No hay un dorsal que comporte más responsabilidad que el 10 de la Verde Amarela. Dicha camiseta es asignada sin privilegios de antigüedad para el mejor futbolista brasileño. Y si no que se lo pregunten a Ronaldinho Gaucho que fue desposeído de la misma pese a continuar siendo titular de la seleçao (fue “desterrado” al “7”). El seleccionador, Dunga, consideró, entonces, que su rendimiento no era digno de la misma camiseta que, con anterioridad, se enfundaran Pelé, Rivelino, Zico, Rai, Romario, Rivaldo, el propio Ronaldinho en su esplendor y en la actualidad Kaká.
Edson Arantes do Nascimento, Pelé, fue el primer futbolista que fue asociado a la perfección que simboliza el número 10. No obstante el mito brasileño la usó por casualidad. Fue en la Copa del Mundo de Suecia, en 1958. En Pelé comenzó a lucir el ’10’ de Brasil por pura casualidad.aquel entonces la Confederación Brasileña de Deportes (CBD), futura Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), envió a la FIFA la inscripción de los brasileños sin mencionar la numeración. Quedó a cargo de un dirigente uruguayo escoger los números de los jugadores, correspondiéndole la camiseta 10 a Pelé. Con ella a la espalda también ganó los mundiales de Chile (1962) y México (1970) en donde formó parte de uno de los mejores ataques de todos los tiempos junto a Gerson, Jairzinho, Tostao y Rivelino. Este último heredó el 10 tras la retirada de O Rei y lo lució en los mundiales de Alemania (1974) y Argentina (1978). Zico tuvo el honor en España (1982) y México (1986). Y Rai fue el siguiente en proclamarse campeón del mundo con la misma en Estados Unidos (1994), resultando, quizás, una excepción en la tabla de méritos que se presupone a dicho dorsal. En aquella cita la estrella del combinado carioca fue Romario que se hizo, al fin, tras el mundial, con la mítica casaca. Rivaldo, campeón en el Mundial de Corea/Japón (2002), Ronaldinho y ahora Kaká han sido sus últimos portadores.
Aunque la relevancia del 10 en Brasil, a partir de Pelé, ha adquirido tintes sagrados el influjo de su mítico dorsal se extendió más allá de su país, consolidándose como la referencia de casi todas las escuadras. El 10 suele reservarse para la estrella del equipo, o, cuando menos, para un jugador de singular talento. Sería difícil relacionarlo con una demarcación única y aunque el espacio central, entre el medio campo y la delantera, ha congregado al mayor número de «dieces», la tipología de estos jugadores ha sido muy diferente: Mario Alberto Kempes, Diego Armando Maradona, Teófilo Cubillas, Enzo Francecolli, Ricardo Bochini, Michel Platini, Carlos Alberto Valderrama, Lothar Matthäus, Ruud Gullit, Michael Laudrup, Gica Hagi, Rui Costa, Roberto Baggio, Zinedine Zidane, Michael Owen, Francesco Totti, Alessandro Del Piero, Juan Roman Riquelme, Lionel Messi, el Kun Aguero… todos ellos honraron, con su réplica, a O Rei.
El Gran Diablo Rojo
No debe resultar sencillo para un aficionado del Manchester comprobar como, cada semana, el dorsal 7 del United se lo enfunda Michael Owen. Desde que en los años 60 lo encumbrara el mayor mito de la historia del clubGeorge Best inauguró la tradición del ‘7’ talentoso, carismático y polémico del Manchester. (George Best) el equipo se ha amparado a la sombra de dicho número. Todos los 7 posteriores al irlandés han destacado por su calidad, carisma y carácter polémico. George Best (1963-1974) fue, probablemente, el futbolista con mayor talento que ha vestido la camiseta del United. Jugador maldito, sus problemas con el alcohol (1), nos privaron del que podía haber sido otro grande del Olimpo futbolístico. El vacío espiritual que provocó su retirada tardó en asimilarse en Old Traford. Su sucesor, con el 7, Bryan Robson (1981-1994), era un jugador excepcional, sin la verticalidad de Best, pero de enorme talento, fue considerado como uno de los centrocampistas más completos de Inglaterra. Las lesiones, un equipo de menor calidad y el mejor Liverpool de la historia impidieron que lograra triunfar al mismo nivel que su antecesor y predecesores, aunque igualmente se convirtió en leyenda tras su eliminatoria contra el Barcelona en la Recopa del 84.
Robson cedió su número siete a Eric Cantona (1992-1997) cuya genialidad futbolística y su carácter irascible volvieron a rememorar al díscolo Best. Su rendimiento fue crucial en la consecución de las cuatro primeras ligas de la era Ferguson. Sus solapas levantadas, su arrogancia y sus goles dejaron un recuerdo imborrable en el United (2). David Beckham (1995-2003) fue el relevo del francés. Aunque de menor calidad que los otros «sietes» del United, ejerció como indiscutible lider del equipo con el que logró numerosos títulos jugando, prácticamente, de medio centro desde la banda derecha. Su ambición mediática y sus problemas con Ferguson (3) pusieron fin a su etapa en Manchester. En el 2003, el escocés fichaba a Cristiano Ronaldo (2003-2009) y le cedía la corona. Muchos dudaban de sus posibilidades pero un par de temporadas bastaron para que se consolidara como uno de los mejores jugadores del mundo. En la actualidad, Michael Owen, es el 7 de Old Traford. ¿Una frivolidad imperdonable de Sir Alex? (4)
(1)- George Best murió en el año 2005 por sus problemas derivados del alcohol. Celebre es su frase: «En 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida»
(2)-Elegido en 2001 por su afición como el mejor jugador del s. XX
(3)-El entrenador le abrió una brecha en la ceja al lanzarle una bota en el vestuario tras un partido contra el Arsenal.
(4)- Al asumir el fichaje de Ronaldo por el Real Madrid, aficionados mancunianos crearon una popular web (ya desaparecida) en la que reclamaban a Karim Benzema como el heredero del 7.
DBEcos 25 marzo, 2012
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