquí se pone en pie hasta el apunador.

    Pedazo articulo y perfectamente complementado en los comentarios. Lo que se vive en el último tercio de liga, tanto por la zona de arriba como sobretodo por la del descenso, es el momento mas interesante de toda la temporada. Lo de antes sirve para darle mérito a los que acaban consiguiendo su objetivo.

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  • elmerovingio 10 abril, 2012

    Espectacular. GRACIAS por ecosdelbalon.
    La piel de gallina Hoyga

    Respond
  • miglarmar 14 mayo, 2012

    Y el Zaragoza lo hizo. Jiménez le dió vida a un equipo que no creía y le hizo pensar que no era una locura salvarse. Y han acabado dos puntos por encima del descenso…enorme el equipo maño.

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