Los españoles, vaya sorpresa, son los más completos con el balón en los pies. Sobre todo Fernando Llorente, el más unido a la genialidad de los cuatro ejemplares. Su increíble capacidad asociativa, portentoso juego de espaldas, fortaleza colosal y dominio del espacio corto le convierten en el mejor jugador de la competición. Y en el único indefendible. El otro, Soldado, es más británico. Es el más agresivo, el más rápido, el más hiperactivo, el que más asusta. Sus recursos técnicos legitiman sus intimidatorios desmarques, que son su verdadero aval competitivo. La ruptura de Soldado es la más condicionante del torneo. Por él, al Valencia no se le puede defender arriba.
Los foráneos también saben jugar, aunque a ellos la pelota sí les queme. Falcao es el más previsible. Quizá por eso también es el más sólido de los normales. Sus apoyos constituyen el soporte principal de la transición ofensiva de su equipo, así como del circuito de salida del mismo. Su tendencia a alejarse de la pelota una vez en zona de definición, clave en el reparto espacial de un ataque normalmente en inferioridad numérica contra la zaga. ¿Huntelaar? El holandés es Falcao actualizado. Europeo, más eléctrico. Más inconstante, eso sí; pero aun más determinante. La Europa League homenajea al dorsal número 9. Ojalá en las semifinales continúe la pleitesía.
Kundera 5 abril, 2012
Quede claro que Falcao tuvo dos lesiones de rodilla seguidas que mermaron mucho su capacidad con pelota, giros, controles y regates que antes hacía y hoy ya no. También se ha convertido en un futbolista más pesado por ello.